Treat you better ♡TaeGi♡

♡Capítulo 20♡

Taehyung agradecía totalmente que fuera sábado, puesto que el cuerpo le dolía horriblemente y ni siquiera pudo agarrar el teléfono para desearle unas buenas noches a Yoongi.

Su mamá insistió tanto que hasta creyó que exageraba, quizás solo era su instinto maternal que quería cuidar y proteger de su cachorro.

Lo que ahora le preocupaba es como iría a la universidad sin que todos vean lo lastimada que quedó su cara. No quería que todos empezaran a compartir estúpidos rumores y peor aún, tener que darle una explicación a Yoongi sobre ello, estaba seguro que lo cuestionaría.

Su mamá entró a la habitación con una bandeja llena de alimentos como desayuno, lo acomodó en la mesita de noche y ayudó a que se pudiera sentar. Luego de un poco de esfuerzo y dolor, el Alfa pudo recostar su espalda en la cabecera de la cama.

— Buenos días, mamá. — trató de esbozar al menos una pequeña sonrisa, no quería preocupar más a su progenitora de lo que ya hacía.

— ¿Cómo amaneciste, cariño? — posó su mano con suma delicadeza en la mejilla del joven Alfa. Su voz salió más frágil de lo que quería esconder.

— Ya no me duele mucho. — mintió.

— Taehyung, por favor. Vamos a la clínica. ¿Si? — sugirió con la dulce voz que la caracterizaba.

— No, mamá, serán muchos gastos. Voy a mejorar rápido, no te preocupes. — tomó la mano de Hyerim y le dio un corto beso. Su mamá lo miró con ternura plena que le causaba su cachorro.

— Cómo... ¿Cómo pasó esto? Y te pido por favor que seas honesto. Sin mentiras, ni excusas ahora, sabes que no te he malcriado para eso.

La mirada dudosa de Taehyung vaciló. Él jamás le había mentido a su madre. ¿Podría ser capaz de hacerlo ahora?

— Mamá, antes que nada... — trató de sonar seguro de sus palabras. — Quiero, realmente quiero que no lo tomes a mal o que me digas que me tengo que separar de Yoongi, y sobre todo porque sabes que estoy muy enamorado de mi Omega.

— ¿Qué estás tratando de decir? — preguntó totalmente confundida y el rubio exhaló el aire lentamente.

— ¿Recuerdas cuando te dije que Yoongi tenía Alfa? — Hyerim asintió rápidamente. — Al parecer sus amigos le han avisado lo que pasa entre él y yo. — murmuró lo último. — Me amenazaron. — La Omega intentó levantarse, pero Taehyung fue más ágil y la detuvo agarrando sus manos. — Por favor, mamá. No hagas nada.

— ¿Cómo que no haga nada? ¿Entiendes lo que dices, Taehyung? Te han lastimado de la peor manera posible, ¿y pides que no haga algo al respecto?

— Quiero solucionarlo por mi cuenta, además no pienso quedar como alguien cobarde.

— ¿Eres consciente de lo que dices? — le reprochó herida. — Todo tiene que ver con Yoongi. Creo que lo mejor es-

— No, mamá. No voy a alejarme de él.  — aseguró neutro y conciso, ya sabía que su madre diría algo como eso.

— Pero Taehyung... — Hyerim volvió a sentarse, tomando las manos del joven Alfa. — Es muy peligroso, no puedo permitir que te hagan daño, no me lo perdonaría. Trata de comprenderme. — Su voz sonó mucho más baja y con deje de tristeza.

— Puedo hacerles frente, no puedo dejar a mi Omega ahora que me ha aceptado. — la Omega lo miró fijamente, algo incrédula a la vez. — Ayer le conté, mamá. Y me ha aceptado como su Alfa, solo... Solo necesitamos tiempo para hacer que las cosas empiecen a surgir.

— ¿Y qué se supone que haremos con esa amenaza que recibiste? Cachorro, no quiero que algo malo te suceda.

— No pasará, tenlo por seguro. Por favor mamá, además, Yoongi no tiene que saber esto. Si se entera lo más seguro es que me vaya a evitar.

Aquella mañana y con toda la inseguridad de su corazón, Hyerim tuvo que aceptar las palabras de su hijo. Sin embargo, tomaría ideas precavidas, no podía quedarse sin hacer nada. Y es que al prohibirle a Taehyung que se acerque a Yoongi no es opción, sabía muy en el fondo que la desobedecería.

¿Quién podría alejarse de su pareja destinada cuando recién la encuentra? La señora Kim podía comprenderlo, y estaba dispuesta a ayudar a la joven pareja, solo quería que todo esto pasara rápido, como si de una pesadilla estruendosa se tratase.

A veces tenemos que soportar las fuertes lluvias para poder apreciar el radiante sol.