Maddison Argent una noche desapareció sin decir nada después de siete años vuelve a Forks, el pueblo donde creció. Allí se encuentra con su antiguo mejor amigo Embry Call y muchísimos sentimientos vuelven aparecer.
Aunque nadie lo crea Maddison está...
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La alarma había sonado unas cinco veces pero ni así Maddison se despertaba, abrió de apoco los ojos sentarse y ver a su alrededor, vio su cuarto como si esperaba a alguien que entrara a la habitación de golpe pero eso... nunca llego.
En cambio tuvo que irse sola de su casa, cuando salio de su casa vio la calle como si esperaba algo hasta que tomo el auto y condujo hasta la oficina de la señora Venson.
-Cuéntame, Maddie. -dijo la mujer Venson, aquella mujer alta de pelo rubio que se encontraba sentada del otro lado de la mesa que la chica
-No tenemos nada de que hablar.
-Todo aquel paciente que viene acá es por algo.
-No me pasa nada.
-Por que estás acá?
-Mi mejor amigo me trajo.
--Se que nunca fuiste a una psicóloga pero acá estoy yo para ayudarte a conocer todo este mundo
-Se lo agradezco pero estoy perfecta.
-Tus amigos no te ven bien. -Maddison guardo silenció- dónde vives?
-Acá en Beacon Hills pero a veces en Forks.
-Como es eso?
- Nací con mi hermana en Beacon Hills pero cuando teníamos tres años nos mudamos a Forks con mis padres, allí viví hasta los diez años y viajamos por Francia hasta llegar de vuelta acá a Beacon Hills.
La mujer anoto lo que dijo Maddison -Volviste a Forks?
-Si, hace unos meses después volvimos acá.
-Que te hace sentir ese cambio de lugar?
-Nada.
-Me doy cuenta cuando mientes, Maddie. Qué te hace sentir ese cambió?
-La verdad no lo sé. Amo beacon Hill's es dónde quiero vivir pero tengo que volver a Forks.
-Y porque tenés q volver?
-Hay alguien que espera que vuelva pero yo no quiero volver, Forks fue mi hogar por años, pero ya no lo es. Se llama Embry, es el quién espera que vuelva a Forks para ser algo más que amigos. Pero yo no puedo. -cerro los ojos- No puedo enamorarme, no quiero quererlo.
-Tienes miedo de perderle, ya perdiste personas y tienes miedo de engancharte con él y después que algo suceda.
-No quiero estar atada a un ser, quiero ser libre, soy de alma libre.
-Pero así siendo de alma libre, estás mal.
-Esta charla no va a llevar a nada, si me disculpas.
