Lisa salió fuera soltando humo con la excusa de el "estrés" mientras pensaba en la persona detrás del teléfono; ¿quién querría amenazarlos? Pensó que tal vez era algún ex-perteneciente a alguna de las pandillas, pero sería ilógico ya que lo hubiesen descubierto hace tiempo, sea quien fuese el que estaba amenazando a su familia, tenía un plan muy bien ideado.
Lisa no tenía miedo, pero la inquietud de saber que alguien los observa y que busca sus muertes en parte era algo estresante, especialmente para los trabajadores, quienes no paraban de preguntar todos los días si ya se sabía quien estaba planeando "vengarse".
Lisa no se iba a demostrar asustada, al fin y al cabo jamás lo estaría. Desde pequeña sabe como defenderse ya que era entrenada para eso, y tenía a miles de guardaespaldas y pandillas detrás de ella.
——————————————————————————
Jennie ya llevaba un año planeando como vengarse de esa gente, aunque ya venía deambulando por su cabeza hace muchísimo mas tiempo. El plan no estaba funcionando, la policía no quería ayudar ya que decían que era "imposible" y que hace años tratan de encontrarlos y no funciona. Ella no les creía y no se iba a rendir por sus palabras, pero si era cierto que no le quedaba mucho mas tiempo para perder y ya no sabía que mas hacer.El plan D, que por cierto, era muy humillante para Jennie tener que simplemente releerlo, era tratar de entrar a la mafia, ya sea en las pandillas o trabajando en la casa, así lograr sacar información y poner a unos cuantos de su lado para luego matar a todos los monstruos que se habían encargado de arruinar su vida. Definitivamente iba a hacerlo, era eso o tirar a la basura todo el esfuerzo que venía haciendo, incluido trabajar como policía.
Preparó unos cuantos bolsos y salió de su departamento junto su moto.
Jennie era una chica muy joven, la cual se había esforzado desde adolescente para lograr ser una policía, era sorprendente para la mayoría de la gente ver a una chica de su edad llevando a cabo ese trabajo. Era muy bella, incluso cuando estaba en la escuela era muy popular entre los chicos, aunque para muchos sus expectativas habían bajado al saber que iba a trabajar de policía y no de un trabajo "femenino y delicado". A ella no le importaba, era bastante impulsiva y sabía que lo que hacía tenía un propósito, y no iba a parar hasta lograrlo.Jennie sabía un poco sobre las pandillas de la mafia ya que sus padres lamentablemente habían estado metidos allí durante mucho tiempo, incluso cuando ella ya había nacido. Llego a un callejón no muy alejado del centro de la ciudad, allí se encontraban algunas pandillas, todas de hombres, tomando y comiendo, junto con algunos guardaespaldas vigilando la zona.
Se paró enfrente de uno de los guardaespaldas, mintió con la excusa de que era una "amiga" de los pandilleros.
-Ah, debes ser una de las putas que contrataron, pasa. - Aquello no había sido de su agrado, si hubiese actuado como normalmente lo hacía ya le hubiese pegado una cachetada a ese guardaespaldas al llamarla de tal manera, pero debía mostrarse sumisa para poder meterse allí y sabía que ese tipo no tenía la culpa, al fin y al cabo si era cierto que contrataban prostitutas muchas veces, pero si le molesto que no confiara en sus palabras.Avanzó por el callejón hasta llegar al "restaurante" callejero donde se encontraban todos. Al llegar todos la miraron, algunos chiflaban como cualquier hombre obsceno, otros se reían y unos pocos comentaban despectivamente, como si de una vagabunda se tratase.
-¿Contrataron a otra más y no me avisaron? - Dijo uno bastante joven y todos estallaron de la risa. Realmente se le estaba haciendo difícil contenerse.
-No vine por eso. - Contestó jamás levanto la vista para mirarlos.
-Ah, ¿entonces gratis? - Respondió el mismo chico haciendo reír a todos nuevamente.
-No, vengo a buscar trabajo o a unirme a sus pandillas. Se que son de la mafia roja, quiero trabajar junto a ustedes, vivo en la calle, estoy dispuesta a hacer lo que quieran, mientras no sea vender mi cuerpo. - Todo lo que había dicho era mentira, pero nadie con trabajo va a pedir empleo a una mafia.
-Si no vas a vender tu cuerpo no nos sirve. - Decía el mismo chico de antes, mientras se levantaba de su silla acercándose con una sonrisa bastante perturbadora. -Esto no es la mafia que ves en las películas, niñas como tu no duran ni un día con vida ahí, lo único que nos sirve es un poquito de tu cuerpo, sabes lo bien que nos vendría follar- No pudo terminar la oración debido a que una mano ya había golpeado su cara. Jennie no se pudo contener más, odiaba que la estuviesen tratando como un objeto cuando no sabían lo que ella era capaz de hacer.
El chico quedo bastante sorprendido mirándola mientras se limpiaba la sangre de su nariz, los hombres se burlaban de el.
- Ella si nos va a servir. - Dijo uno de los hombres en la mesa. Parecía que el golpe los había hecho cambiar de opinión.-Estas contratada, te necesitamos para enfrentar las amenazas, alguien que sepa pelear como tu nos hace falta, trae los bolsos y sube al auto. - Dijo el mismo guardaespaldas que la había dejado pasar, no sabía que ese hombre lo había visto todo, se quedo estática en el lugar mientras escuchaban los festejos de los hombres ante su victoria. Cuando volvió a caer en la vida real, corrió a por sus bolsos y se subió al auto, no podía creer que el plan había funcionado.
ESTÁS LEYENDO
Girl Boss - Jenlisa
Teen FictionLa historia perturbadora de una chica espeluznante, quien parecía poder matar a cualquiera con sus miradas penetrantes, y su vida como la hija de uno de los hombres mas peligrosos de Corea del Sur. Del otro lado, una niña que creció con resentimient...