Disculpas.

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Si Pete pudiera describir lo que estaba sintiendo exactamente en estos momentos no sabría cómo comenzar. Miró desde su lugar a Vegas fruncir el ceño mientras el hombre le daba otro trago a su bebida, se encontraba sentado en uno de los sillones del club nocturno, con su camisa entreabierta dejando ver un poco de su pecho, su cabello peinado hacia atrás y ese porte engreído que Pete conocía a la perfección.

Se sacudió la cabeza una vez más y trató de enfocarse en la razón por la que estaba aquí esta noche.

Porsche.

Su mejor amigo le había pedido que lo acompañara a este nuevo centro nocturno en el centro de la ciudad, él estaba seguro de que su novio, Kinn, era infiel y quería atraparlo en el momento justo. Sin embargo las cosas no iban como parecían, en realidad Kinn si se encontraba ahí, pero el chico solo se había limitado a beber unos cuantos tragos y hablar con su primo y amigos, realmente no hubo alguien más que se les uniera esa noche.

-¡Demonios! -exclamó Porsche a su lado.

-¿Qué?

-Tengo ganas de ir al baño,- su amigo puso una cara de sufrimiento y Pete quiso morir internamente, él sabía que si se movían serían descubiertos, pero eso no pareció importarle a Porsche, por lo que se levantó rápidamente dando pisotones en dirección al baño, Pete se quedó en la mesa observando de lejos a Kinn y Vegas, ellos parecían seguir sin notar su presencia, ''eso está bien'', pensó, no tenía ganas de lidiar con el novio de su amigo y sobre todo, no tenía ganas de ver a Vegas.

Un día antes ambos habían discutido, quizá fue algo sin importancia, pero Pete en ocasiones era una persona insegura, y el hecho de que Vegas siguiera sin establecer su relación era una de las cosas que le causaba ruido en su corazón. Llevaban coqueteando alrededor de 4 meses y solían verse detrás de las gradas del campo de fut para besarse, a veces iban en el coche o simplemente a algún lugar privado.

El día anterior comenzó de manera rutinaria para ser un jueves, Vegas le dijo que saldría con Kinn después de clases, por lo cual no podrían verse, sin embargo, Pete se había dado cuenta de la mentira. Ese mismo día, su abuela le pidió de favor que comprara un par de cosas para ella en el centro comercial antes de regresar a casa, por lo cual después de su última hora, un poco resignado y sin ganas de ir, Pete accedió, fue ahí cuando visualizó una silueta salir de una cafetería con un chico a su lado, al principio pensó haber visto mal, sin embargo, reconocería esa figura donde sea, con ese mismo porte elevado y sonrisa socarrona. Siguió a ambas personas de manera cautelosa y los vió entrar a una tienda de joyas, el chico tenía un lindo rostro, una musculatura más delgada que Pete, e incluso podría decir que era algunos centímetros más bajo, a pesar de todo se negó a sacar una conclusión rápida incluso cuando su sangre hervía y en su estómago se aglomeraba el sentimiento de los celos, lo peor llegó cuando los vió salir a ambos del local y entrar al restaurante de curry favorito de Pete, se suponía que él y Vegas siempre iban juntos a ese sitio como un lugar especial para ambos, en ese momento tuvo ganas de ir y arremeter contra ellos pero se contuvo, no vió a Kinn por ninguna parte, ni salir de la cafetería en un principio, tampoco de la tienda de joyas y tampoco lo observó entrar en ningún momento por la puerta del restaurante.

Le mandó un mensaje a Porsche para preguntar si sabía dónde se encontraba.

Porsche:

Mmmm.

Los jueves Kinn tiene ese trabajo de voluntariado que su padre le consiguió, supongo que debe estar ahí. Nunca falta.

Pete:

Oh ya.

Gracias.

Porsche:

En todos los universos. (🔞)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora