Donde esta el corazón | Segunda parte

13|✝️

"¿Alguna vez vas a dejar de luchar contra ellos?" Preguntó la voz, la misma que le había estado trayendo comida y líquidos para mantenerlo con vida. Estaba justo a tiempo, como siempre. Deslizando la bandeja debajo de su celda, hasta que se detuvo una vez que golpeó el material gastado de sus botas.

Rick se enderezó. "Mi gente piensa que estoy muerto, no he terminado de pelear hasta que descubra una manera de salir de aquí".

El hombre asiático se volvió hacia él, con los ojos entrecerrados en una expresión pensativa mientras lo miraba, una vez, antes de asentir con la cabeza como si entendiera. "No eres un prisionero aquí Rick, Anne nos dice cosas buenas. Solo necesita mantener la calma, responder sus preguntas y pasará al siguiente nivel de la evaluación".

Rick se burló. "Me voy a casa".

Levantó una ceja e hizo un gesto hacia la comida. "¿Qué crees que estamos tratando de construir aquí, Rick? ¿De dónde crees que vino ese tipo de comida ?"

Rick bajó la mirada a la bandeja, a la graciosa porción de fruta fresca, carne y verduras dispuestas para que él comiera. No confiaba en él, por supuesto, pero despertó sus sospechas. El moreno notó su escepticismo y le ofreció una sonrisa.

"Este es el hogar, podría serlo, para todos. Tú, tu gente, podría ser tu hogar".

Rick se pasó una mano por la frente resbaladiza, donde los rizos húmedos se pegaban a la piel viscosa. Apenas registró la acción como propia mientras miraba las vigas de la unidad de almacenamiento, entrecruzadas en grandes 'x' que se volvían más borrosas cuanto más les prestaba atención. Se incorporó sobre sus extremidades débiles, un dolor punzante exigía su atención en la base de su cuello.

No tenía sentido negarlo, estaba enfermo.

A juzgar por la frecuencia con la que se desvanecía y perdía el conocimiento, había estado inconsciente durante al menos un día. Rastrear el tiempo se estaba volviendo cada vez más difícil, mientras su realidad se nublaba con los recuerdos de Carl y Lori... Shane. Incluso Merle aparecía a veces, burlándose de él, preguntándole si valía la pena.

Podía preguntarle a Negan cuánto tiempo había estado inconsciente, si su boca lograba formar las palabras. Sin embargo, tras una inspección más cercana, su plan se disipó cuando se dio cuenta de que el hombre mayor no estaba a la vista. Mejor dejar morir a los perros moribundos, o algo así, se decía a sí mismo.

Apenas podía recordar la conversación de la noche anterior, su memoria no le servía de nada, excepto por un momento en el que hablaron sobre una cocina. ¿Eso fue aquí? ¿O era de otra vida? Rick estaba teniendo dificultades para descifrar lo que era real.

Una breve mirada hacia su brazo, y la herida que blandió por su caída le indujo a la náusea. El área todavía estaba roja, y aunque la hinchazón había disminuido considerablemente, Rick estaba preocupado por la posibilidad de que una posible infección se extendiera a su sangre en los respiros de su inconstante conciencia.

Si su estado físico no era lo suficientemente preocupante, entonces su falta de calor seguramente sería el pateador. La baja temperatura ya no era algo a lo que su cuerpo estuviera acostumbrado. De donde él era, estaban equipados para las estaciones frías, ¿ahora? No sabía lo que iba a pasar.

Sin embargo, estaba dando vueltas alrededor del desagüe, eso lo podía ver y sentir. Si sus sueños tenían algún indicio de lo que le estaba pasando, entonces era tan claro como lo había sido la imagen de su familia en sus sueños; él estaba muriendo. No a un ritmo alarmante, pero lo suficiente como para que considere seriamente intentar regresar a Alexandria solo con Negan.