Capítulo 10

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Mew paseó. Odiaba sentirse tan impotente, tan lejos. Gulf estaba sólo a algunos pies de él, pero bajo el sol, donde Mew simplemente no podía ir, bien podían haber sido millas entre ellos.

Sabía que Gulf necesitaba un poco de tiempo para ordenar su cabeza alrededor de todo y Mew no tenía ningún problema con eso. Tenía un problema en no ser capaz de llegar a él si fuera necesario. Mew paseó un poco más.

Kole, que debió haber despertado en algún momento, colocó su mano sobre el hombro de Mew cuando pasó por delante, caminando directamente hacia su hijo.

―¿Estás bien? ―Kole preguntó.

Gulf reconoció a su padre con una pequeña sonrisa, pero dejó la pregunta sin respuesta. Que por Mew, fue una respuesta en sí. No, él no estaba bien.

―El médico llamó ―dijo Gulf. Y, entonces cuando Gulf iba a decirle lo que el médico Benavides le había dicho, Eiji puso su mano sobre el brazo de Mew.

―Estará bien ―Eiji susurró de una forma que ningún ser humano podía oírlo― Mew, mi hermano, comprometo mi vida por encima de la suya.

―Se está haciendo más fuerte ―Mew dijo en voz baja― físicamente. Pudo darme la vuelta, algo que sin duda no habría sido capaz de hacer antes.

Los ojos de Eiji se abrieron.

―¿Fue más fuerte que tú?

Mew dio una leve inclinación de cabeza.

―Momentáneamente, sí. Está cambiando, Eiji. Incluso el médico así lo dice. Estos resultados de sangre son nuevos.

―¿Crees que, una vez que fue destinado a ti, cambió físicamente también?

―Es una posibilidad que no puedo pasar por alto ―dijo Mew. Observó a Gulf mientras hablaba con su padre en la luz del sol― o tal vez yo mordiéndole lo cambió, no como se esperaba. O tal vez es nuestro... acoplamiento ―Mew se encogió por discutir tales asuntos personales.

Eiji casi sonrió.

―Podría haber muchas posibilidades. Tal vez sea una combinación de todos los tres. No tenemos forma de saber. No podemos cambiar nada de ti siendo predestinado. Esto está hecho. Dejaste de morderlo ¿Sí?

Mew asintió.

―Así que tu única otra manera de determinar tu teoría es dejar de llevarlo a la cama ―dijo Eiji.

Gulf se volvió y los observó a través de la puerta.

―¿Me escuchó? ―Eiji habló en un susurro de nuevo, algo que ningún ser humano debía ser capaz de oír.

―Por supuesto que puedo oírlos ―dijo Gulf― puedo ser un simple humano, pero no estoy sordo.

Eiji y Mew miraron a Gulf.

―Gulf ―Mew dijo con cautela― ¿Puedo pedirte que, por favor, entres?

Gulf rodó los ojos y sonrió al entrar.

―Solo porque me lo pediste tan educadamente ―cuando vio las expresiones de sus caras, su sonrisa murió― ¿Qué está mal?

Eiji volvió a hablar de nuevo, con el más suave de los susurros que sólo los vampiros pueden oír. Para el oído humano, esto no era más que una brisa.

―Gulf, sólo los hombres bien dotados me pueden oír hablar en este momento.

Gulf se puso pálido, con los ojos abiertos, mirando entre Eiji y Mew. Pero entonces se rió.

―¿Qué demonios? ¿De qué demonios estás hablando?

―¿Qué? ―preguntó Kole, claramente sin tener ninguna idea de lo que estaba pasando.

La Llave de Mew-Libro 2-MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora