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~ Nayeon ~

No sé cómo terminamos así, solo sé que no quiero que este momento acabe, yo sentada en el sofá con Momo a mi lado mientras vemos una película, ella tiene su brazo alrededor de mi cintura mientras mi cabeza descansa en su hombro, todo ocurrió tan rápido, no sé ni que pensar.

Odio voltear y ver su mano envuelta en vendas blancas, ver su rostro lleno de moretones, pero a la vez debo agradecer ese momento porque me hizo tomar la decisión de no huir... Tan solo espero que todo salga bien y no me ocurra como le paso a Tzuyu, lastimar a Momo es lo último que deseo en el mundo, no merece recibir más daño, no más. Sé que dije que no pensaría en el mañana, que disfrutaría el momento, pero... se me hace casi imposible, y es aun más difícil recibiendo mensajes constantes de Jinyoung...

- ¿Qué piensas? – Su cálida voz me hizo salir de mis pensamientos, debo agradecerle por eso... - Nada en específico – Mentí, no puedo decirle que estoy preocupada, sé que es un poco injusto no contarle pero... así es mejor.

- ¿Segura? Te noto un poco distraída – dijo entre risas, no entendí hasta que vi mi mano dentro del embace de las palomitas, el cual ya estaba vacío desde hace un buen rato - ¿Están buenas las palomitas?

Le di un codazo en la costilla - ¡Momo! Déjame – Hice un puchero y la mire, ella me sonrió besando mi puchero haciendo que cambiara a una sonrisa y que me sonrojará, nunca pensé estar así con ella, nunca pensé que la chica que vi aquella noche en el club estaría ahora conmigo abrazándome, tampoco pensé que llegaría llena de moretones, debo agregar eso a la lista de 'preguntas que Momo debe responderme quiera o no' sip, hice una lista.

- Si sigues golpeándome así los moretones no desaparecerán - Besé su mejilla en forma de disculpa, mire mi reloj, ya era bastante tarde y mañana tenemos que venir a la empresa de nuevo.

- Momo, ya es tarde, debemos ir a casa porque mañana tenemos que volver – Hizo un puchero demasiado adorable pero no me iba a convencer, como su jefa tengo que asegurarme de que descanse lo suficiente y más en ese estado en el que se encuentra - Vamos, levántate - Ella me hizo caso, la ayudé pues sus golpes aún duelen, apenas estuvo parada frente a mi me abrazo escondiendo su rostro en mi cuello, se que le ocurre algo pero no es momento para preguntarle.

- Emm... ¿Me devuelves las llaves de mi moto? – Ah, recordé que se las quite cuando insinúo que se iría solo para que no le pusiera mas hielo, es una gallina. Aún así no se las voy a devolver.

- No, yo te llevaré a tu casa, no puedes manejar en ese estado – Hizo nuevamente su puchero, dios, esta mujer me va a matar – No hagas eso, yo te llevaré y es mi última palabra.

- Si señorita Im – Dios, mi apellido suena jodidamente bien con su voz. Salimos de la oficina a paso lento, a Momo le dolía mucho el cuerpo y no podía caminar muy rápido, estoy pensando darle el día libre mañana; Llegamos al estacionamiento y subimos a mi BMW, normalmente no la uso pero tengo mi otro auto en el mecánico. – ¿Me das la dirección de tu casa? – Pregunte, no sé donde vive Momo.

- Emm... - Se puso nerviosa – Puedes llevarme a la casa de Sana, ¿sabes donde es?

- Si, pero... ¿Estás viviendo con Minatozaki? – Admito que la idea no se me hace del todo agradable, se que son muy amigas pero aún así me hace sentir nerviosa.

- Yo... Ella y yo estamos la mayoría del tiempo juntas – Hablo mientras se ponía el cinturón de seguridad con mucho cuidado – No estamos viviendo juntas pero ahora no puedo ir a casa... Ella sabe que voy para allá – Asentí un poco insegura y encendí el auto, la casa de Sana esta cerca, pero aún no entiendo por que no puede ir a su casa.

El camino fue silencioso, yo manejaba mientras Momo mantenía su mirada puesta en la ventana del auto, observaba la calle, se veía triste, claro con esa cantidad de golpes nadie puede estar feliz... No puedo partirme la cabeza intentando entender por qué está en ese estado, aunque suene un poco egoísta, tengo mis propios demonios en este momento.

PROTEGERTE (NaMo, SaTzu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora