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      Tenía 12 años cuando vio a Haechan por primera vez, en ese entonces no se habría imaginado que sentiría algo por él.

       No recordaba con exactitud cuándo había sucedido pero en algún punto, especialmente en la clase de historia siempre se sentaban juntos, eran sillas individuales pero siempre se sentaban delante, detrás o al lado del contrario, era la clase en la que más convivían, casi como un ritual.

      En algún punto de ello incluso empezó a apartarle lugar pero solo en esa clase, se sentía de mal humor cuando alguien quería alejar a Haechan de él, solo eran 50 minutos pero eran los que en algún momento empezó a ansiar más.

       Probablemente esa debió ser la señal de que empezaba a tener más sentimientos que los de una simple amistad, pero en ese entonces no se dio cuenta, cursaban primer año y lo asoció a que era una costumbre.

       Jeno fue el promedio más alto en el examen de admisión, 99 aciertos de 100 e inclusive había participado en algunos cuantos concursos estatales y nacioneles por lo que era normal que sus compañeros lo buscasen por ello, copia en el examen, explicaciones o cualquier cosa relacionada a un interés académico.

        Sin embargo lo que haechan hacía era competencias de dibujo con él,  siendo sinceros Jeno no era bueno dibujando, nunca se había enfocado en ello, estando ocupado estudiando, por lo que cuando la primera vez que mantuvo una conversación con el chico y no lo buscó por mero interés le parecio raro.

        Haechan sin embargo era bueno dibujando, le llegó a preguntar y este le dijo que no había tomado un curso, simplemente le gustaba hacerlo y comprobar que Jeno Lee no era bueno en todo como se creía por lo que por esa razón empezó a ver videos tutoriales de dibujos sencillos para competir con Haechan.

       Quería creer que era por ello que ansiaba esa clase, porque sí, fuera de esa clase su comunicación era casi nula, cada uno tenía su grupo de amigos y estaban bien con ello.

     Al cabo de un tiempo Haechan se hizo más cercano a su propio grupo de amigos y en ocasiones le decía antes de la clase "hoy me sentaré con ellos, no tienes que apartarme lugar", entonces él solo asentiria y si no se sentaba en otro lugar traía a Yangyang (del cual se había hecho más cercano) dando casi el mismo resultado ya que terminaba ignorado.

       Pero entonces había momentos en los que le prestaba toda la atención con juegos raros que variaban entre gato, ahorcado y otros de "adivinar el futuro" que aunque eran tontos eran entretenidos.

      Después su madre empezó a llegar unos minutos más tarde de lo que podría considerarse normal, si salían a las 3 (el último horario si no pertenencias a ninguna actividad extra como banda de guerra o escolta) llegaba poco antes de las 4 y entonces se dio cuenta que Haechan era de los últimos en irse, lo que le provocaba curiosidad pero nunca dijo algo al respecto.

       Jugaban algo o charlaban de cualquier cosa que se le viniera a la mente e incluso solo se quedaban al lado del otro haciendo compañía al contrario, aveces había más compañeros y era un poco divertido porque todos decían tonterías.

      Hubo un día en que ya eran los últimos en la escuela y se sentía un poco mal porque sabía que Haechan solo estaba esperando por él pero tampoco quería que se fuera aunque sonara egoísta.

-¿Tus padres no te dicen nada por llegar hasta ahora?-dirigió su vista a él pero Haechan simplemente no volteó, parecía perdido viendo a la nada.

-No saben mi horario- soltó de repente.

      Cuando iba a hacer otra pregunta Haechan se paró, agarró su mochila y volteó a verlo con una sonrisa de lo que parecía ser alivio.

- Tu madre llegó, adiós, váyanse con cuidado.

TOO GOOD AT GOODBYESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora