No tenía noción del tiempo. Solo podía ver a Lisa pasada de copas, dialogando con alguien que no conocía frente suyo. Estaba aburrida, llevaba horas allí y toda la fiesta estuvo sentada, gracias a dios estaban Rosé y Jisoo, quienes le sacaban tema de conversación, pero por momentos iban a bailar y la dejaban completamente sola.
Estaba enojada con Lisa, ni siquiera se preocupaba por ella ni la acompañó en toda la fiesta. Se paró por fin y fue a la pista de baile. Escucho que Lisa la llamaba, pero siguió avanzando y la ignoró completamente. Lisa no era nadie para darle órdenes y estaba harta de ella.
Había muchos chicos de su edad, todos bastante atractivos, se veían como el cliche de "chico millonario". Jennie se acercó a allí, quería pasar un buen momento con alguien.
Uno de los chicos de el grupo de amigos la tomo de la mano para bailar junto a ella. Eran todos muy simpáticos, no le hablaban como si fuese un objeto, de echo la trataban como parte del grupo. Sonaba "where have you been" de fondo, y allí estaba Jennie, riéndose mientras bailaba con ese grupo de chicos que desconocía, olvidándose completamente que había una Lisa furiosa cerca de ella a la cual no había obedecido.
Siguió bailando un par de canciones más, para ese momento habían también chicas bailando en ese grupo. Por fin se sentía cómoda, como las fiestas que solía tener antes de llegar allí, la gente que la rodeaba en ese momento era muy parecida a quienes solían ser sus amigos, y aquello le dio un poco de nostalgia.
Pero el sentimiento de nostalgia se había evaporado al momento de sentir como unas manos tomaban bruscamente su cintura y la habían hecho girar violentamente hacía aquella persona que la agarraba con tal furia.
Era Lisa. La miraba muy enojada, podía sentir el aliento a alcohol debido a que se encontraba a poco centímetros de su rostro. Los chicos del grupo miraban asustados, podría llegar a decir que algunos incluso con lastima. La estaba dejando completamente avergonzada en público.
-¿Qué haces? Suéltame.- Le dijo Jennie, mientras forcejeaba para soltarse de su agarre.
Se había soltado, pero lisa volvió a agarrarla, esta vez de la muñeca.
-¿Qué haces tú? ¿Por qué te comportas como una puta?.- Respondió Lisa. Jennie no podía creer lo que le había dicho. Ahora eran el centro de atención de la fiesta y todas las miradas estaban sobre ellas.
Jennie, aún siendo sostenida por Lisa, la miraba fijamente con los ojos llorosos, y una expresión que a cualquiera, incluso a Lisa, le dolería. La miraba con asco, como si fuese un monstruo. Lisa no controlaba sus palabras, había tomado de más y con suerte sabía donde estaba parada.
Lisa la agarró más fuerte y eso hizo estallar a Jennie, con su mano libre golpeó la cara de Lisa, volteándola completamente. Lisa ahora estaba con la cara mirando hacía otro lado debido al impacto del golpe, la había soltado y había llevado su mano a el lugar donde la había golpeado, tenía sangre cayendo por su nariz.
Jennie se miro las manos, ya no sabía donde estaba, toda su mente se había nublado por completo tras tal acción. Estaba asustada por sus reacciones, las lágrimas caían por su rostro pero no sentía nada, no pensaba, simplemente estaba allí, en el medio de una ronda inmensa que la miraba con decepción.
Levanto la vista aún asustada, varios hombres estaban asistiendo a Lisa, quien no podía ni reaccionar por el alcohol.
Jisoo y Rosé habían vuelto. No sabían que había pasado, se acercaron hacía Lisa para ver como se encontraba y trataron de preguntarle que había pasado pero ella no respondía.
Jisoo miro a Jennie mientras Rosé trataba de hablarle a Lisa, se acercó hacía Jennie, había notado las lágrimas que caían sobre su cara.
-Jennie, ¿estás bien? - Jennie no respondió, simplemente corrió hacía cualquier lado que no sea dentro de ese salón. Empujó a todo el mundo con la intención de salir y lo logro. Llego a la calle, lloraba desconsoladamente.
Había llegado allí con la intención de vengarse de Lisa y de su familia, pero no podía. Lisa le daba lastima, aunque parecía ser la persona con menos emociones en el mundo. No podía matarla, jamás podría, simplemente pensar en ver como otra persona sufre el mismo dolor que sus padres habían sufrido le causaba náuseas, pero más náuseas le causaba saber que matar a alguien había pasado por su cabeza.
Odiaba a Lisa y todo el lugar y la gente con la que estaba viviendo. Odiaba que incluso obedeciendo a todo lo que esta le pedía la seguía tratando como un objeto, como si fuese de su propiedad, que la insultara como si no tuviera sentimientos. Pero lo que mas le dolía es que sabía que sentía algo por ella, que en esos meses estando en esa casa ella la volvía loca en todos los sentidos, que verla con otras chicas la ponía de malhumor, que quería que toda su atención se la diera a ella, que pensaba que era jodidamente atractiva fumando con los trajes que siempre usaba.
Aquello no era normal, Lisa era un monstruo, pero aún así la entendía. Probablemente para todos era una persona de la cual deberían estar asustados, que no tenía sentimientos, que sus ojos no expresaban nada, y Jennie también lo pensaba en momentos como estos, pero sabía que detrás de todo aquello Lisa no era tan mala, que vivía con la presión de complacer a su familia y a las pandillas, Lisa la protegía de todo el mundo y no sabía el porqué.
Jennie estaba completamente cegada y se había dado cuenta en cuanto escucho a Lisa soltar aquel insulto. Lisa no la quería y no era una buena persona, para ella Jennie era una cualquiera mas que debía proteger para su conveniencia, porque sabía que Jennie tenía el suficiente carácter y la fuerza para pelear con cualquiera. La veía como el diamante de la pandilla, nada más que eso. Aquello era todo lo que pensaba Jennie.
Sabía que no se iba a poder vengar, todo lo hecho era en vano. Solo quería volver a su vida normal y mantenerse alejada de Lisa por el resto de su vida, olvidar completamente lo que sea que sentía por ella, y así lo hizo.
Corrió y corrió, mientras se limpiaba las lágrimas de su rostro, sin saber a donde iba. Estaba en un lugar completamente desconocido. Se acercó hacía una tienda de comida, había una señora mayor atendiendo en esta.
-Disculpe, ¿me podría prestar algún teléfono para comunicarme con alguien? - Le pregunto a aquella señora con la voz entrecortada. La mujer la miraba con preocupación, pero aún así le dió un teléfono.
Jennie se iba a contactar con un amigo que manejaba un taxi para que la buscase, necesitaba irse de allí y volver a Seúl lo más rápido posible.
Un tiempo mas tarde su amigo había llegado y ya se encontraban camino a Seúl. Le pidió que conduciera lo mas rápido posible en caso de que los siguieran. Aún lloraba, todo el esfuerzo había sido completamente en vano, sabía que debía dejar atrás a toda esa gente por siempre...
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Girl Boss - Jenlisa
Dla nastolatkówLa historia perturbadora de una chica espeluznante, quien parecía poder matar a cualquiera con sus miradas penetrantes, y su vida como la hija de uno de los hombres mas peligrosos de Corea del Sur. Del otro lado, una niña que creció con resentimient...