9-Soy tuyo

0 0 0
                                    

Hoy era el último día de trabajo, mi renuncia se aproximaba, solamente dejaría mis cosas y jamás regresaría. Elena estaba gustosa, trabajaría con ella a pesar de no tener otra carrera, le mentí acerca de estar un tiempo como policía pues yo me quería dedicar a eso toda mi vida, lástima que no fue así.

-Te ves más calmado, me alegra.

-Si, parece que me sentará bien dejar ese trabajo

-Claro...-Se veía temerosa, como si quisiera decirme algo.

-¿Quieres hablar?

-Es solo que...hace mucho que no tenemos relaciones y empiezo a sentirme ansiosa, no me has tocado, es todo.

Sus necesidades, debo complacerla tal como ella me pida.

-Volvamos a la cama, aún tengo tiempo.

La bese de camino al lugar, tropezamos algunas veces, chocamos dientes en varios momentos pero estando ena cama fue mejor, empezaba a respirar rápido, parecía una novata después de tanto tiempo sin que la tocará, empecé a desnudarla pare empezar a besar todo su cuerpo, era tan suave que me provocaba...nada.

-S-si...sigue tocandome.

Eso hacía, la tocaba tan bien que se estremecía, besaba sus pechos y soltaba pequeños gemidos para mí...pero seguía sin suceder algo.

-Acercate-Me besó, intento bajarme los pantalones pero me opuse-¿Qué pasa?

-Yo no...

-Te ayudaré.

Me quitó la ropa, me veía desanimada, intentaba tocarlo, besarlo, lamberlo pero nada...solo estaba ahí decepcionada.

-No te preocupes, tal vez sigas tenso, seguiremos en otra ocasión.

-Lo siento.

Después de esa gran decepción en la cama fui al trabajo, Sanders estaba muy indiferente conmigo, la última vez no lo traté tan bien.

-Es hora de nuestra ronda de patrullaje.

-Ya voy.

Callado todo momento, llevábamos media hora en el auto y solo se dedicaba a hacer su crucigrama.

-¿Quieres ir por una bebida?

-No gracias.

-Supongo que sigues molesto-Hizo gesto de "¿En serio?", Con gran sacarsmo-Lo siento.

-Yo te conozco bien, aunque no lo creas, eres el hombre más genial que he visto y no voy a cambiar de opinión.

-Me tienes sobre un pedestal.

-Cállate.

-Por favor, solo vamos.

Me hizo caso al final, el café ayudaría a estar más atentos a los alrededores pero lo que se aproximaba no sería sencillo.

-Vaya, vaya, ¿No eran a ti al que habían arrestado?-Se trataba de Hannah, seguía igual de horrible como la última vez.

-Aléjese, por favor, no quiero llevarla a la comisaría de nuevo.

-Oh vamos, ¿Tú compañero sabe lo que hiciste con mi chica? Estoy seguro que la mataste, te voy acusar-Maldita drogadicta.

-Señora, apartese del camino-Sanders se puso en guardia.

-Ten cuidado de este tipo, está loco y es un asesino.

Sentí impotencia, tanta que empezaba a incomodarme, volvimos a la patrulla y Sanders empezaba con su interrogatorio.

No sigas mis pasosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora