Había pasado toda la tarde meditándolo, sus palabras, la actitud del príncipe, todo.
Pero no entendía nada, miró su celular y empezó a ver fotos en dónde aparecían ambos.
Mentiría si negara que la sonrisa de Stolas era hermosa.
Sí, era un príncipe caprichoso y cachondo, pero Stolas era empalagoso y se preocuoaba con él.
Tal vez...
Mandó al diablo todo, a su orgullo, sus miedos e inseguridades, todo, solo se encargó de besar con ganas el pico de su amante, mientras con una mano paseaba su cuerpo emplumado cuerpo de Stolas, quién se retorcía de placer bajo sus manos.
Esa noche bastó para que todos los problemas que tenían se esfumaran, fue una confesión de su dulce amor...
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No tuve luz por estos días jaja
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