♡Capítulo 11♡

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Taehyung caminaba con lentitud por los pasillos. Ciertamente era la cuarta hora de clase que tenía, pero el profesor de Estadística había faltado inesperadamente, y ni bien el delegado decretó aquel aviso, el joven Alfa no pudo evitar soltar un suspiro de alivio.

Se esforzaba mucho en cada curso, mas aquella materia no era con exactitud su favorita. Así que después de unos cuantos minutos, tomó su mochila, sacó su celular junto a sus audífonos y decidió merodear por ahí hasta que le tocara la siguiente clase.

Una rápida sonrisa se dibujó en su rostro al recordar a Yoongi, deseaba poder ir a su facultad. No obstante, cayó en cuenta de que el Omega tal vez si tenía clases correspondientes e hizo un leve puchero, trató de no desanimarse porque después de todo lo vería luego.

Así que justamente ahora, sin darse cuenta, estaba cerca al gran gimnasio -y el único en toda la universidad- donde mayormente hacen competencia de baloncesto.

Tarareaba sin preocupación Closer de The Chainsmokers que sonaba en sus audífonos; hasta que un aroma que Taehyung reconocía muy bien, llegó con avidez a sus fosas nasales.

Vainilla con un toque de canela.

Era Yoongi.

Con una leve chispa de emoción al pensar que aquel lindo Omega estaría cerca, apartó el aparato de sus orejas y ladeó su cabeza de un lado al otro. Segundos después frunció levemente el ceño, no encontraba al Omega por ningún lado. Sin embargo, al agudizar su sentido del oído, pudo escuchar el común rechinido de zapatillas y el rebote constante de una pelota.

¿Alguien más estaba con tiempo libre? Taehyung empezó a dudar, ya que en todo el trayecto de camino que llevaba, no divisó a ninguna otra persona cerca de él.

Se encogió de hombros y sin dudarlo más decudió acercarse a dicho lugar con pasos cada vez más rápidos al notar que el dulce olor de Yoongi incrementaba durante el camino.

Extendió un poco los audífonos y lo puso alrededor de su nuca, sujetó con algo de fuerza su celular y abrió desmesuradamente sus ojos en clara expresión de sorpresa para luego sonreír cortamente.

Aquel tierno Omega esta ahí, jugando con una pelota de básquet. No esperó más y antes de que Yoongi pudiera darse cuenta de su presencia, prendió el celular y fue directo a la cámara, tomó todas la fotos posibles con un notorio brillo en sus orbes almendrados y una gran sonrisa genuina.

Una vez que creyó que fueron suficientes imágenes, lo metió al bolsillo trasero del Jean mientras se adentraba aún más para poder sentarse en una colchoneta que yacía tirada cerca de la tribuna. Miró con cierta apreciación y cariño los dotes especiales y movimientos ágiles que Yoongi ajercía, totalmente concentrado y sumido en realizar aquellos ejercicios.

El Omega llevaba nota mental de los encestes que obtuvo, el balón se iba de un lado al otro de su mano mientras intentaba hacer algunos movimientos que hace mucho tiempo había dejado de practicar.

Ya al finalizar sus primeras horas de clase, Yoongi había recibido un mensaje de Joohyuk y no era exactamente algo lindo. Aquel Alfa logró hacerle sentir preocupación para luego darle espacio a un profundo enojo. ¿Por qué tenía que decirle qué hacer como un niño pequeño? El Omega tenía en claro que era su novio, no su padre o su dueño como el Alfa creía.

Discutió luego entre un par de mensajes más y apagó su celular ante el ataque de estrés que se generó en él. No se sintió apto para permanecer en su clase de Economía por lo que -y pesar de no ser una buena idea del todo- decidió saltar a aquella hora para despejarse y luego poder ir a la cafetería en el tiempo de receso.

Ahora mismo, sentía unas leves gotas de sudor bajar por su sien debido a la constancia y rapidez de sus movimientos. Sin embargo, un olor muy familiar pudo percibir en el gimnasio. Detuvo abruptamente su paso y con el balón en mano, giró levemente sobre sus talones.

Ahí estaba Taehyung, sentado frente a él a una notoria distancia.

- Hola, Gigi. - habló con total naturalidad para luego brindarle una pequeña sonrisa. - Eres increíble con este deporte, eh. - agregó animadamente.

- Uhm... gracias. - titubeó con la mirada avergonzada ante el sobrenombre, resultaba dulce en los labios del Alfa.

El rubio se reincorporó y fue acercándose a él.

- ¿Por qué no me dijiste que era uno de tus pasatiempos favoritos? - Taehyung realmente sentía que el lindo Omega era una total caja de sorpresas. - Quería ir a buscarte, pero pensé que tenía clases. - un deje de desánimo se notó en su voz.

- Bueno, yo, uh... No tenía clases a esta hora. ¿Tú tampoco? - trató de -al menos- no parecer tan nervioso. ¿Desde hace cuánto tiempo Taehyung lo habrá visto?

- Nop. - contestó a la vez que negaba con la cabeza. - Y estoy aburrido. - hizo un pronunciado puchero, dándole también a su voz un tono infantil, logrando que Yoongi sonriera brevemente.

Con algunos comentarios algo graciosos e infantiles, Taehyung logró que la tensión y timidez palpable del Omega disminuyeran de apoco. Ambos estaban sentados en uno de los escalones de la tribuna, ya en un ambiente cómodo y ameno, como suele ser cuando ambos se juntaban.

- Siempre quise jugar un partido de básquet. - dijo el Alfa fuera del contexto de la anterior conversación.

Yoongi alzó levemente sus cejas ante el inesperado comentario y luego prosiguió. - ¿No has jugado antes?

- Uhmm... - hizo un gesto duditativo. - Cuando hacían convocatorias siempre quise apuntarme, pero era muy inseguro. - sonrió con melancolía. - Temía hacer algo mal y que me regañaran por ello. No fui capaz de inscribirme y comprobar si el básquet es tan entretenido como lo veía. - se encogió de hombros com simpleza.

- Cuando era pequeño - decidió hablar Yoongi bajo la atenta mirada del Alfa. - siempre veía por la televisión aquellos partidos. - contó con añoranza ante los recuerdos de su niñez. - Quedé totalmente fascinado, y desde ese día prometí practicar e intentar encestar canastas. Cada tarde después de la escuela iba a un parque cercano y jugaba con algunos compañeros. Deseaba poder ser un gran jugador cuando creciera, pero-

- Pero... - le incitó a que continuara.

- En segundo de secundaria me presenté como Omega y ningún equipo quiso que me inscribiera. - soltó con una sonrisa cansina.

Taehyung apretó levemente sus puños al entender claramente aquello. Los estúpidos estereotipos siempre estaban presente.

- Y ya sabes, los Omegas no somos buenos para cosas como estas. - dijo en tono sarcástico y el Alfa negó.

- Hey, sabes que no es así. Aquí lo único que no es bueno son los diminutos cerebros de aquellas personas que por ser Alfas se creen superiores.

- ¿Y acaso eso no es cierto? - decidió soltar aquello que tanto resonaba en toda la sociedad actual.

- ¿Qué? - cuestionó con incredulidad. - Por supuesto que no, Yoongi. Nosotros no deberíamos basarnos en la raza, clase social o cualquier otra estupidez... Somos personas y por ese mismo hecho merecemos respeto. Lástima que la gente ignorante de ahora cree que por ser del rango Alfa, son superiores. - chasqueó la lengua disgustado. Aquellos temas siempre le hacían enojar por lo injustas que eran.

Yoongi se percató de inmediato del entrecejo fruncido del Alfa y dudosamente posó una de sus manos en el hombro ajeno. No lo había pensado mucho y solo accedió a lo que su lobo le decía.

El Alfa asombrado por el suave tacto hizo desaparecer rápidamente su fastidio, sintiendo como su lobo empezaba a dormitar ante los lentos toques que los pulgares del Omega le ofrecía, sumando a que inhalaba lentamente el dulce aroma que desprendía Yoongi.

Simplemente perfecto.

¿Cómo es que aquel lindo Omega impactaba tan fuerte en él?

El pelirubio le sonrió con timidez y dulzura. - Ya no hablemos de eso.

- De acuerdo. - soltó un suspiro y le correspondió con una breve sonrisa también.

- Uhm... Taehyung. - lo llamó y de inmediato el mencionado fijó su mirada en el Omega. - Quieres, ahm... ¿Quieres jugar un partido de básquet?

Y de pronto un brillo de entusiasmo se dibujó en el rostro del Alfa.

Porque pasar el tiempo con Yoongi significaba momentos valiosos, por más común que a otros les parezca, para Taehyung era lo más importante.

Treat you better ♡TaeGi♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora