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"Desde que te fuiste se alargan los días

Y pronto escucharé la vieja canción de invierno

Pero te extraño sobre todo mi amor

Cuando las hojas de otoño empiezan a caer"

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Por mucho que Negan esperaba que Rick se levantara y se fuera por la mañana, se sorprendió al descubrir que la casa estaba llena de luz; todas las cortinas abiertas y una desagradable cantidad de luz del sol filtrándose a través de la ventana hacia su rostro. Eso, y el olor a comida que flotaba en su casa; eso fue extraño

Cuando volvió en sí, descubrió que el culpable había sido Rick, quien estaba intentando cocinar algún tipo de comida en la cocina de Negan; algo que casi nunca usaba. Por un momento, el hombre mayor lo miró con asombro silencioso, mezclado con una pizca de confusión.

"Qué..." Se frotó los ojos con la palma de la mano, pero cuando volvió a mirar, Rick todavía estaba en su cocina, de espaldas a él mientras reflexionaba sobre la estufa. "¿Qué mierda estás cocinando?" Cualesquiera que fueran las habilidades que el joven tenía antes en el departamento de cocina, definitivamente habían disminuido ahora; si el olor no era suficiente, entonces el humo definitivamente lo era.

Sorprendido, el hombre en su cocina se erizó, sonó un clic de la estufa al apagarse, y vio a Rick empujar malhumorado la sartén que estaba usando a un anillo frío en señal de derrota. "¿Qué diablos se ve?" Siseó, limpiándose las manos con un paño, luego cualquier residuo sobrante en sus jeans mientras se dirigía al sofá de nuevo.

"¿Honestamente? Parece que mi casa podría incendiarse".

Rick no dignificó eso con una respuesta, sino que se puso a trabajar abriendo algunas de las ventanas para permitir que el humo se filtrara lentamente fuera de la casa. Los ojos de Negan ardían y se secó la esquina donde las lágrimas habían comenzado a acumularse. En la mesa de café, un café estaba esperando por él, mientras Rick se dirigía hacia él para robarlo antes de que pudiera tenerlo en sus manos. "¿No tienes algo de qué ocuparte hoy?"

El hombre de pelo rizado lo miró con cierta molestia. "¿Es esa tu forma de decirme que me vaya a la mierda?"

Negan se encogió de hombros. Por lo general, te vas antes de que tenga que decírtelo.

"Eres una perra hoy".

El hombre mayor hizo un gesto hacia la taza que sostenía entre sus manos. "Te llevaste mi café antes de que pudiera tomarlo". Su voz bordeaba la queja, comenzaba a darse cuenta de lo doméstico que parecía; discutiendo suavemente mientras tomaban un café, molestándose unos a otros como lo hacían muchas de las parejas de ancianos de la comunidad.

Era extraño, incómodo, y Negan no estaba seguro de si le gustaba o lo despreciaba. Un poco de ambos, tal vez. "Tengo que irme, eventualmente. Tengo que ver a Judith hoy, aclarar las cosas. Sin embargo, pensé que podría tomar una ducha aquí, si te parece bien . Puso los ojos en blanco, como si la idea de que Negan le negara algo tan simple fuera frustrante.

"¿Y yo soy la perra?"

Rick se burló. "¿Quieres unirte a mí, o simplemente te vas a sentar ahí?"

Negan no era de los que miraban a un caballo regalado en la boca, pero era un tipo que iba con el tipo de flujo. Con Rick, esa parecía la única opción; simplemente yendo con él, improvisando o jugando de oído. A él no le importaba, cuando los sentimientos y el matrimonio no estaban involucrados, cuando solo era Rick buscando sacar sus rocas. Ahora, sin embargo, pensó en la familia del hombre más joven y se tragó su acuerdo.

Donde esta el corazón | Segunda parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora