De nuevo tu

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Hannah río ante el comentario de su papá de como su madre había estado locamente enamorada de él en su juventud.
-y ella me enviaba cartas y cartas con olores, besos, ella me seguía a todas partes-Su papá se río
-Que? Estas loco!-su madre lo miró indignada-Fuiste tu quien anduvo tras de mí, o te olvidas cuando mis padres te sacaron  corriendo de mi casa cuando fuiste a presentarte como mi novio.
Su papá dejó de reírse.
-Claro que lo recuerdo ese día llevaba puesta mi mejor ropa, ramo de flores y tu papá me tiro todo por los pies.
Ella y su hermana Lynn se miraron y se rieron ante estas historias.
-Ustedes son un parcito adorable-comentó Lynn mientras tomaba un poco de vino.
Hannah tomó un poco de su vino también y le dio una mirada a todo el restaurante, poco a poco se iba llenando de clientela a medida que avanzaba la noche, la música instrumental sonaba de fondo, el ambiente era agradable...
Hasta que!!
Su mirada se retuvo en la familia que estaba comiendo al otro extremo de donde ellos estaban comiendo, estaba viendo bien? Era Sebastian el que estaba acompañado por una adolescente y junto a quienes parecían ser sus padres. Lo observó de detenidamente; por lo que pudo ver iba vestido semi formal, se veía muy atractivo con esa camisa azul oscuro y una chaqueta negra, su cabello rubio oscuro bien peinado, no llevaba lentes, de todas formas se veía muy bien, ese hombre irradiaba sensualidad.
Esto si que tenía que ser una broma, él últimamente estaba apareciendo por todas partes, quizás era pura coincidencia nada más, eso tenía que ser. Justo en el momento que iba a prestar atención de nuevo a su familia su mirada se encontró con la de él.
Ay no! "Tranquila" se dijo a si misma, no tenía porque ponerse nerviosa ante esa mirada, ella era una mujer de casi 30 años, tenía que sentirse segura de sí misma y no andar nerviosa como una muchacha adolescente.
-Creo que la fiesta va a estar de maravilla-escuchó a Lynn decir.
-Que fiesta?-preguntó
-Hannah la fiesta de aniversario de nuestro periódico- le respondió su papá
-Cierto, es en 1 mes verdad?
-Si, pero queremos adelantarla- ahora habló su mamá.
-Por qué?
-Tu papá y yo queremos irnos de vacaciones.
-Para donde?-preguntó Lynn con interés.
-Para Ecuador.
-Me parece perfecto para ustedes- se alegró Lynn
-Ustedes dos se merecen esto y mucho más.-Hannah felicitó a sus padres y no pudo evitar mirar de nuevo a Sebastian. Sintió su corazón acelerarse cuando lo descubrió mirándola, el le dedicó una sonrisa amigable y ella se la devolvió.
1 hora después se dispuso junto con su familia irse del restaurante, mientras sus padres salían, ella y Lynn iban atrás de ellos conversando.
-Ese atractivo hombre de ojos azules, me hace familiar, lo conoces?
-Qué hombre?
-No te hagas la desentendida, ese hombre con el que andabas de sonrisitas-la molestó su hermana.
- Oh él es Sebastian Stan, un ex jugador de football americano y el actual dueño de Los Stars Lights, tocamos para ellos ayer.
-Ya veo, y al parecer se gustan.
-No, no, él no.
-Te conozco y se cuando alguien te pone nerviosa y el lo hace, además por lo que noté el no te es indiferente.
-No sé de qué hablas.
-No?-Su hermana puso los ojos en blanco- el es mayor que tu al parecer.
-Parece que sí.
-y eso te afecta?
-Lynnn.
Su hermana le regaló una sonrisa burlona
-Ya me dirás.
Cuando llegaron al estacionamiento se despidieron todos y ella volvió a su condominio, entró a su departamento, encendió las luces, se quitó los zapatos, sacó su celular de la cartera y la dejó sobre el mueble. Se dirigió a su habitación se tiró en su cama y revisó su celular? Abrió bien los ojos cuando vio una notificación Sebastian Stan la había empezado a seguir en redes sociales. Se sentó y observó su celular, en serio se había emocionado por eso? Tanto tiempo llevaba sola? Pues si, 5 años exactamente desde la última vez que de había enamorado y su corazón había salido lastimado. Se había prometido no volver ilusionarse fácilmente, pero al parecer Sebastian con un par de miradas y sonrisas le estaban mandando esa promesa abajo. Salió de las redes sociales dispuesta a irse a duchar pero la curiosidad de saber de él le pudo. Buscó su nombre y miles de videos de él jugando en la cancha aparecieron, según los comentarios que leyó Stan era una leyenda, recordaba haber leído alguna vez algo de él pero de no había pasado a más. Y ahora no sólo era una ex gloria del deporte si no también el flamante dueño de los Stars Lights, equipo en el cual el jugó muchas temporadas, le llamó la atención la noticia sobre una grave lesión que había tenido, la cual lo había obligado a abandonar su carrera para siempre.
-Bien señor Stan, hasta aquí averiguo sobre usted y su vida.
Se dijo para si misma, esperando que fuera así.
Después de ducharse y ponerse una pijama, habló  por teléfono con Gia, se pusieron más al día sobre la presentación de la orquesta para los Stars, y por supuesto Gia no se había olvidado de mencionarle a Sebastian cada vez que podía, mientras ella trataba de evitarlo.
Así tendría que ser.
................
Eran las 9:30 a.m. y Sebastian se encontraba en el estadio de los Stars, estaba pendiente del entrenamiento de su equipo, al lado de él tenía al entrenador Walters, era un hombre de 58 años, un veterano entrenador de football americano, uno de los mejores y él estaba contento de tenerlo en su equipo.
-Mañana llegan los receptores que vamos a evaluar, tengo la confianza en que pronto tendremos a nuestro receptor principal y al suplente-comentó el entrenador.
-Confío que sea así entrenador. El equipo tiene que empezar y terminar bien la temporada. -Sebastian observó como el mariscal de campo corría por la cancha mientras hacía calentamiento.
-los Stars han tenido unas 4 últimas temporadas muy buenas-prosiguió el entrenador.
-Lo sé- le comentó Sebastian con orgullo.
-Baaastian!
Al escuchar su nombre, miró hacia atrás y vio a su hermana. La cual venía vestida con un pantalón al cuerpo y un top naranja que le dejaba ver su ombligo.  Inmediatamente se sacó la chaqueta que el llevaba puesta y se la tendió cuando ella llegó hacia ellos.
-Buenos dias-saludó Marnie
-Buenos dias-la saludò el entrenador Walters mientras se retiraba hacia la cancha.
-Gracias, pero no deseo tu chaqueta-Marnie negó con la cabeza.
-Vienes enseñando tu ombligo y pretendes que te deje andar así por aquí? En un campo de football con un montón de jugadores y entrenadores?
-Que tiene de malo?
-Ponte mi chaqueta Marnie..
-No gracias hermano.
-Marnie.-la sentenció
Ella puso los ojos en blanco, tomó la chaqueta y se la puso.
-Contento?
-Marnie que haces aquí?
-Aauch esa no es manera de recibir a tu hermana.
-Me alegra de verte y lo sabes, pero te lo pregunto porque deberías estar en el colegio.
Ella se encogió de hombros.
-Les dije a nuestros padres que no quería ir hoy y me dieron su aprobación.
Como siempre su hermana terminaba persuadiendo a sus padres. Ellos eran una pareja que rondaban los 60 años, aunque se preocupaban y amaban a Marnie y también le tenían toda la paciencia del mundo, ellos estaban cansados, su padre como dueño de uno de los bancos con mayor ingreso de la ciudad y su madre como una dama reconocida de la sociedad, directora de varias fundaciones benéficas. Cuando Marnie nació, él tenía 24 años, lo suficientemente adulto como para que Marnie fuera su hija. Aunque le había costado lidiar con una bebé a esa edad, su hermana se había ganado su corazón en poco tiempo,y aunque a veces lo sacaba de quicio y solia ser duro con ella, el daría su vida por ella.
-No me respondiste que haces aquí?-le insistió
-Ya te lo dije te viene a visitar-Marnie sonrió- y también necesito que me lleves a un lugar.
-No puedo estoy trabajando.
-De acuerdo, me iré sola.
-Para donde?
-No ahora no te lo voy a decir.-Marnie lo miró retandolo.
-Muy bien, entonces ve y dile a Martin que te lleve a casa.
-Creo que eso no será posible.
Sebastian miró a su hermana con impaciencia.
-Marnie!
-Le pedí a Martin que se fuera-la chica se encogió de hombros-creí que tu me llevarías.
-Definitivamente colmas toda la paciencia que hay en mi.
-Gracias-sonrió con descaro su hermana.
-Todavía estoy con asuntos del trabajo, espera un par de minutos más y te llevo.
-Ese es mi viejo.
Sebastian la fulminó con la mirada
-Empezaste.
-Está bien, está bien, me voy a quedar tranquila, aquí te espero.
Y así fue casi una hora después Sebastian y Marnie se encontraban camino al conservatorio musical de la ciudad, durante el camino su hermana le había comentado que iba a audicionar para ser parte del coro de la orquesta de la ciudad, estaba tan entusiasmada y el feliz por ella, sabía que ella poseía una hermosa voz y talento, además de  haberse preparado por años en escuelas e institutos de música.
-Y si paso la prueba, pasaré a conocer a todos los miembros de la orquesta.
Eso le llamó la atención.
-Tambien puedes conocerlos mejor para el partido inaugural de los Stars.
-Gracias pero no quiero que enseguida me relacionen contigo y ni con la familia.
Mientras llegaban al parqueadero el la miró de reojo.
- Por qué?
-Quiero que me reconozcan y pasar la prueba por mi talento, no por la familia a la que pertenezco.
-Entiendo, pero sabrás que te van a relacionar nuestro apellido.
-Lo sé, pero voy a intentar presentarme solo como "Marnie S"-exclamó con orgullo.
-De acuerdo, como te parezca mejor.
-Gracias hermano.
Cuando su hermana bajó del carro ella cerró la puerta y le sonrió.
-Gracias por traerme Bastian-ella lo examinó por un momento- por cierto quítate esos anteojos pareces ratón  de biblioteca.
Sebastian no supo si reír o poner los ojos en blanco ante las ocurrencias de su hermana.
-Que te vaya bien Marnie.
-Gracias hermano, te quiero.
Se regalaron una sonrisa de complicidad y vio como su hermana entraba al conservatorio casi volando, cosa que le hizo recordar a algo o mejor dicho a alguien: Hannah
Mientras leía sobre ella y luego se ponía al día sobre los deportes, miro el reloj de su radio, habían pasado 15 minutos y su hermana aún no regresaba, esperó unos minutos más y la vio regresar hacia el estacionamiento con el ceño fruncido, bajo el vidrio de la ventanilla del copiloto y sonrió con burla.
-Oye! Notaste perfectamente que olvidé que no puedo presentarme sin mi representante osea tu, he esperado tanto para que al final me digan que tienes que estar presente.
-Escucha Marnie, eso te sirve para que no seas tan acelerada y actúes con más paciencia
-Bastian por favor acompáñame-Su hermana le suplicó
-De acuerdo, son dos condiciones las que te voy a poner para acompañarte.
-Que? Pero...
-1, 2, 3
-Esta bien, está bien, cuales son?
-Primero, antes de tomar una decisión piénsalo bien y ejecutala con precaución.
-Odio cuando me hablas como un viejo sabio-Su hermana puso los ojos en blanco- está bien acepto y cual es la otra?
-Ya no me seguirás llamando viejo.
Marnie sonrió.
-No me pidas imposibles.
-Muy bien, que te vaya bien con quien sea que te vaya a representar para esa audición.
-Que? No, no, yo acepto, acepto tus condiciones.
Sebastian la miró y asintió
-Muy bien Marnie, ahora a por esa audición
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