Capítulo 7

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―¿Hay algo que quieras decirme? ―preguntó Gulf― nosotros, ya repasamos a los personajes famosos de la historia que fueron vampiros, pero ¿Qué pasa con los ejércitos de vampiros enterrados en el suelo? ¿Hay más? Los egipcios, los chinos ahora. ¿Alguno más que debería saber?

―Bueno, están las pirámides aztecas de Tenochtitlán ―dijo Mew.

―Y la pirámide de Cholula en México es una de las pirámides más grandes en el mundo por una razón, entonces... ―añadió Jodis.

―Todavía hay mucho debate acerca de si la pirámide de Visoko en Bosnia es aún una pirámide ―dijo Eiji.

Los tres vampiros se rieron.

Gulf se frotó las sienes y suspiró ruidosamente.

―¿Sabes qué? Yo ni quiero saber ―miró la imagen durante un tiempo y de mala gana escribió Ejército de Terracota bajo Genghis Khan. Negó con la cabeza ante lo absurdo que era todo― ¿Cómo diablos voy a matar a seis mil soldados de Terracota?

Mew estaba a su lado en un segundo recubriendo con las manos su rostro.

―Con nosotros. Nosotros lo resolveremos, pero por favor, entiéndelo, Gulf, no estás solo en este barco.

―El ejército de Terracota son vampiros ―Gulf dijo en voz baja― ¿Cómo es eso posible?

―Con un albañil ―dijo Jodis.

―No me digas ―Gulf rodó los ojos― diría que llevó miles de albañiles.

Jodis le sonrió.

―No, me refiero a un albañil, sino un vampiro con un don de convertir las cosas en piedra.

La boca de Gulf se abrió y parpadeó. Y volvió a parpadear.

―¿Un qué?

―No hay muchos de ellos en estos días ―Eiji añadió― pero el vampiro que transformó el Ejército de Terracota en piedra vivió incluso antes de mi tiempo.

Mew lo atrajo hacia sí y Gulf se derritió. Abrumado por lo que acababa de aprender, Gulf se permitió ser asegurado, ser protegido, envuelto en los brazos que lo hacían sentirse seguro y bienvenido.

―El Ejército de Terracota no son técnicamente piedras ―murmuró.

―Tal vez el albañil podría usar tierra o arcilla en lugar de piedra, como cuando uso el agua para convertirla en hielo ―Jodis explicó― ningún don es una ciencia exacta.

―¿Qué otros dones? ―preguntó Gulf― les pregunté esto antes, pero me refiero a los otros. Hay videntes, saltadores, y Eiji hace su cosa con el ADN, Jodis puede convertir el material en hielo. Keket podía regenerar los muertos, y parece que tal vez Genghis Khan puede influir en el comportamiento de los demás. Has hablado de la lectura de la mente, pero por lo general se vuelven locos. ¿Cuáles son los otros que no he oído?

―Hay pirotécnicos o iniciadores de fuego ―dijo Mew.

―¿Como el hombre en Londres? ―preguntó Gulf― en la barra.

Mew dio una inclinación de cabeza.

— Sí.

―Hidrotécnicos. Pueden controlar el agua ―dijo Jodis.

―Como tú ―Gulf presionó. Sonrió.

―Similar, pero no es lo mismo. Lo que hago yo es llamado criogenia.

―Hay algunos que pueden manejar el aire.

―Al igual que aquel dibujo animado con el chico con la flecha azul en la cabeza, que es un Maestro del Aire (Referencia a: Avatar: El Último Maestro Aire).

La Llave de Mew-Libro 2-MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora