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Liam y yo discutimos sobre si entrar o no entrar.

Terminó ganando él asique entramos. Liam me acostó en el sillón de terciopelo que había.

Me causaba risa verlo ayudándome, y sin saber qué hacer.

-Liam estoy bien solo fue un mareo.

-No estás bien Blair, lo estés o no, no puedo arriesgarme.

-¿Acaso te gusto?, Liam- lo molesté.

-Ya quisieras que un mortal te ame.

-Ajá.

Me levanté del sofá lento para no volver a marearme.

-¡Oye! No- la voz de Liam exigiéndome que me acostara era muy graciosa.

-Liam tranquilízate, ¿sí?- él asintió.

Por fin.

Agarre del bolso, el té de yerbas y esta vez si lo tomé todo.

Tenía frío y sed.

-Oye Blair.

-¿Sí?

-¿Sabes hacer magia?- lo miré extrañada, no entendía hacia donde iba su pregunta- como eres bruja, pensé que sabías magia.

-La magia la recibo a los 18, la magia y los elementos, cumplo en 4 días- miré su expresión asustado- ¿No estás feliz?

-Sí, claro que lo estoy.

No le creí, pero realmente no tenía ganas de discutir, así que lo ignore.

Sentía como si todo el peso del mundo estuviera arriba mío intentando aplastarme por ser Bruja, a veces era tan estúpido como esta sociedad.

Había muchas cosas que analizar, como por ejemplo; escapé dos veces de las mismas personas, encontré un chico atado a un árbol, casi me secuestran y ahora estamos en una cabaña que no sabemos de quién es.

Paso tan rápido el tiempo.

-¡Blair!- Liam llamó mi atención- ¿Me estás escuchando?

-Si te soy sincera, no.

-Te decía que no nos podemos quedar aquí, hay que irnos ahora- Liam tomó mi brazo como lo hice yo las últimas veces.

-¡¿Por qué?! Te recuerdo que fue tu idea entrar aquí.

-Eso no tiene nada que ver.

-Entonces dime ¿Qué pasa?

Me sentía alterada.

Pero no había razón ninguna.

-Blair escúchame- en un intento de tranquilizarme, Liam me tomó de los hombros, lo miré- Si necesitamos escapar de esos "Mortales" como los llamas tú, Hay que irnos.

No, esa no era la razón, no todo mortal puede pasar el límite, al menos que sea Brujo o que sea Asesino o hasta un muerto.

Alexis sigue vivo y logró pasar el límite al igual que Luke.

¿De qué se trata todo esto?

¿Quiénes eran?

¿Brujos, Asesinos o muertos.?

-No, todo mortal puede pasar el límite, Liam, no puedes pasar el límite, al menos que seas Brujo, asesino o un fallecido- Liam, ahora que lo recuerdo, él pasó el límite y aún sigue vivo, o ¿no?

La cara de Liam se transformó en un chasquido, parecía aterrorizado como si le digiera que la pizza con ananá es mi favorita, pero no era solo eso, algo más había, algo que era indistinguible.

-Blair, nos vamos, Ahora- Dijo con tanta firmeza que me asustó.

No rechiste y deje que Liam me llevara a donde él suponía que estaríamos a salvo. Tenía el bolso en una mano y en la otra la mano cálida de Liam.

Durante la caminata Liam parecía asustado, desde lo de Alexis, Liam estaba raro, Aunque ya es raro, estaba más de lo común.

-Liam, ¿Estás bien?- me atreví a preguntar.

-Si, ¿Por qué preguntas?

- Estás muy paranoico y tus manos sudan.

-Es solo que no tengo un buen presentimiento, Blair.

La luz y la oscuridad eran visibles en la nieve y más al ser un segundo límite.

-Liam, no te muevas.

En el bosque existían dos tipos de límites.

Uno era más peligroso que el otro, el "menos" peligroso era en el que estábamos y el más peligroso el que veíamos.

-No hay otra opción, Blair.

-No pasaré, Liam Bailey.

-Es nuestra única salida, Blair Everest.

Solté la mano de Liam y me alejé de a poco hasta que me eché a correr hasta salir del primer límite. Nunca en mi vida fui capaz de entrar al segundo límite, por obvias razones.

Razón uno: Es más peligroso que comer una cucharada de Sal.

Razón dos y última: Solo los elegidos o muertos pueden pasar, y yo no soy ninguno de los dos.

¿Qué era un Elegido?

Un elegido era un/a brujo/a contendiente de todos los poderes y elementos, Una elegida de mi familia fue Claire Everest fue la elegida más poderosa, pero no por contener toda esa magia sino porque ella era una diosa, ella tenía el poder de todo lo que quisiera. Claire murió a los 56 años, nunca se supo cómo o por qué solo murió.
Luego de 200 años nunca más se encontró una bruja igual. Era tan grande el privilegio de ser una Elegida que los mortales llorarían por sus vidas y temerían por todo lo que viese.

Salí del límite lo más rápido que pude, sabía que volver a la casa no era lo mejor, así que me decidí por ir con el viejo Sayn. El amigo de la familia y la paz.

Para mi suerte, Sayn se encontraba despierto cortando madera para la chimenea.

Sayn me vio, apenas lo vi, corrí a sus brazos, la paz que transmitía en mí era tan grande que sentí que me iba a caer en sus brazos.

-¿Blair?, ¿Qué haces aquí?, ¿Por qué estás tan aterrada?- preguntó con voz suave.

Aunque sabía que estaba más confundido que resolviendo los acertijos de mi difunta abuela.

-Tengo miedo, Sayn- respondí- mi madre dice que soy peligrosa, pero no entiendo por qué.

-Blair, no te frustres, lo sabrás, pero yo no te puedo decir nada, te enterarás en cuatro días- me tomó de los hombros como lo había hecho Liam.

-Necesitó respuestas, pistas, algo Sayn.

-No te diré nada, Blair.

-Pero- Sayn me interrumpió.

-Pero nada, Blair, ahora mismo eres tú contra el mundo mortal.

¿Yo?

Las Brujas de la Noche©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora