7-No es solo amor

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-Después me dejó sin decir nada-Estaba sentado en el suelo detrás de un bar de mala muerte hablando con cualquier prostituta que estuviera en ese lugar, habían pasado 3 meses desde mi vida como un asesino y lo que más me perturbaba era lo que hice con Irene, necesita contárselo a alguien.

-¿Sólo por eso engañaste a tu novia? Malditos hombres, todos son iguales-Encendía otra cigarrillo con sus uñas largas color negro-Tienes problemas, niño, deberías medicarte

-Debo contarle todo-Me levanté-¿Tú qué piensas?

-Pienso que eres un idiota que gastó su hora de mis servicios para hablarme de sus putos problemas de infidelidad.

-No es tan fácil-Me acerque, ella se recargó en la pared-Cada que ella descansaba tenía planeado asesinar a una chica en nuestra casa pero ahora no me he motivado a eso.

-¿Qué?-Dejó de inhalar humo-Con eso no se juega.

-No es un juego, olvidé mencionarte que terminé con la vida de Irene-La acorralé, puso su manos pegadas a la pared-Fue un error, ¿Quién hubiera pensado que su familia estaba relacionado con la policía? Ya son dos veces que me pasa lo mismo con una víctima.

Levantó el cigarrillo quemando mi lado izquierdo del cuello, por instinto me separé de ella para gemir de dolor, aprovechó para escapar pero fuí más rápido que sus zapatos altos y la tomé del brazo para acercarla junto a mí pientas forcejeaba.

-¡No, no, suéltame!-Estaba aterrada.

-¿Porqué debería hacerlo? Me sacaste, estoy defendiendome.

-Por favor, no me mates... haré lo que sea.

-Cuentame tu vida y tal vez lo considere.

-M-Me llamo Dakota Rivers, tengo 35 años y un hijo de 10 años, estoy sola y vivimos en un pequeño departamento así que el depende de mí...lo único que puedo hacer para ganar algo de dinero es hacer esto así que por favor, déjame ir-Hace unos minutos se veía más salvaje pero ahora suplica por su vida.

-Tomé una decisión, creo que nadie va a buscarte

-¡Mi hijo!

-Es un niño, no creo que le importe tanto.

Llegué a casa, mis pies dolían de tanto caminar así que me arrepentía de no tomar el auto, una hermosa novia me esperaba en la sala con un gesto de melancolía.

-¿Dónde estabas?

-Con Sanders, cariño-Me senté a su lado tomándola de los hombros y darle un beso en la mejilla, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrima-¿Elena?

-Creo que me estás engañando-Mierda.

-No entiendo lo que dices.

-Es fácil, estás viendo a otra-Se levantó limpiando sus lágrimas, de inmediato se volteó a mí-La noche de la fiesta llegaste sin ropa interior, otros días haz estado sonriendo de la nada, eso no es normal de ti y...

Miró directamente mi cuello, estaba tan preocupado de deshacerme de Dakota que olvidé cubrir eso.

-¿Qué te pasó?-Se acercó para inspeccionar-Es de un cigarrillo...

-Te engañé-No esperaba eso, dos pasos atrás para estar segura-No fue algo que tenía planeado, fue por esa estúpida fiesta pero ni si quiera sabía lo que significaba.

-No puede ser-Comenzó a llorar, cubría su boca y cada vez que intentaba acercarme se alejaba dos pasos-¿Cómo pudiste? Yo te amo...

-Yo también te amo, no quiero que te alejes de mí ni yo alejarte así que por favor, tomemos esto como algo que podamos superar juntos, eres la mujer que más dispuesto estoy a cuidar.

No sigas mis pasosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora