SOYOSAN [DongHae&JiMin]

Cap. 2 "El Jardín"

───¿Y?... ¿Les gusta?

Mi madre levantó un poco las comisuras de los labios en una semblanza de sonrisa.
Comprendí de inmediato y me puse a contemplar el interior de la vivienda, no estaba tan mal como lo había estado imaginando en el trayecto. Se veía cálida y acogedora. En lo que parecía ser la sala, había tan sólo un sillón para tres personas y una mesita de madera. Sé que mamá ya nos había advertido de esto pero me asustó un poco no ver muebles y esas comodidades que teníamos antes, en nuestra casa en Busan. A Jihyun parecía no importarle, pues dejó caer al suelo su mochila y se aventuró rápidamente hacia las dos habitaciones al fondo del pasillo, se veía muy entusiasmado. Yo recién asimilaba que a partir de entonces ése sería mi hogar.
Apretaba el tirante de mi mochila intentando crear algún tipo de sonrisa o gesto en mi cara que se viera aceptable, no haría sentir mal a mamá, suficiente ya había tenido con el viaje.

Giré sobre mis talones y me rasqué el cuello sonriendo de forma "felina"

───Me gusta, es acogedora. Sólo es cuestión de... ───miré todo el espacio casi vacío por completo, de no ser por ese sillón y la mesita. No me quedaba de otra, debía ser positivo───. de poner mis trofeos y mis medallas en la pared para que se vea mejor.

Esta vez sí sonreí amplio. Mi madre estiró los brazos y se acercó a mí para estrecharme en un abrazo cálido que correspondí de igual forma, cerrando los ojos y llenándome de su aroma dulce muy característico en ella.

───¡Mamá, mamá! ───escuchamos ambos y nos soltamos enseguida para mirar a Jihyun───. ¡Yo quiero la habitación que tiene la ventana con vista al jardín!

───No es necesario que grites ───intercedí irritado───. ¿cuántos años tienes? ¿Cinco? --le miré con las cejas juntas. Me fastidiaba que a veces le diera por gritar como si todos estuviésemos sordos.

───Olvidé decírselos ───ella se separó de mí para tomar mi mano y la de Jihyun───. Van a compartir habitación, chicos.

Abrí los ojos grandes y miré a mi hermano como si éste fuese un animal salvaje que me devoraría en cualquier momento.

───Pero sólo hay una cama mamá... ───agregó él, haciendo que mi gesto se hiciera más dramático.

───¿¡QUÉ!? ───exploté, era el colmo, ¿podía ser peor? Convivir con Jihyun iba a ser una tortura. No quería escucharlo roncar, ni que me abrazara, ni que subiera su pierna a mi cintura buscando comodidad.

───Tranquilos, chicos, no será por mucho. En unas cuatro semanas to

───¿CUATRO SEMANAS? ───le interrumpí agitado───. ¿Quién va a poder aguantarlo tanto tiempo?

───No exageres Jimin, tu hermano es un poco inquieto e hiperactivo, pero no es desagradable ───mamá lo abrazó y lo acarició como si fuese un niño pequeño, cuando en realidad, Jihyun tenía los catorce años cumplidos.