Donde esta el corazón | Segunda parte

24 | ✝️

Las semanas siguientes, Negan permaneció postrado en cama, a pesar de lo mucho que expresó su disgusto por consumirse en una cama, Siddiq insistió en que descansara hasta que estuviera mejor. La mayoría de los días, Aaron lo visitaba, le daba un informe completo de lo que estaba pasando en Alejandría, le pedía consejo sobre nuevos problemas que surgirían y eso era todo. Judith lo visitó tanto como pudo, ya que escuchó una discusión silenciosa pero acalorada entre él y Michonne sobre su amistad con él, esperaba verla menos durante el tiempo que estuvo atrapado en la enfermería.

Tara recorrió la enfermería un puñado de veces para divagar sobre sus escapadas románticas y preguntarle cómo alguien no había recogido a una chica como ella todavía. Negan ya le había dicho que no debería ser tan exigente, que tener más opciones significaba que tenía más posibilidades de encontrar el amor verdadero. Aun así, puso los ojos en blanco, lo golpeó en el hombro con ella primero e insistió en que no se lo iba a follar, incluso si estaba enfermo.

Rick también había visitado la enfermería, principalmente para supervisar en silencio contra la pared mientras hablaba con Judith. Nunca por voluntad propia, ni para abordar su intercambio de palabras previo a que la manada de caminantes derribe sus puertas.

Siddiq estaba junto a su cama, explicando que hoy se quitaría la vía intravenosa y que podría experimentar un ligero pellizco; lo cual no era nada insoportable, un momento de incomodidad valía la pena si eso significaba volver a estar en movimiento. "Todavía quiero controlar tu audición, entraste con una conmoción cerebral bastante severa cuando golpeaste tu cabeza contra... lo que sea contra lo que te las arreglaste para golpearlo". Negan puso los ojos en blanco.

"Aún así, no puedo hacer mucho con la suciedad que rodea tus heridas, así que envié a Aaron a buscar un par de ropa limpia para ti. No puedes irte todavía, sé que te estás cansando de escucharme decir esto, pero , la enfermería tiene una ducha y me gustaría que la usaras. Movió la cabeza de izquierda a derecha mientras consideraba sus palabras. "Sobre todo, creo que deberías usarlo, podría ayudar a mejorar tu estado de ánimo de mierda, y definitivamente ayudaría al mío".

"¿Está tratando de decirme que huelo a mierda, doc?"

"Sí", sonrió. "Sí, eso es lo que estoy diciendo".

Negan entrecerró los ojos, sin embargo, la nueva primavera en su paso era evidente, después de estar postrado en cama durante las últimas tres semanas, estaba listo para hacer algo más que esperar a que la gente lo visitara. Aaron se había vuelto cada vez más ocupado desde su regreso, Tara tenía su propio conjunto de problemas con los que lidiar dentro de la milicia, ahora que se veía obligado a renunciar temporalmente. Daryl no lo visitó en absoluto, pero supuso que no podía culparlo, no eran exactamente los amigos más amigables.

"Supongo que debería dejarte hacerlo entonces", tarareó Tara, si estaba feliz de poder irse o feliz de que él finalmente pudiera tomar una ducha, no estaba seguro. "Oye, ¿crees que Rosita alguna vez se balancearía en mi dirección?"

Se encogió de hombros. "Tal vez, ¿por qué no intentas preguntarle?"

"Sí claro." Ella se burló. "Déjame preguntarle mientras ella está lidiando con un bebé y un novio celoso, ¿te olvidas de esa parte? ¿Novio?"

Él se rió entre dientes, en voz baja y genuina ante la excesiva cantidad de sarcasmo que albergaba en cada frase que pronunciaba. "¿Qué tal si simplemente te vas de aquí, vas a buscar a tu verdadero amor o algo así?" Ella golpeó su hombro cuando pasó a su lado para irse, no sin antes despedirse de él con la mano.

"La encontraré, le diré a Judith que la extrañas".

Una vez que ella estuvo fuera de la vista, siguió a Siddiq lo mejor que pudo mientras lo conducían al baño. Sus pasos eran lentos y lentos, debido al desuso y entumecimiento de su pierna por los analgésicos. El martilleo contra su cabeza permaneció presente y persistente en todo momento, aunque eso podría haberse atribuido fácilmente al vendaje que le envolvía la cabeza con fuerza. Tal vez estaba demasiado apretado.