7. Ni que fuéramos brujas, duh

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JASON

— ¿¡Has incendiado un maldito edificio!?— oí que le gritaba Byron a Kate.

Menudos idiotas... Pero aún así les amamos, ¿a que sí?

Me habían entrenado para poder enfrentarme a estos seres. Y generalmente, los de nivel 15 para arriba solo aparecían cuando tenían un encargo especial que cumplir. Esto iba a acabar mal...

Esta cosa a la que me estaba enfrentando, que juraría he visto en alguna parte, también se había distraído mirando el edificio en llamas.

Fuego, fuego... ¿Por qué me da que es importante?

— ¡Jason, señor Brooke o como sea que te llames!— me gritó Kate. — ¡Mata a esa cosa con fuego!— me chilló.

¿Qué soy adicto al juego? Esta chica está mal de la cabeza...

— ¿¡ QUEEEEEEEE!?— le respondí, gritando. Todo las calles de abajo estaban haciendo ruido; mucha gente ya se había dado cuenta del incendio.

— ¡¡¡¡ QUE MATES... AL MALDITO DEMOGORGON... CON FUEGOO!!!!— me respondió, histérica.

Bueno, supongo que ya había descubierto el nombre de esta cosa.

Saqué un mechero del bolsillo, lo encendí y lo lancé en dirección al Lusion.

Spoiler: ardió más rápido que el edificio.

Cuando me aseguré de que se había ido, me sentí muy débil de repente. Solo una vez antes me había sentido así, y aún no recordaba el por qué.

Además, nunca antes me había enfrentado a un Lusion de este nivel.
Estaba a punto de desplomarme en el suelo, cuando unas manos suaves pero firmes me sujetaron.

— Te tengo— susurró Kate , dejándome apoyado en el suelo.

Intenté no dormirme pensando en algunos de mis recuerdos felices, pero no funcionó.

Entonces me centré en Kate: esta chica envolvía mucho misterio, lo descubrí el primer día en el que me presenté como su profesor. Y me sentí atraído hacia ella, no podía dejar de observarla. Era la única chica del instituto a la que no le interesaba, y eso me parecía... fascinante, supongo.

Byron se aclaró la garganta. Ups, me había quedando observando fijamente a su hermana durante un buen rato, así que intenté disimularlo.

— ¿Qué era eso? — les pregunté, intentando ignorar la mirada recelosa de Byron puesta en mí.

Kate no pareció darse cuenta de nada.

— Era un Demogorgon, de la serie Stranger Things— me respondió alegremente.

Ay, esa serie la conozco. Amy nos obligó a ver la primera temporada.

— ¿Y quién lo ha invocado? — les pregunté.

— ¿Cómo que invocado? Aquí nadie a invocado nada. Ni que fuéramos brujas, duh— replicó Byron.

— Me refiero que a quien de los cuatro le encanta la serie. — les expliqué intentando no perder los nervios.— Una vez que conocéis la verdad, pueden percibir vuestra presencia más fuerte.

— Diana es fan de la serie desde que la echaron por primera vez hace años. Debe de haberlo invocado ella— reflexionó Kate.

Señor mío, dame paciencia, porque como me des fuerza, Diana va a morir por mi culpa.

Eso me hizo acordarme de...

— Amy. Necesito ayudarla— intenté levantarme, pero Kate me volvió a tumbar.

— Diana y Luke están cuidando de ella. Descansa hasta que vengan los tres a reunirse con nosotros—. Me tranquilizó Kate, y me fijé en que Byron estaba hablando con alguien por teléfono. Aunque, en verdad, tenía pinta de querer tirarse por la azotea. Parecía cabreado. Colgó y vino otra vez con nosotros.

— Ya están viniendo, a pesar de que Amy necesita descansar—. Añadió, con el ceño fruncido.

De repente, la puerta se abrió de golpe y Amy apareció desesperada sin parar de mirar a todos lados.

Cuando me vio, nuestras miradas conectaroln y echó a correr hacia mi. Olvidé mi cansancio y la encontré a medio camino para abrazarla. Vi que los cuatro mosqueteros estaban haciendo lo mismo que nosotros, aunque sentí un tirón en las tripas cuando vi a Luke y Kate abrazándose y percibí muy claramente la tensión que había entre Diana y Byron, que no se abrazaron.

Cuando me separé de Amy, los demás vinieron corriendo hacia nosotros.

— ¿¡Y ahora qué hacemos!? Kate ha incendiado el edificio y necesitamos...— comenzó Byron, pero Diana le interrumpió, mirando a Kate.

— ¿Has sido tú la culpable de eso?— preguntó, señalando ya las (prácticamente) cenizas.

— Eso creo, pero no sé que he hecho— contestó, encogiéndose de hombros. 

Amy me mira, y sé que ha pensado lo mismo que yo. Solo había una persona que nos podía ayudar en ese momento.

— Tenemos que irnos, puede que vengan aquí para interrogar a los alumnos— se me adelantó Amy.

— Somos cinco alumnos y un profesor, no se notará para nada que se ha ido alguien—, replicó Kate, rodando los ojos.

Yo me contuve para no sonreír, pero Amy contraatacó:

— Recuerda que Jason puede controlar la niebla, por lo que podemos irnos y no se darían cuenta.

Diana murmuró algo y Kate se río a carcajadas, chocando sus manos.

— Bueno, solo hay una persona por aquí que nos pueda ayudar—. Expresé en voz alta, finalmente. — Vámonos.

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Bueno, ha sido un laaaaargo tiempo. Pero estaba en bloqueo escritor y no me gustó cómo me quedó del todo este capítulo. Bueno, intentaré actualizar cada tanto, pero no puedo prometer nada.

Bueno, no tengo ni idea de lo que he escrito y probablemente tampoco lo haga en un futuro, pero bueno... Espero que disfruten leyendo de mi historia tanto como yo creándola.

Muchos corazoncitos a todxs!!!!!!

Partida dobleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora