Colors ✧ Yoonmin

Luminosidad

—30439 wons...—Yoongi suspiró pesado, había hecho cuentas de los gastos del mes y ese era el gran resultado.

—Nos alcanza, creo hasta sobra.—Su madre sonrió tranquila, al menos ese mes estaban bien, sin deudas.

—Creo que lo que sobra podrías usarlo para comprarte algo Yoonnie...—Él negó de inmediato.—Vamos, no pude comprarte nada por tu cumpleaños.

—No mamá, lo mejor será ahorrarlo, no es necesario.

—¿No querías ese bloc de dibujo que viste en la tienda de arte?—Yoongi lo pensó, le gustaba dibujar y había visto un bloc de dibujo en una tienda del centro, le había gustado pero era algo caro.

—Puedo usar lo que tengo aquí...— El castaño tenía afición por las artes, le hubiera gustado poder estudiar una carrera enfocada a eso pero sus planes cambiaron rotundamente, su madre lo sabía.

—Bueno, entonces sal, no sé, cómprate algo.— Su madre le entregó los billetes, Yoongi merecía algo después de todo, trabajaba arduamente todo el tiempo.—Y no hay un no como respuesta Min Yoongi.

El castaño hizo una mueca, tomó el dinero, lo guardaría de cualquier forma, no podía arriesgarse.

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—Hola Yoongi-ssi.—El cajero abrió los ojos sorprendido al escuchar esa voz de nuevo, Jimin estaba ahí con más cosas.

—Uh, hola...—El rubio le sonrió, Yoongi ya conocía bien esas sonrisas, eran una linda combinación de tonos suaves y creando unas adorables líneas, tonos lilas en la cuenca de sus ojos.

—Sabes, ustedes si que tienen de todo, mi amigo me pidió otro ramen, está obsesionado con esos sabores nuevos y ustedes tenían el sabor que me pidió.— Jimin alzó uno de los paquetes de sopas instantáneas, al muchacho no le importaba tutearlo cosa que no lo hacía sentir incómodo pero la curiosidad estaba aflorando en él, ¿Era de su edad?

El castaño siguió cobrando sin decir nada, Jimin lo veía atento, sentía la mirada sobre él y por más que trataba de ignorarlo no podía.—Me gusta tu collar.

Yoongi detuvo sus actos y bajó su vista tratando de ver su collar, era una cadena simple con una pequeña figura de pluma de ave de plata. Yoongi lo miró, ¿Por qué lo observaba? ¿Por qué Jimin se veía tan interesado en él?

—Gracias...—Susurro quedo, Jimin se encogió de hombros y volvió a sonreír.

—No hay de que.—Él repitió la rutina, cobró, guardó las cosas y esperó a que Jimin se despidiera.— Adiós Yoongi-ssi.

Y pasó justo como las dos veces que tuvo que cobrarle, el muchacho se fue alegre y no volteo. Yoongi solo se quedó observando cómo su silueta se perdía, recordando los bonitos colores que liberaba.

Esos colores cálidos que pintaban a cualquiera, incluyéndolo. Yoongi comenzaba a ser parte de la gama de colores de Jimin.

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—Eso fue divertido, sobre todo cuando Namjoon cayó en la arena.— Hoseok contaba una historia, mientras sus demás amigos reían, Yoongi escuchaba atento mientras comía sus papas fritas.

—¡No es verdad!—Namjoon se quejó pero al final rio.

—Lo fue, ¿Verdad Jin hyung?

—Fue cierto, rodó por la arena.

Yoongi miró a los tres chicos, todos se conocían desde hace algunos meses, a Yoongi le agradaban, lo hacían sentir cómodo.

—¿Y tú has ido a la playa alguna vez Yoongi?— Seokjin preguntó amablemente, Yoongi negó de inmediato.

—No... pero espero poder ir algún día.

—Busan queda cerca, es un lugar muy lindo.

—Busan...—Yoongi imaginó los colores, el azul aguamarina del mar, los tonos naranjas de las puestas de sol, el color de café de la arena.

—Tengo un amigo ahí, creo que vive aquí ahora... no lo sé.—Hoseok frunció el ceño.—Taehyung, así se llama, pero hace tiempo que no hablo con él.

—Sería genial planear un viaje todos juntos.—Namjoon asintió, los demás comenzaron a hablar sobre cosas triviales pero su mente se desconectó y sus pensamientos recordaron a Jimin.

¿Por qué?... Fue instantáneo, recordó las veces que había escuchado al chico hablando por teléfono mientras él marcaba los productos en el escáner. "Taehyung, mi amigo", tal vez solo era coincidencia.

Jimin, su mente solo podía recordarle el color de sus ojos, cafés y brillantes, el color de su cabello, dorado, sus mejillas, sus sonrisas, su voz, Jimin.

"¿Qué estás haciendo conmigo?" Se preguntó a sí mismo, pasaba horas intentando responder esa pregunta pero no obtenía una respuesta concreta.

Jimin era como una canción que escuchas en algún lado y te gusta, una melodía que no olvidas e intentas buscarla por todos lados, desconocida pero que se queda en tu memoria.

Simplemente pasaba, como cuando el sol se abre paso en un cielo nublado, arrastrando los colores oscuros, entre las nubes lilas, azules y rosas para después iluminar a todos con sus colores cálidos, justo como Jimin.