Diabólica Tentación [♡Nammin♡]

||♥︎𝑷𝒓𝒐́𝒍𝒐𝒈𝒐♥︎||

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El empresario Kim Namjoon, Padre adoptivo de Kim Jungkook se encontraba en estos momentos como casi siempre en su elegante oficina. Vistiendo un costoso traje negro hecho a su medida como le gustaba. Uno que remarcaba sus fuertes brazos y pecho.

Su mandíbula perfilada y bien definida se remarcó más al observar los documentos de mucha importancia que tenía sobre su escritorio. Había un error en ellos y se tendría que arreglar eso, o si no habrían tales consecuencias. Como las de despedir a todos sus ineptos empleados si eso fuera necesario.

El aura y el silencio que se sentía en esas cuatro paredes era tremendo para las personas que se encontraban al frente suyo. Levantó solo sus ojos de los documentos al frente. Sus manos que cubrían la mitad de su rostro sostenían un bolígrafo con sus codos apoyados sobre su escritorio. Jugaba escasamente con el mientras sus acusadores y fríos ojos estaban fijos en esas tres personas.

— ¿Y bien?

Su voz salió áspera, suave, pero tan fría y autoritaria que cortó el aire haciendo tensar el cuerpo de sus empleados, que se encontraban aterrados por su error.

— L-lo sentimos mucho Señor Kim, en este mo...

— ¿Esa es toda la mierda que saldrá de sus bocas?

Cortó con frialdad aquellas palabras, al escucharlo cerró su boca bajando la mirada sin saber que decir.

— Tuvieron bastante tiempo, pero aun así cometieron un error por el cual debería despedirlos

Los tres presentes se miraron entre ellos con miedo, esperando que alguno pudiera decir algo que salvara la situación. El Peli negro los miraba con tranquilidad, pero eso estaba lejos de ser así. Esos ojos acerados podían cortarte y quemarte en segundos.

— Tiró los papeles al suelo con desdén... — Recogan eso y vayan a arreglarlo ahora mismo, no se irán a ningún lado hasta que eso esté perfectamente listo

Sentenció con dureza y autoridad, clavando sus oscuros ojos en las tres personas. De manera rápida fueron a recoger todo del suelo con manos temblorosas. Y haciendo algunas reverencias salieron de la oficina.

Apretó su mandíbula por la ineptitud de sus empleados. Tal vez debería reconsiderarlo y despedirlos a todos para contratar un nuevo personal.

Su celular sonó ensima de su escritorio irrumpiendo sus pensamientos. Botando el aire de sus pulmones lo tomó con notoria molestia entre sus grandes manos. Debido a su enojo y a su mal temperamento ni siquiera se molestó en observar quien lo llamaba.

— Diga — Dijo con voz dura, cortante y fría, haciendo notoria su molestia

— H-hola Papá, lo siento si te interrumpí en tu trabajo