Ain't nobody gonna touch it

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— Aki, rompamos...

Angel se encogió más sobre su asiento, sus rodillas pegadas a su pecho y sus brazos al rededor de ellas, sentado en una posición sobre la banca hecho un ovillo. Aki a su lado mantuvo su mirada en el cielo, sin mostrar algún gesto o muestra de afecto ante las palabras del pelirrojo.

Hace tres meses que Aki y Ángel empezaron una relación, esa en la que frente a todo el mundo aparentaban ser simples compañeros de trabajo mientras que en la privacidad de sus hogares, dulces palabras y pequeños toques se daban uno al otro. Sin embargo, esas pequeñas muestras de afecto eran breves, un minuto más y la vida de Aki Hayakawa terminaría para siempre.

"Te amé en secreto
A primera vista, amamos sin motivo"

— Mantengamos la relación de compañeros de trabajo como antes — Ángel volvió hablar al no recibir respuesta de su ahora ex pareja — Será lo mejor para ambos.

Aki aún mantenía su vista ante el cielo anaranjado del atardecer, no quería despegar sus ojos del paisaje, porque si lo hacía, nada le impediría quebrarse ante ese ser tan hermoso.

— Sé que quieres saber por qué, pero no te atreves a preguntar. — Ángel abrazaba con más fuerza sus piernas con su vista fija al suelo, sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas, y por lo que más fuera, no quería llorar, no frente a él. — Así que te lo diré; no soporto no poder tocarte, deseo tanto poder abrazarte, besarte, adorarte... y no puedo hacer nada de eso a menos que a cambio mueras.

Por favor di algo.

Un nudo en la garganta del pelirrojo amenazaba con no dejarle hablar.

— Te quiero demasiado que me rompería ver como mueres por mi culpa. Simplemente no lo soportaría...

Angel era un ser que estaba destinado a estar solo para toda la eternidad, un simple tacto de su parte y tomaría la vida completa de la otra persona, aún le costaba comprender como alguien tan letal como él pudo enamorarse...

Aki no quería verlo, pero sentía la penetrante mirada de Angel sobre él. Él quería una respuesta, tal vez solo un gesto o algo, pero necesitaba que le respondiera... sacó su caja de cigarros guardados en el bolsillo de su chaqueta sacando uno de ellos y llevarlo a su boca, tomándolo entre sus dedos lo encendió con facilidad mientras el olor a la nicotina se expandía a su alrededor. Sabía que a Angel le disgustaba el olor, pero en ese instante lo necesitaba para afrontar su próximo corazón roto...

— Si eso es lo que en verdad quieres... — dio una calada a su cigarro, una forma para tomar valor — Si en verdad quieres terminar, entonces respetaré tu decisión.

Pero quiero que sigamos juntos.

Angel no pudo soportarlo más, dejó que sus lagrimas que tanto le costaba contener salieran. Había juzgado a los humanos por dejar que sus emociones los debilitaran, pero se equivocó, juzgó antes de tiempo. ¿Los ángeles podían llorar por amor? Porque su corazón acaba de romperse. ¿Los demonios podían amar? Porque él lo hizo, se enamoró profundamente de un humano.

"Oh, veinticinco años de edad
Oh, ¿cómo ibas a saberlo? Y mi amor se había congelado
Azul marino, pero me pintaste de dorado
Oh, y me mantuviste cerca
Oh, ¿cómo iba a saberlo?"

Aki se arrepintió por no ser lo suficientemente rápido, se lamentó ser tan cortante, incluso con la persona que amaba. Tiró el cigarro al suelo, aplastando la punta con su zapato, el chico a su lado seguía hecho un ovillo, sollozando de forma silenciosa, ocultando su rostro de él.

— Angel... — intentó llamar su atención, pero el chico tierno y diminuto comenzó a llorar más fuerte, enterrando más su rostro entre sus brazos — Amor...

Dancing with our hands tied || AkiAngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora