¡ diez !

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Jeongin se estiró en su cama, sin abrir sus ojos, disfrutando de la larga siesta que había tomado. Su cuerpo se sentía adolorido por haber estado quieto durante tantas horas y sus ojos estaban pesados por haber estado cerrados por mucho rato, pero aun así se sentía espectacular.

Sobre todo cuando recordó que Minho estaba junto a él... o había estado.

Sus ojos se abrieron para buscar el cuerpo del mayor en la cama, pero no lo encontró. Sólo estaba él en la habitación, aunque podía escuchar el agua de la regadera, lo que significaba que el mayor estaba tomando una ducha.

Decidió acurrucarse entre sus cálidas sábanas a la espera de Lee, pero entonces recordó que éste había llegado cuando él aún no terminaba la tarea, la cual, según recordaba, no había terminado.

En un movimiento rápido, buscó su celular para revisar la hora y su corazón se paró como por un segundo cuando notó que habían pasado casi tres horas desde la hora plazo para su entrega.

— Buenos días, boni-, ¿qué sucede?

— Es que... mi tarea —lloriqueó, dejando que Minho lo abrazara contra su cuerpo—. Min... no pasaré mi semestre... mi tarea...

— Tu tarea ya la entregaste, casi a las dos de la madrugada. Pero ya está entregada —Jeongin lo miró de forma incrédula, con sus ojos cristalizados—. Confía en mí —le sonrió, y fue suficiente para tener su rostro invadido de besitos mariposas de parte del menor.

El resto de la tarde, ambos se pasaron entre los brazos del otro, sin importarles el tiempo o cualquier otra cosa. Porque mientras estuvieran al lado del otro, ¿qué importaba lo demás?

── drive !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora