Proyecto Grondheil

Capítulo 8

Al salir de la sala de inmersión de campo, nos esperaban dos agentes de la Zash, una chica morena joven y regordeta, y un chico igual de joven, pero un poco más alto y de piel clara. Ambos iban vestidos de blanco, pero, a diferencia de los demás, no tenía capas o túnicas, sino trajes de sastre, de pantalón y falda respectivamente.

No tenían más expresión que la seriedad en sus rostros. La mirada de ambos se posó en Emil y este solo asintió.

─Pronto hablaremos de nuevo. Les deseo éxito y no olviden que la Zash los estará vigilando. Ante cualquier señal de peligro, vamos a intervenir.

Dicho aquello, los dos agentes hicieron una reverencia y comenzaron a caminar con nosotros siguiéndolos. El ministro y el director se quedaron en la sala de inmersión.

Nos guiaron nuevamente por el pasillo principal y, al igual que cuando llegamos, los agentes nos ignoraron. Seguimos con paso firme y rápido por todo el pasillo hasta dar con otro ascensor. Este era más elegante e iluminado que el anterior y, una vez que entramos y las puertas se cerraron, los agentes comenzaron a hablar.

─Somos el agente Rody y la agente Jenniel, estaremos acompañándolos durante la misión para asegurarnos de su protección. No nos veremos salvo que sea necesario y, en caso de solicitar apoyo, solo tienen que enviar una señal de humo ─comento el muchacho.

Ross, Demi y yo nos miramos extrañados, pero la agente Jenniel, al notar nuestro desconcierto, estiró una mano y formó un remolino de humo en su palma.

─Invocan el nombre de la persona y dicen un mensaje. Debe ser corto porque desaparecen rápido una vez que llegan a su destino ─dijo la agente mientras veíamos desaparecer el humo en su palma.

Nos sacaron del edificio y afuera nos esperaba un carro con dos caballos negros. Nos abrieron la puerta y después entraron ellos.

-Tendrán que someterse a algunos cambios y lecciones antes de empezar su misión.

Dicho aquello el carro comenzó a andar. Regresamos a la ciudad y salimos de ella. El camino que tomamos apenas y podía verse porque la neblina era densa y la luz verde de los faroles, escasa. No obstante, no podía apartarme de la ventana, toda aquella situación me resultaba de lo más apasionante. Palabra extrañar para definirlo, pero era cierto que con cada minuto la emoción aumentaba en mi interior.

Gideon y Elisse conversaban sobre algo discretamente y solo Ross parecía prestarles atención. Demi acariciaba a su gato y Faifort, que debió sentir celos de aquella acción, se montó en mi regazo.

-Te ha elegido -dijo Demi con una sonrisa.

Sus pequeños ojos negros brillaron con intensidad mientras pasaban del gato a mí.

-Los garbolls guardan sus muestras de afectos para sus amos. Mientras más tiempo pasen juntos, más fuerte será el vínculo.

Yo miré con curiosidad a Faifort y le sonreí.

-¿Quieres estar conmigo? -le pregunté divertida mientras acariciaba su cabeza de tinta.

Él, como única respuesta, ronroneó.

-Eso es un sí. Los garbolls son por mucho las criaturas más inteligentes de este mundo. Capaces de absorber las penas de sus amos y de brindarles sabiduría si así lo ameritan. Incluso, es precisamente esa capacidad de percibir y canalizar nuestras emociones la que hace que cambien de forma. Cecé normalmente es una gata blanca, pero en otras ocasiones se ha convertido en perico y roedor.

Miré a Faifort y no pude evitar acariciarlo, era lindo saber que alguien estaría siempre para mí.

-¿Cómo nos eligen?

Demi señaló al canario que se había acomodado en el hombro de Ross, aunque era un ave pequeña, era imposible ignorar la curiosidad con la que escuchaba la conversación de Elisse y Ross.

-Gustos afines la mayoría de las veces -dijo con simplicidad.

-Sabes mucho sobre los garbolls -comenté.

-Sé mucho sobre los demonios -respondió con una mezcla peculiar de orgullo y humildad-. Es lo que la directora James y mi padre siempre han esperado de mí.

Bajó la mirada nuevamente hacia Cecé y la acarició.

Después de aquella conversación, no pasó mucho rato hasta que llegamos a un pueblo del cual no tenía ni la más remota idea de su existencia.

-¿Dónde estamos? -pregunté.

-Portand -contestó Gideon-es el lugar en donde se encuentra el portal de Marwoll.

-Pensé que ese pueblo se había destruido hace doscientos años -respondió Ross.

-Eso dice la historia que, naturalmente, escribimos nosotros -dijo Elisse mirando por la ventana.

-Portand solía ser una ciudad comercial importante -intervino el agente Rody-, pero después de la guerra con las miras quedó prácticamente destruido. Claro que los que sobrevivieron decidieron quedarse y ahora, gracias al Portal Único, es el hogar de la mayoría de los médiums o los familiares de estos.

-¿Qué son los médiums? -preguntó Demi.

-Así se llaman a los hechiceros que viven en Ewigmor o que, por lo menos, suelen ir constantemente. Aunque estos, no necesariamente, sean agentes de la Zash.

-Creí que estaba prohibido visitar Ewigmor -comenté yo.

-Solo para todo aquel que no es un médium.

-¿Y ahora seremos médiums? -volvió a preguntar Demi.

-No, ustedes son agentes. Es una cosa muy diferente -intervino Jenniel-. Los cinco tendrán que actuar como mortales, para eso deben prepararse porque, salvo por los agentes Miretlon y Rodanilld, jamás han estado en ese lugar. Tienen que hablar, caminar e incluso pensar como un mortal, lo que quiere decir que la magia no podrá ser siempre una solución práctica. Si alguien nota sus poderes, sería catastrófico para la misión.

-Es por eso que estarán internados en Salle Garden durante un par de semanas -Rody tomó la palabra-, allí podrán adaptarse al nuevo entorno y aprender todo lo necesario para que su nueva identidad sea creíble. Cambiarán su aspecto para "parecerse" un poco más entre sí y, del mismo modo, se les educará sobre todo lo relacionado con su objetivo y, para los agentes más jóvenes, se les enseñarán las herramientas necesarias para ser un agente de la Zash.

-¿Y eso implica? -pregunté.

-Investigar, actuar, mentir, manipular y, si es necesario, matar -respondió Elisse con simplicidad desde su lugar.