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- Nayeon... ¿Estás segura de eso?

- Claro que lo estoy, yo nunca me equivoco, ya deberías estar acostumbrada.

- Pero, es su única empresa, no hay porque quitársela.

- Tzuyu, aprecio tu ayuda, de verdad, eres mi mejor amiga después de todo pero ya tome la decisión.

La castaña se le levanto de su gran escritorio y lo rodeo quedando al lado de su mejor amiga y socia, después de besar su mejilla se dirigieron a la sala de juntas de la empresa Im. Era una típica mañana de trabajo, las calles de Nueva York estaban llenas del sonido de los autos, niños camino a sus escuelas y ansíanos regando sus jardines.

- Gracias por venir todos hoy - Nayeon apenas entro a la sala todo se pusieron de pie, un silencio abrumador dentro de aquellas cuatro paredes - Por favor, demos inicio a la junta.

Cada ejecutivo saco una pequeña tableta que se encontraba en sus respectivos asientos, Tzuyu se levanto y camino hasta la "Pequeña" tarima y empezó su discurso. Junto a Nayeon, Tzuyu era una de las principales accionistas de la empresa Im.

Ambas se complementaban, el fuerte carácter de Nayeon y la astucia de Tzuyu hacían temblar todo Nueva York, eran el terror de los pequeños empresarios, pues si les gustaba tu empresa no había forma de negociar, ya sea por las buenas o por las malas conseguirán todo lo que te pertenece.

- Entonces como conclusión la señorita Im y mi persona llegamos al acuerdo de comprar todas las acciones de la empresa Gucci.

Todos se removieron en sus asientos, aparentemente incómodos, murmuraban unos con otros y tenían expresiones de disgusto, cosa que no paso por alto Nayeon y se levanto molesta de su asiento.

El sonido de la silla rodar hacia atrás y los puños de la castaña golpear el escritorio alarmo a todos, creando de inmediato el silencio que tanto adoraba aquella chica.

- Si tienen algo que decir, o alguna queja pueden decirlo ahora, no murmurar entre ustedes.

De los últimos asientos se paró un hombre un poco bajo, con un traje ejecutivo perfectamente planchado y pulcro.

- Disculpe señorita Im - Dijo aquel hombre - Gucci está a punto de quebrar, ¿usted está segura de querer comprarla?

Tzuyu negó con la cabeza y miro a su amiga, se preparo para lo que venía - Todo iba atípicamente bien - se dijo la alta mientras tomaba asiento. Nayeon respiro profundo y pensó que iba a decir, con pensar me refiero a que hablo inmediatamente.

- Bueno ¿señor? - Hizo señas con la mano para que el caballero dijera su nombre.

- Lowis - Tiene nombre de gato, pensó.

- Bueno señor Lowis, ¿usted sabe qué empresa es esta? - Su voz sonaba calmada pero su mirada decía que estrangularía a alguien en cualquier momento.

- Por supuesto, es Im corporation, la empresa más grande y exitosa de todo Nueva York.

- Eso es cierto, ahora ¿Cómo cree usted que llegamos a ser la más exitosa? - El tono de Nayeon era demandante, su mirada ejercía autoridad, intimidando a todos.

- Emm - El caballero se removió un poco incomodo - Gracias a su excelente gerencia, por supuesto - Se veía realizado, como si su respuesta fuera la clave de su éxito. Grave error, un golpe en la mesa volvió a escucharse.

- ¡¿Y si usted sabe que es por su "Excelente gerencia" duda de mi decisión?! - Quedo todo en silencio, el hombre no tenia palabras - Punto para Nayeon- pensó la alta.

- D-Disculpe señorita Im, no volverá a pasar - rápidamente se sentó en su asiento.

- Pueden retirarse - Hablo Tzuyu y todos se levantaron tan rápidamente que en menos de un minuto ya estaba vacía la sala de juntas.

(...)

- ¡3.. 2... 1... Hirai gana! - El publico enloqueció, muchos corrieron dentro del cuadrilátero para felicitar a la ganadora - Felicitaciones chica - El presentador hizo la entrega del cinturón y Momo lo levanto orgullosa de su logro. Momo salió de aquel lugar, tomo su premio en efectivo y se dirigió hasta el estacionamiento.

- Ahora págame Hirai- La cara de Momo palideció, se volteo a ver a quien le hablaba, sin bajar la cabeza, no mostraría debilidad - Estoy esperando

- Te dije que te pagaría la semana que viene Jay - El joven se acerco peligrosamente a la pelinegra, pero esta ni se inmuto - ¿Qué? ¿Quieres pelear? No tengo ningún problema.

- ¿Todo lo resuelves así Hirai? Sabes que soy mucho más fuerte, tus "técnicas" en Combate no te servirá de nada - El chico tomo de la camisa a Momo y la arrojo - Quiero mi dinero para antes de la próxima semana, o tú y tu "enfermo padre" asumirán las consecuencias.

- No lo metas a él en esto - La pelinegra se levanto de golpe y planto un fuerte derechazo en la mandíbula del chico.

- Perra - El chico lanzo un golpe a Momo, la cual lo esquivo sin ningún problema, aprovechando que el estaba distraído lanzo otro golpe en el mismo lugar afectado anterior mente, haciendo que el chico cayera casi inconsciente.

- Pensé que mis "técnicas" no funcionarían contigo - Soltó una risa amarga y se alejo del chico.

- Cuídate las espaldas Hirai, no ganaras siempre

Momo levanto la mano derecha, despidiéndose pero sin voltear, rápidamente monto su motocicleta y se dirigió a su casa, las manos le temblaban y sudaba mucho.

- Mierda ¿Qué hice?... Me va a matar - La pelinegra se estuvo lamentando todo el camino, pero cambio inmediatamente su rostro al llegar a casa. Respiro profundo - Todo esta bien Momo - Se dijo, coloco la llave en el cerrojo y entro.

- ¿Momo? ¿Eres tú? - Dejo su casco sobre la mesa y se dirigió a la cocina.

- Si padre, soy yo ¿Cómo te sientes?

- Igual que siempre hija... ¿cómo te fue?

- Bien, gane de nuevo, ya casi tengo para 2 meses de tu tratamiento - Beso la mejilla de su padre y se apresuro a terminar la cena - Ve a sentarte, yo termino.

El señor Hirai asintió y se dirigió hasta uno de los sofás de la sala, su casa no era pequeña pero tampoco grande, era justo lo necesario para ellos dos, todo lo que tenían era gracias a los esfuerzos de Momo, dia y noche trabajando, aprovechando cualquier torneo o competencia callejera para tener un ingreso extra, a pesar de todo Momo no se queja.

Tiempo atrás la madre de Momo falleció, dejando a su hija sola con el enfermo señor Hirai, y no solo eso, también dejo muchas deudas que hasta ahora ha tenido que ir pagando la pelinegra, Jay Park por ejemplo, estuvo alquilándole por varios meses una pequeña casa y la señora Hirai nunca pago, ahora Momo se tiene que hacer responsable.

Madurar a temprana edad, enfrentar la vida sola, no se las ha visto fácil pero si algo dice Momo es que si quieres algo tienes que luchar por eso y el simple hecho de que su día a día sea difícil es porque tendrá un futuro exitoso.

PROTEGERTE (NaMo, SaTzu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora