Capítulo 6. Cercanía

315 22 24
                                    

Primero que nada, vengo a darles una explicación breve jaja
En este capítulo van a encontrarse un par de veces con este corazoncito:

Quiero aclarar que este representa un pequeño salto en el tiempo, y con pequeño me refiero a saltos de unos cuantos minutos, al menos así será por este capítulo.

En fin, eso es todo.
Disfruta de tu lectura.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.










El departamento de Dabi estaba en perfecto orden y limpieza hasta que Keigo y Rumi (Mirko) llegaron por la tarde.

La cocina estaba hecha un desastre, había restos de verduras sobre las encimeras, un montón de ollas y sartenes en el fregadero, utensilios de cocina en la estufa, manchas causadas por la salsa derramada y todo eso como resultado de que Keigo y Rumi lo habían "ayudado" a preparar el tonkatsu.

La sala de estar no lucía muy diferente, los cojines que adornaban los sofás estaban regados incluso en el suelo, la televisión y la consola de videojuegos estaban encendidos y sobre la mesa de centro había latas de cerveza terminadas, otras aún con contenido en su interior y una botella de vino y whisky sin abrir, esperando a ser ingeridas.

El tazón con frituras estaba en el centro del sofá, justo al alcance de los tres héroes que se divertían jugando un videojuego de batalla royal. Las canciones de la banda favorita de Dabi sonaban en el reproductor de música y los gritos cargados de desesperación de Keigo casi aturdian a los contrarios.

—¡Mátalo, mierda mátalo! —gritó Keigo a los cuatro vientos.

El conteo para que su personaje pudiera ser revivido iba en cuenta regresiva en el segundo 30, Dabi y Rumi eran los únicos que aún seguían con vida contra otros 14 jugadores y la zona segura comenzaba a encogerse, obligándolos a enfrentarse a otros cara a cara.

—¡No puede ser! —Rumi se quejó en cuanto fue eliminada.

Dabi se burló un poco de ella, puesto que su causa de muerte fue por no haber abierto su paracaídas a tiempo luego de lanzarse de la azotea de un edificio.

Ahora solo Dabi quedaba con vida, los otros dos observaban a su amigo eliminar con alta agilidad a los jugadores que se cruzaban en su camino, estaba cerca de ganar. Y justo cuando quedaban solo cuatro en la zona, un grupo de tres lo acorraló eliminándolo en cuestión de segundos y llevandose la victoria.

—¡Agg váyanse a la mierda, idiotas! —se quejó con desagrado.

Keigo se rió.

—No había manera de que ganaras, eras tu solo contra un trío. Aún así jugaste bien.

—Ya se.

Rumi suspiró.

—¿Otra partida?

Los otros dos respondieron un al unísono. Luego, mientras la pantalla de carga anunciaba la preparación de la siguiente partida, Dabi aprovechó para revisar su celular por quinta vez en una hora.

Heal || DabixLectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora