El tener la oportunidad de ir a estudiar al extranjero debe ser algo emocionante y a la vez aterrador, el tener que estudiar un idioma aparte del inglés para poder comunicarte antes de ir a tu destino debe ser algo difícil. Pero para Sun-Hee no es l...
Habían pasado cuatro años desde que Sun-Hee volvió a Corea, algunas cosas en Estocolmo habían cambiado y otras seguían igual. Por un tiempo Sun-Hee y Björn habían estado en contacto por medio de cartas hasta que un día, las cartas de ella dejaron de venir. Björn pensaba que era por un pequeño problema del centro de correos o algo así.
Pasó un año y nada, por un tiempo pensó que ella se había olvidado por completo de él.
Cada día no dejaba de pensar en ella, esperaba todos los días en su buzón una carta de su novia pero nada. Estaba empezando a preocuparse.
Por su mente pasaban varias cosas. Como por ejemplo; que su padre se enterará de las cartas que le mandaba y la obligaba a perder contacto con él o que tal vez había encontrado a alguien mejor o que su padre le había presentado a su nuevo prometido, ya que en Corea es muy común tener citas a ciegas o matrimonios arreglados.
Esas últimas dos lo hacían sentir mal que pedía que no se hicieran realidad.
Hace años que Björn no recibía cartas por parte de su novia dejándolo un poco preocupado, trataba de dejarlo de lado pero no podía.
Tenía la idea de viajar a Corea solamente para buscarla pero no tenía ni la más remota idea de cómo, podía hablar inglés pero no coreano, lo único que sabía eran palabras y expresiones que ella solía decir cuando estaba con él. Trató de decirles a los señores Lee que le enseñarán pero nunca se presentó la oportunidad debido al trabajo y a sus estudios.
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Caminando por las calles de Estocolmo entró a una panadería, había una pequeña fila delante de él pero podía esperar. Todo normal hasta que miró a un lado y vió a una chica que se le hacía un poco familiar.
Aquella chica tenía el cabello color azabache, largo y trenzado siendo sujetado por un listón blanco. Ella vestía una falda corta cuadriculada de color café, mallas y botines color negro y un saco grande y largo color lila. Solo faltaba que ella mostrará su rostro para no quedar con la duda.
Estaba viendo a la chica por un determinado tiempo hasta que el señor que atendía el local lo sacó de su trance llamándolo en repetidas ocasiones.
Al final salió del local con su bolsa de pan en brazos, por un momento pensó en esperar a que la chica saliera del local para comprobar sí era ella, pero no quería parecer un acosador, así que sólo se fue a casa a paso lento.
Llegando al vecindario se volvió a encontrar con aquella chica, estaba del otro lado de la calle mientras tenía su bolsa de pan en brazos, la miró por un momento y vió que estaba buscando algo con la mirada, parecía estar pérdida. Cruzó la calle y con su dedo índice le tocó un par de veces su hombro haciendo que ella volteara rápidamente.
Al fin pudo verla a la cara, tenía sus sospechas de que era ella, tenía los ojos un poco grandes y de color púrpura, su cabello de enfrente tenía dos grandes mechones a cada lado de su rostro. Tenía que asegurarse de que fuera ella así que habló.
