¡ uno !

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— No pienso moverme de aquí hasta que estas tareas no estén terminadas. No insistas, Seungmin.

Jeongin restregó sus ojos y resopló cansado cuando escuchó la quejadera de su amigo, quien golpeaba una almohada mientras le reclamaba por no acompañarlo esa noche a encontrarse con su casi algo.

— ¡Innie, hace unos días dijiste que tenías necesidades —comenzó de nuevo Kim, lanzándose a la cama de su amigo—, y te estoy dando la oportunidad de que vayas y encuentres diversión, ¿por qué no aceptas?!

Jeongin suspiró, sacudiendo su cabello cuando se dió cuenta de que se había perdido en el conteo de la tabla por culpa de Seungmin.

— Minnie, tengo chance de entregar esta tarea hasta el domingo por la noche, ¿crees que mi libido está alto cuando no llevo ni la mitad de la mitad de la mitad de la tarea? —cuestionó, girándose hacia su amigo.

— ¿Eh?

Jeongin rodó los ojos, suspirando.— Olvídalo. No iré.

Se giró y volvió a retomar su tarea, decidiendo ignorar los quejidos de su amigo. Y, aunque lo intentó, no se pudo concentrar cuando el chico comenzó a decir algo de cancelarle a Bangchan, como se llamaba el chico con quien Seungmin salía.

— ¿Por qué le cancelas? Que yo no vaya no significa que tú tampoco, sólo ve y ya. Pídele a Jisung que te acompañe —le dijo, girándose para mirarlo.

— Sabes que a mamá no le agrada Jisung, y me dijo que podía salir sólo si era contigo —dijo, encogiéndose de hombros.

— ¿Como sé que no me estás mintiendo?

— ¡Yo nunca te miento! —Jeongin enarcó una ceja—. B-bueno, sólo aveces... ¡pero esta vez es verdad! Ella no sabe que estoy saliendo con Bangchan, seguramente me prohibiría salir por el resto de mi vida.

Yang suspiró, revolviendo su cabello.— Ay, Seungmin, ¿por qué soy tan débil ante tus ojos? —reclamó, girándose para comenzar a guardar sus archivos y apagar su máquina—. Iré contigo.

— ¡¿En serio?!

— ¡Pero sólo por una hora! —advirtió, señalándolo—. ¡Y no pienso bañarme ahora!

— Bueno, algo es algo. ¡Ahora, a prepararse!

Jeongin rió cuando Seungmin comenzó a brincotear en la cama, celebrando mientras él aún pensaba si era buena idea salir esa noche.

¡ ☁︎ !

Los nervios afloraron en su estómago cuando Seungmin lo condujo por un callejón que sólo estaba alumbrado por una lámpara tintineante, que casi casi explotaba por las chispitas que echaba. Jeongin se apegó más a su amigo y, entonces, una calle desierta apareció ante sus ojos, y luego motocicletas y varias personas adornaron su visión.

— ¿Dónde estamos, Kim Seungmin? —preguntó, pero el chico lo ignoró, soltándose de su agarre para correr a los brazos de un muchacho castaño y de anchos hombros que estaba sentado de costado en una enorme motocicleta.

Jeongin se quedó paralizado, observando como su bonito, e inocente amigo era besado por un muchacho que parecía incluso mayor que él. Bangchan —como Jeongin sabía que se llamaba—, tomó a Seungmin por la cintura y lo subió en la motocicleta, casi recostándolo sobre el manubrio.

Oh, demonios, qué era todo ese desastre.

Tomó una bocanada de aire y aclaró su garganta antes de acercarse a la pareja. Ignoró las miradas curiosas sobre él y el silencio que se extendió en el lugar cuando se apareció frente a la pareja, pellizcando el brazo de su amigo.

── drive !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora