VIII

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No tenía nada, solo la capa, el vestido y el corsé, no tenía mi bolso con mis cosas o mi Té del Bosque.

Estaba perdida, no sabía donde quedaba el límite Mágico.

Solo caminé a donde mi instinto me llevaba, pero mientras más caminaba más oscuro se hacía el Bosque Oscuro.

Un cuervo salió disparado del árbol haciendo que salté del susto.

Mientras caminaba, escuchaba ramas, crujir, podía estar nevando, pero las ramas seguían ahí.

Deje de caminar, y si, efectivamente, alguien iba detrás mío.

-Muévete y mueres, Blair- amenazó Alexis.

No iba a obedecerle a un Mortal, menos siendo superior a él, así que solo me eché a correr, si, me podría matar con un flechazo, pero no tenía arco ni flechas, solamente una daga, lo noté cuando me intento secuestrar.

Tropecé con una rama que no había notado, pero Alexis no me atrapó, él no estaba, yo no estaba en el límite.

¡¿Por qué me está pasando esto?!

-Blair- llamó Liam- te desmayaste, despierta.

-Pero yo no- Liam me puso un trapo en la frente con agua tibia, truco de mortales.

-No hables, Blair- me callé.

Liam estaba muy concentrado en lo que hacía, me quede mirándolo como tonta.

Hasta que habló de nuevo.

-Deja de mirarme Blair, me pones nervioso- Desvíe mi mirada, pero a él pareció divertirle.

-¿Qué es gracioso?, Liam- pregunté viendo su expresión.

-Que tú también te pusiste nerviosa- respondió.

-¡¿Qué?!, ya quisieras querido Bailey.

-Pregunta, ¿Si te pudieras casar con alguien con quien sería?

Nunca me lo plantee.

-Con nadie, realmente, no conozco ningún otro Brujo o Bruja.

-Y con un mortal.

-No es común casarse con Mortales siendo Bruja, ya te dije.

-¿Te casarías conmigo?

-No, sería un amor prohibido, algo que no aceptaría.

-Pues yo sí.

-Qué romántico.

-Qué insensible.

-¿Cuánto tiempo pasé desmayada?- cambié de tema.

-1 Día.

¡¿¡¿Qué?!?!

-Imposible.

-Te lo juro.

-3 días para la verdad- pensé en voz alta.

-¿La verdad?, ¿Cuál?- Liam me miró curioso.

-Ninguna, olvídalo.

-Como quieras.

-¿Dónde estamos?- pregunté al no reconocer el lugar.

-En la casa de un señor que decía llamarse ¿Sayn?

-¿Dónde está él?

-Afuera.

Liam me sacó el trapo para que no se me cayera al levantarme, fui hasta dónde lo había visto la otra vez.

-Buenas tardes, Blair.

-Gracias, supongo.

-¿Ese chico es tu novio?- preguntó curioso señalando la casa donde se encontraba él.

-No, él es solo un chico Mortal que encontré atado en un árbol y lo estoy cuidando es mi gato negro.

-Ten cuidado con los Mortales Blair, suelen ser muy engañosos.

-Tranquilo estaré bien.

Entré ala casa devuelta, Liam se había quedado dormido en la cama de arriba.

Subí porque también esa era mi cama desde pequeña, ya que siempre fui la favorita de Sayn, ser hija única tiene sus privilegios.

Sayn dormía en la cama de la habitación de abajo.

Me acosté con Liam y me quede dormida juntó a él.

 ☪

Sayn nos había despertado para comer pastas, yo realmente no tenía mucho apetito, asique solo me hice un té de hojas para quitar el hambre si llegaba a tener.

Liam y Sayn se la pasaron hablando. Al final se cayeron bien, mejor de lo que pensé.

Yo, en cambio, me puse a leer "Las mariposas de Lala Everest" era un libro que había publicado mi abuela cuando nací, su título lo decía todo, por qué cuando yo era pequeña una mariposa azul se había colocado en mi nariz y hay empezó mi fascinación.

Era mi libro favorito porque hablaba de mí, de mi historia, de lo que amaba hacer con mi abuela, de lo que ella hacía y del porqué.

Siempre admiré a mi abuela, ella era tan... Especial, pero no de mala forma, de una magnífica forma.

Ojalá mi abuela hubiera sido para siempre.

Lástima que yo no decido el futuro o quien muere o no.

Las Brujas de la Noche©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora