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«FIN A LA INMENSA CABEZOTA»

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«FIN A LA INMENSA CABEZOTA»

EVIE JUNTO A MAL a penas iban saliendo del lugar de Lady Tremaine, su gran salón de belleza que atendía su nieta, cuando se introducieron nuevamente a las oscuras y sombrías calles de la isla para volver a su escondite

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EVIE JUNTO A MAL a penas iban saliendo del lugar de Lady Tremaine, su gran salón de belleza que atendía su nieta, cuando se introducieron nuevamente a las oscuras y sombrías calles de la isla para volver a su escondite.

Fue extraño que ambas se diesen una confundida mirada, es cómo si el aire de la isla se hubiese vuelto más frío de lo normal y las dos lo sintieron. Tomaron con más fuerza las bombas de colores que habían hecho y se tomaron de la mano para apresurar el paso.

Algo malo había sucedido, peor de todo lo que podría suceder allí rutinariamente, y siempre hubo algo en la isla que atormentaba a los habitantes de allí, era cómo un viento helado que calaba sus huesos a modo de aviso, cómo un mensaje que les decía que algo había ocurrido. Muchos decían que era Hades, que a pesar de haber perdido muchos de sus grandes atributos aún sabía avisar cuando alguien moría y se divertía de esa manera.

—esto no me gusta nada —Mal murmuró viendo a los lados, la mayoría estaban escondidos.

—¿Crees que nuestros padres nos hayan encontrado? —Evie le susurró atemorizada.

—no, no se ocultan de nosotras —Le señaló a unos pequeños que se mantenían detrás de unas telas, viendo y susurrando en dirección a donde ellas deberían ir.

Dieron saltitos tratando de doblar en el pasillo para volver lo antes posible a dónde Heart las esperaba. Evie volteó su rostro a ver a esos niños, tres chiquillos, que negaban viéndola. Cómo si le dijesen que a dónde iban era un feo lugar. Miró al frente ceñuda.

Mal frenó, alzando su mano para que Evie también parase su caminar. La de cabello azul miró a su mejor amiga con alarma ya que una confusión asustadiza se había apoderado de su cuerpo, pero Mal sentía, olía la riña.

Fue cuando ambas bajaron la cabeza, tan lentos que lo último que sus ojos enfocaron fue lo que había en el suelo. Evie retrocedió un paso, quedando detrás de Mal que entrelazó su mano con la suya tragando en seco por lo que sus ojos admiraban justo en la entrada a las escaleras abiertas a su guarida.

𝐑𝐄𝐃 𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐒; 𝔡𝔢𝔰𝔠𝔢𝔫𝔡𝔞𝔫𝔱𝔰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora