Diabólica Tentación [♡Nammin♡]

||♥︎𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 8 ♥︎||

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— ¿Que?, ¿Ya es la segunda vez que te follas al señor Kim? — Preguntó un asombrado Taehyung

— El contrario mordió sus labios sonriendo con perversión mesclada con satisfacción — Sí, y fue lo mejor que pude haber hecho hasta ahora. Dios, que pedazo de Hombre resultó ser

Taehyung mordió su labio nerviosamente con preocupación por toda esta situación de JiMin y Jungkook. ¿Había algo que podía hacer para que de una vez su amigo pudiera entrar en razón?.

— Y cuando dejarás de hacer todo esto JiMin, creo que ya deberías pararlo, ya conseguiste lo que querías

— Dios, detente ahí Kim Taehyung — Dijo algo irritado viéndolo con los ojos entrecerrados — ¿Terminarlo?, apenas estoy empezando a divertirme y no pienso parar esto

Hizo una mueca con molestia sintiéndose fastidiado por las palabras de Taehyung. Recién empezaba a hablarle después de varios días donde se sintió cansado de su actitud, y nuevamente venía con sus aburridos sermones.

— ¿Pero por qué?, ¿Acaso vale tanto la pena?

— Por supuesto que lo vale, es lo mejor que pude haber hecho. Porque amo lo prohibido, sobre todo el peligro — Dijo ahora sonriendo con suficiencia

— Al escucharlo resopló con algo de molestia — Al menos siquiera quieres un poco a Jungkook, ¿JiMin?

— Park lo miró unos segundos con una sonrisa soberbia — Ya sabes la respuesta a eso. Así que mejor no preguntes — Le lanzó una mirada qué cuestionaba su inteligencia, haciendo sentír mal al rubio — Jungkook no me atrae para nada, quien me vuelve completamente loco, es su Padre — Murmuró lo último con sinismo, para después levantarse del pasto en donde ambos se encontraban, y así perderse dentro del establecimiento dejándolo con la boca abierta

¿Todo este tiempo, su amigo había sido esta clase de persona?.

Resopló nuevamente apretando sus puños, sintiéndose decepcionado por todo esto. Pero también se sentía traicionado por quién decía ser su mejor amigo.

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Kim Namjoon se encontraba tenso en la biblioteca de su casa. En estos momentos estaba sentado en su escritorio. No paraba de mover sus hombros sin dejar de crujir su cuello en ciertos momentos.

Su vista estaba centrada en los documentos que tenía delante suyo junto con su computadora. A pesar que los tenía ahí frente de él, sabiendo que eran importantes, no encontraba mucha concentración de su parte como debía de ser.

¿Y eso era por?

Nada más ni nada menor que por él descarado muchacho, Park JiMin.