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A los pocos minutos llegamos a una hermosa cafetería, con un ambiente rustico y cálido, tenía una suave música de fondo y no había mucha gente - buena elección – pensé, pues es exactamente el tipo de lugar al que me gusta frecuentar.

Ya una vez sentadas, Nayeon pidió dos cafés y unos pastelitos.

- ¿Ya almorzaste? – Pregunte curiosa, pues no pidió nada que llene.

- Oh si, almorcé en mi trabajo – Contestó – ¿Tú no haz almorzado? ¿Quieres ir a un restaurant? – Hizo la acción de pararse para cambiar de lugar y por instinto tome su muñeca.

- No, no, no – Apresure, y vi como su cara enrojecía y miraba mi mano que aún estaba sobre su muñeca. Nota mental, no le gusta el contacto físico. La solté inmediatamente – Disculpa, yo ya almorcé, no te preocupes.

- Esta bien – Se sentó cuidadosamente, sin apartar su vista de mí. Puedo jurar que me analiza o busca formas para matarme. Carraspeo un poco la garganta y recupero rápidamente su postura.

- ¿Empezamos? – La pelinegra asintió, dispuesta a contestar las preguntas que Nayeon tenía preparada – Primero me presentaré formalmente, Soy Im Nayeon, tengo 23 años y soy dueña de la empresa Im Corporation – Saco una tarjeta de presentación de su cartera y se la entrego a Momo.

- ¿No eres algo joven para ser la dueña de una empresa tan grande? – Hablo Momo bebiendo un sorbo de Latte y guardando la tarjetita en su bolso.

- Me lo han dicho mucho, la empresa era de mis padres y ellos me la heredaron cuando cumplí la mayoría de edad – Momo asintió y hizo señas para que la castaña continuara.

- Se que te debe parecer extraño que te haya citado pero te tengo un puesto en mi empresa – La pelinegra miro con confusión a su mayor, pues ella no tiene ningún estudio ni nada de conocimiento para trabajar en una empresa tan grande. Nayeon lo noto – No te preocupes, no es un trabajo de oficina.

- ¿Entonces que puede ser? – Nayeon se acomodo en su asiento y saco una especie de contrato - ¿Qué es esto?

- Soy conocida por ser una mujer precavida, este sería tu contrato si decides trabajar conmigo, léelo con calma.

La pelinegra  se sentó derecha y debido a la letra pequeña del contrato tuvo que sacar un par de lentes que tenía en su cartera, llamando la atención de la castaña, pues resaltaba aún más sus grandes ojos haciendo lucir a la japonesa más hermosa aún, mientras ella leía con cuidado cada letra de aquel contrato, la castaña se dedicaba a observar las muecas que hacia mientras se concentraba. Arrugaba la nariz cuando no entendía algo, en el momento que se mordió el labio asumió que había visto lo que se le pagaría, luego frunció el ceño en clara confusión y levanto la mirada topándose con los ojos de la empresaria.

Inmediatamente la mayor desvió la mirada con un claro sonrojo, pues la habían capturado mirando a la japonesa con una sonrisa debido a las distintas caras adorables que está hacia. Sin embargo la pelinegra no le dio mucha importancia y procedió con las preguntas que tenia.

- Ok, resumiendo todo lo que aquí está escrito, usted necesita un guarda espalda – La empresaria asintió – Y ¿yo soy su primera opción? ¿Cómo supo de mi existencia?

- Bueno – Tomo un trago de su café – La vi pelear una noche en un club que frecuento mucho, me impresiono el hecho de que haya podido con cuatro hombres usted sola; justamente estaba buscando un guarda espaldas y al ver sus habilidades decidí que sería buena opción

Momo se movía incomoda en su silla, pues no hubiera querido que nadie la viera ahí, ese día estaba muy enfadada y simplemente no era ella, aparte de que le incomodaba tanta formalidad - Emm si bueno, estaba enfadada – Hablo mientras que se rascaba la nuca en forma de nerviosismo – Por favor, no es necesario que sea formal conmigo... Me incomoda un poco.

PROTEGERTE (NaMo, SaTzu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora