Maddison Argent una noche desapareció sin decir nada después de siete años vuelve a Forks, el pueblo donde creció. Allí se encuentra con su antiguo mejor amigo Embry Call y muchísimos sentimientos vuelven aparecer.
Aunque nadie lo crea Maddison está...
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No había logrado dormir mucho anoche y tenía obvias razones se puso uno tapado color rojo fuego, una remera negra con unos jean color negros acompañados con unas botas del mismo color sin taco, lápiz labial color rojo y el pelo suelto.
Después de desayunar Maddie logro encontrar una lata de pintura entre todas las cosas que tenía el auto sin duda se cambio de ropa cubrió los muebles con las sábanas blancas de ayer junto a su padre pintaron las paredes aquella mañana pasó de un color rosa claro a un rojo oscuro casi bordo.
Volvió a ponerse su ropa de antes escucharon una bocina sonar el camión de mudanzas siempre aun las paredes de su cuarto estaban secándose, Maddie dejo en el pasillo alado del baúl que saco ayer las cajas que decían Maddie, la casa era un caso sin duda el camión se había ido dejando todas las cajas por la casa algunos muebles nuevos.
Maddie acompañó a su padre a la cuidad a la ferretería a comprar clavos, cadenas, tornillos y pintura de muebles ella se quedo en el auto mientras que su padre fue a comprar no hacía falta diciendo que pintura él sabía el color a la perfección, no aguanto las miradas curiosas en ella de cada persona que pasara algunos no la reconocían y era evidente, puso la música de la radio a un volumen un toque alto para meterse en su mundo.
Cuanso ya esyaban en la casa Maddison empezó a meter en cada cuarto las cajas que cada una tenía un nombre de donde iba por ejemplo cocina, Maddie, sótano, comedor, baño, escaleras, delicado, recuerdos, fotos, cuarto, Chris, entre otras.
Para ser una mudanza ya tienen casi todo ordenado pero Maddie el cuarto que no tenía ganas de entrar estaba viendo el baúl de juguetes con su pasado juguetes y la caja de cartas con diarios de sus niñez, ya harta de ver la caja.
-Que buscas? -Le pregunto a su padre
-Una pala -cuando finalmente la encontró en el fondo de una caja que decía cocina- ¡acá estas!
-Para que la queres?-volvió a preguntar-
-Para enterar un cadáver -y sin más se dirigió a la salida de la casa- Después nos vemos
Sin más salió de la casa dirigiéndose al bosque cerca de donde vivía, sin ensuciarse hizo un posó en el suelo había metido la caja en una bolsa y la metió en el posó cuando estaba por volver a llenarlo con tierra escucho un ruido tras ella, con cuidado se dio vuelta viendo que entre los arbustos unos ojos color rojo oscuros la miraban igual como lo había visto ayer. No bajo la mirada en momento se la sostuvo mirándolo ningún fijamente se escuchó un aullido de lo más profundo del bosque aquellos ojos desaparecieron para correr a lo profundo de la oscuridad del bosque, ella volvió a lo suyo tapo el posó y volvió a su casa.
-Unos interesantes ojos rojos desde ya era me miran -dijo mirando a su padre- ayer por la noche y ahora en el bosque
-Porque no lo enteraste en el jardín?
-Lo quiero lejos
-Algo más que tenga que saber?
-No era un humano evidente así que ya sabrás a lo que me refiero huyó al escuchar un aullido en lo profundo del mosque
-La próxima ves que salga no vayas totalmente sola -Su hija asintió a sus palabras y se fue a su cuarto-
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Por el otro lado del pueblo un chico se sentía fatal estaba irritado, de mal humor y sin duda con fiebre ya hace algunos días, pero al escuchar que la familia de su gran amiga de infancia había vuelto al pueblo cuando se habían ido sin decir nada, fue lo que lo detonó corrió al bosque se sentía mareando y cayó al el suelo vio su mirada borrosa de pronto se encontraba en cuatro patas, con un pelaje color gris cuando trato de hablar salió un gruñido al escuchar eso se asustó como nunca y grito pero se escuchó un aullido.
De pronto tres lobos se acercaron uno color negro con ojos rojos, otro de color gris oscuro y el último de color marrón oscuro rodeaban al lobo recién convertido quien se encontraba asustado.
