-Capitulo 1-

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                    Forks siempre había sido un pueblo frió con clima nublado y bastante misterioso, en la reserva algunos ancianos creían que las leyendas eran verdaderas sobre los hombres que se convertían en lobos enormes y los fríos los Cullen aquellos que vivían del otro lado del tratado.

Ya había pasado un tiempo desde la partida de los Cullen, Isabella Swan se negaba a salir de su casa y su pobre padre no sabia que mas hacer.

En la oscuridad de la noche una joven Pelirroja como el fuego, piel blanca, delgada, con ropa oscura caminaba con tranquilidad por las calles del pueblo aquellas calles que alguna ves camino cuando era mas chica, quien lo iba a decir que la niña tan dulce como el dulce de leche, tan amable como ninguna volvió, tan tierna y aquellos colores  que tanto la caracterizaba los colores claros.

Volvería al pueblo pero totalmente cambiada había dejado atrás los colores pasteles las miradas dulces, volvió pero siendo otra su mirada lo demostraba era fría, retadora, su paso era firme, su ropa negra y roja, no confiaba ni en su propia sombra, era sarcástica y fría en su hablar, así había vuelto Maddison Argent.

En el fondo del bosque había una casa que hace algunos años una familia se había ido sin dejar rastros, los Argent habían dejando la gran casa abandonada la casa parecía embrujada a donde nadie quería ir perfecta para la época de Helloween.

Maddison junto a su padre Chris Argent, entraron a la casa que ya hace algunos no habían visto, pudieron observar que estaba tal cual como la habían dejado algunas paredes quemadas, los muebles tapados con sabanas blancas, los espejos del comedor con telas de arañas, la cocina intacta, las escaleras de color marrón que tanto llamaban la atención que conducían al segundo piso que la ultima pieza del pasillo seguía cerrada con llave al igual que el sótano, la pieza de Maddie seguía igual como ella la había dejado hace siete años. 

Ver esa habitación donde su niña interior fue tan feliz, riendo sola, jugando con los unicornios, bailando con las zapatillas de ballet, pintando dibujos los cuales seguían pegados en la pared de color rosa claro, las sábanas  blancas  cubrían los muebles, alado de la puerta estaba la cajonera con una lámpara de unicornio alado de esta el placar con algún vestido, enfrente de esta la otra pared que estaba la ventana de marco blanco y cortinas cerradas del lado izquierdo pegado a la pared mirando a donde estaba ella parada la cama que a los pies estaba el baúl color madera con juegues algunos eran muñecas, osos de peluche, del lado derecho de la habitación la biblioteca con libros de princesas con un escritorio color blanco con un hermoso espejo tapado con una sábana.  

Maddison dejo su maleta en la puerta y dio media vuelta para ir junto a sus padres que estaban sacando las sábanas que cubrían los muebles del comedor y cocina.


-Esta todo igual - dijo su padre-  Mañana llega el camión de mudanzas con nuestras cosas, Cielo sacaste las sábanas de los muebles?

-No -dijo Maddison sin emoción-

-Sabemos que no te gusta estar aquí que te trae muchos recuerdos, pero sabes el por qué estamos en el pueblo de vuelta -dijo su padre- ve y saca las sábanas, lo que no quieras guardar lo ponemos en una caja para guardar abajo de la escalera

-Pintaré mi cuarto- dio media vuelta y subió-


Maddison volvió a su cuarto sin querer entrar con frialdad saco las sábanas de cada mueble tirándola en el pasillo además que abrió la ventana dejando ver la luz de la luna pegar en su cara, abrió los cajones y el placar sacando toda ropa aun haya quedado de su niñez. Cambio las sábanas de a cama con unas que tenía en su maleta color negro, le pidió un trapo a su padre con pinolux limpio los estantes y cada muebles que se encontraba en la habitación.

Se acercó al baúl que estaba en los pieza de  su cama, apoyo los dedos en el escuchando las risas de su niñez al abrirlo vio juguetes,  muñecas, osos, disfraces de princesas, cartas que se escribía con su gran amigo de la niñez Embry Call aquel chico que no le dijo ni chau cuando se fue solamente se fue.

 De un momento a el baúl se cerró con fuerza, Maddison lo arrastró hasta el pasillo alado de su cuarto dejando en claro que no lo quería en su cuarto solamente le faltaba sacar lo que quedaba adentro de los muebles, sacó los dibujos de la paredes poniéndolos adentro del baúl. 

Abrió su ventana dejando entrar el aire frío de la oscura noche que lo único que iluminaba era la luna con alguna estrella en el cielo por un momento creyó ver una sombra de animal de color oscuro entre los árboles del bosque, ella no se escondió siguió ahí de pie mirando si volvía a ver al animal.

Esa era una de las razones por la cual volvieron.


Maddison Argent "Embry Call" IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora