5-Renace un sentimiento

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Los días en el trabajo eran más difíciles, o mejor dicho, más laboriosos, el pánico en el lugar donde vivíamos era inevitable pues la repentina muerte de esa chica era algo que nadie se esperaba en ningún momento.
La seguridad había mejorado, de un día para otro se tomaba muy en serio lo de querer vivir en paz pero para mí era solamente una exageración, en cualquier instante podría volver a suceder, y quién sabe, tal vez yo sería el causante de nuevo.

-La cosa va en serio, Dante está más activo en estos casos sólo por lo de su hermana,¿o realmente ha cambiado?

-Es más que obvio que es por eso, no debes ni mencionarlo

-Me parece extraño que no haya resuelto ninguno de los dos casos recientes y este último, parece que se le están acumulando todos.

-Por ahora debemos concentrarnos en nuestro trabajo, mantén la mirada fija en el camino.

-Okay señor angustias, ya casi llegamos al lugar.

Levantaron el reporte de cómo unos chicos bándalos estaban haciendo destrozos cerca de un parque, cuando por fin llegamos estaban ahí pateando botes de basura al igual que rompiendo alguno de los juegos, gritaban cosas sin sentido y unos a otros se lanzaban piedras, cosas de adolescentes

-¿Les parece divertido hacer estas clases de estupideces?-Habló Sanders acercándose a ellos sujetándose el cinturón con ambas manos, tal cual un vaquero.

-A ustedes que les importa malditos policías-Habló el más alto del grupo, tenían como alrededor de 15 y 16 años pero eso no los excusaba de ser unos cretinos.

Estaba molesto, tener que lidiar con pubertos me desesperaba más que estar en mi propia casa, sonaba estúpido pero quería adelantar las cosas.

-Todos contra la pared-Se reían ignorando mis instrucciones, saqué mi pistola apuntando a ellos-No volveré a repetirlo.

Con pánico empezaron a correr, el lugar estaba rodeado de cercas y escalaban como cucarachas por todos lados.

-¡¿Pero qué haces?!-Ignoraba de nuevo a mi compañero, me acercaba al chico mayor que debido a su peso le iba peor en la escalada, seguía apuntándole en lo que caía al piso a punto de llorar-¡Déjalo!

-¡Estás loco, déjame en paz!-Retrocedía pero yo me le adelantaba.

-Te crees el mejor del lugar, sólo eres débil y no puedes proteger a tus amigos.

-¿Pero qué...?

-La próxima vez que quieran gastar mi tiempo con sus estupideces piensen en que me importa un carajo si son unos adolescentes que no los quieren en casa.

Lo dejé así, terminó huyendo pero al parecer Sanders no estaba muy contento

-Amenzar a un niño con un arma, alguien pudo verte, ¡carajo!

-Conozco a los de su clase, se asustan fácil.

-Pero hay otros métodos, ¿Recuerdas como protegías a los débiles en la escuela? No necesitaste un arma.

-Ahora tengo más poder-Un silencio incómodo, se estacionó en la misma calle de siempre después de esa llamada, la radio estaba por sonar cuando los repetinos golpes en la ventana de la patrulla nos hizo girar al mismo tiempo.

-¡Tú, maldito poli, baja!-Era esa mujer, todo estaba en orden con ella y actuaba como loca.

-Buen día-Trataba de disimular que no tenía nada que ver con ella pero Sanders desde antes sospechaba-¿Qué se le ofrece?

-¡No actues como idiota!-Las miradas nos seguían, mi compañero bajó del auto para acompañarnos.

-¿Todo en orden, señorita?

No sigas mis pasosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora