Degradación

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—Deberías pintar con más colores.


Yoongi dejó el grafito, miró a Jimin desde su lugar. Estaba sentado en el centro de la cama de Jimin con sus piernas cruzadas.


—No me gusta.— Jimin giró su cuerpo, desde su escritorio veía como Yoongi lo observaba serio.


—¿Pasa algo?— Jimin lo notó desde que fue al supermercado ese día, no quiso decirle nada pero era obvio. Había una gran mancha opacando esos colores brillantes que Yoongi comenzaba a desprender.


Yoongi no dijo nada, suspiró y volvió la mirada a su bloc. Jimin se sintió mal, después de todo, no siempre había colores radiantes, algunas veces estos se degradaban de forma espontánea.


•••


Yoongi:

Lamento lo de hoy


Jimin:

Está bien


Yoongi:

No, no lo está


Jimin:

¿Quieres que hablemos?


Yoongi:

Sí, eso estaría bien... gracias


Jimin:

Confía en mi


Yoongi:

Lo hago, lo hago desde hace mucho tiempo


Jimin:

Entonces demuéstramelo


Jimin suspiró y sonrió tenue al ver cómo la pantalla de su celular se encendía mostrando el nombre de Yoongi el cual le llamaba.


•••


Jimin caminó hasta el supermercado, hacía frío esa noche pero supuso que estaba bien. Yoongi le había dicho que lo vería cuando su turno terminara.


Estaba un poco nervioso, después de la platica que tuvieron por teléfono se sentía un poco mal. Yoongi reaccionó de esa forma debido a que se encontraba muy estresado, su madre había perdido su empleo y él ahora debía cubrir todos los gastos de su hogar. Yoongi se disculpó y le contó todo, gran parte de su vida, la muerte de su padre, el adiós de su hermano mayor, la manera en la que su madre y él se ganaban la vida. Yoongi era un hijo ejemplar y estaba orgulloso de él, porque no le importó dejarlo todo, sus sueños y metas por ayudar a su madre, aunque eso en el fondo le partía el corazón.


—Hola...—Yoongi estaba esperándolo, llevaba una sudadera negra y sus vaqueros desgastados.


—Hola Yoongi-ssi.— Jimin se acercó lentamente, el castaño lo miró y estiró su mano, Jimin la tomó sin rechistar.— ¿Cómo estás?


—Bien...—Los brazos de Yoongi lo rodearon, se quedó quieto un segundo, era extraño que hiciera eso pero cuando escuchó el suspiro del castaño envolvió sus brazos alrededor de él y se fundieron en un abrazo.


—Vamos, hice la cena.—Yoongi asintió, su rostro aún estaba oculto en el cuello de Jimin así que antes de separarse dejó un pequeño beso ahí.


Ese gesto logró que Jimin sintiera electricidad pura en sus venas y sonrió tiernamente cuando observó el rostro cansado de Yoongi.


—¿Ramen?— Jimin lo tomó del rostro y acarició tímidamente sus pómulos.


—No, está vez Taehyung no está.—Lo besó, corto pero con amor porque tal vez ya lo amaba... amaba a Min Yoongi y eso le causaba ansiedad y tranquilidad a la vez.


Park Jimin amaba a esa persona de tonos lúgubres que poco a poco se teñía de tonos cálidos y no sabía cómo decírselo. Era esa incertidumbre que era causada por cosas del pasado... Muchas veces el miedo nos gana, aunque él sabía que muy en el fondo, Yoongi sentía lo mismo.


—Vamos.


•••


Jimin quiso atesorar la imagen de la sonrisa de Yoongi, quiso dibujarla, pintarla con tonos turquesas y verdes.


—Mi mamá está buscando un empleo...—Jimin se sentó a su lado colocando los dos platos de arroz sobre la mesa.—No quiero que trabaje más.


Jimin tomó los palillos y comenzó a comer, Yoongi lo imitó.


—Lo entiendo...—El mayor lo observó con seriedad, pensando algo.


—¿Qué hay de tus padres?


Jimin dejó el bocado a medias y se removió incomodo en su silla. Sus padres, no quería tocar el tema pero quería contárselo a Yoongi, él lo entendería.


—Ellos... están en Busan.—Yoongi sintió la tristeza de Jimin en sus palabras de inmediato.— Yo... decidí venir aquí con Tae, fue lo mejor.


—¿Qué ocurrió?— La pálida mano de Yoongi cubrió la suya y se sintió seguro y en confianza.


—Me rechazaron...—Sintió el dolor en su pecho, por segunda vez su bonito lienzo de colores se degradaba.—Mi mamá supo que... bueno, que soy homosexual.


Yoongi quiso golpear algo, Jimin lucía tan frágil, le dolía, pudo verlo en sus ojos.—Por más que lo intenté no funcionó...—Su voz se quebró, Yoongi tan solo lo envolvió entre sus brazos, brindándole cariño y comprensión.


Aunque le dolía el escuchar por primera vez los sollozos de la persona que más le importaba aparte de su madre.


—No llores Jiminie...—Jimin dejó que sus tristezas se iluminaran de nuevo, el fingir que todo estaba bien todo el tiempo era agotador.—No estás solo ¿Mmh? Estoy aquí para apoyarte.—Sintió las suaves caricias en su espalda y los pequeños besos sobre su pelo.


Suspiró y lloró de nuevo, solo que ahora Yoongi estaba a su lado para corregir esas grietas en su alma, estaba a su lado para difuminar esos tonos oscuros que lo mantenían preso e infeliz.


—Gracias, hyung.

Colors ✧ YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora