Tras el lente. (Rubius)

Capítulo XI - Reencuentro

Daniela y yo hablaríamos esa misma tarde, con la excusa de que quedaría con Luisana, que no veía hace muchísimo tiempo. Tratamos de buscar un lugar neutral para el encuentro, pero todo lo que fuera público le ponía en peligro de que su excusa se fuera a la mierda, por lo que finalmente accedió a que todo lo que habláramos, fuera en el único lugar donde sólo yo y ella supiéramos dónde estaba: mi piso.

Cuando el timbre sonó, me quedé helado, sólo significaba que, quizás era la última vez que nos sincerábamos, este podría ser el nuevo comienzo o tajantemente el final de nuestra historia.

Abrí la puerta, completamente decidido a hacer todo lo posible para que ella se quedara conmigo.

- Bienvenida, muyaya – Le recibí.

- Rubén – Me sonrió, como si no hubiera pasado nada, como si aún fuera mi novia y estuviera visitándome...

- ¿Te ha costado mucho encontrar el piso? – Se adentró a mi cocina.

- Ahora es más central que el anterior – Dejó unas bolsas en la encimera.

- Y mucho más caro también.

- Me lo imaginé...

- Youtube money bitches – Vocalicé cual nigga.

- Es cierto, te debes estar forrando... ¿Cuántos van ya? ¿15 millones de suscriptores?

- 15 millones de criaturitas, sí.

- Creo que una vez vi un vídeo en plan psicópatas desquiciados que han hecho de nosotros – Se descojonó – Donde reunían todas los vídeos y fotos que teníamos juntos y tenían toda una teoría de que yo era tu novia.

- Que sí, también lo he visto... No se les va nada a las criaturitas...

- Has tenido suerte que en ninguna de las "Pruebas" nos han pillado en plan amoroso.

- Me la habría sudado... Una parte de mí siempre quiso sacarlo a la luz... Sólo estaba esperando que tuviéramos más... "Tiempo" y claro, tu aprobación... Tu vida habría cambiado totalmente... Las criaturitas te habrían reconocido en la calle y algunas fan girls no van en muy buen rollo.

- Lo sé, toda una experiencia – Comenzó a buscar entre mis alacenas, con una confianza increíble, nadie que hubiera presenciado la escena, habría dicho que nos habíamos separado un día.

- Daniela... ¿Recuerdas lo que hablamos anoche? – Me atreví a preguntar.

- Sí, lo recuerdo – No quitó la mirada de lo que estaba haciendo.

- ¿Te arrepientes?

- ¿De qué?

- De haberlo, y no sé ¿Confesado?

- ¡Qué va! Algún día tenía que sacarlo de adentro.

- Entonces... ¿Es verdad?

- Rubén... ¿Qué quieres saber realmente? – Me miró fijamente, causando que un escalofrío recorriera toda mi espalda.

- ¿Cuántas posibilidades hay de que dejes al gilipollas por mí?

- Rubén... Creo que es muy pronto para esa pregunta – Sacó unas cervezas de la bolsa, y me cedió una.

- Gracias.

- Entonces... ¿De qué vas con Katherina?

- Somos amigos.

- Claro, y yo soy imbécil, venga ¿De qué van?