ESTABA segura de que aquella voz sería protagonista de sus más horribles pesadillas. Cantaba en un idioma olvidado, demoníaco, o simplemente inexistente. Era rasposa, rota, gutural, grave, aguda, dulce, chillona, y cualquier adjetivo que se le pudiese añadir a un sonido, a la vez.
Y Rojo gritó de dolor, creando una hermosa armonía junto al ruido de la lluvia, y provocando llanto a los que la observaban.
Repentinamente, el silencio reinó otra vez. A parte del pitido que oía y su dolor de cabeza, nada había cambiado.
Las otras seis bocas comenzaron a hablar. De algún modo, el demonio hizo que Rojo se levantase del suelo, y le mirase otra vez. No entendía sus palabras.
-Es... español -habló en un susurro.
Entonces todas se callaron, sólo una respondió después de unos segundos.
-Da... me... O... glaz... -dijo de un modo extraño, sin fluidez, pero entendible.
Aquellas palabras tan sólo hicieron que la pelirroja sujetase la espada con más fuerza, dejando su palma completamente blanca. Si aquel ser necesitaba eso para lograr su cometido, lo tenía jodido, porque jamás lo iba a obtener.
Le dio la espalda a la entidad oscura. Instinto. Sabía que no podía hacer nada. Él ahora formaba parte de ella, la había "poseído", no podía hacerle daño.
Tambaleante, caminó hacia sus padres. Lentamente, tropezandose de vez en cuando, y mirada borrosa.
El ser la seguía sin decir nada.
Cuando ya casi les había alcanzado, no pudo hacer más que caer y devolver todo lo que había en su estómago. Y fue cuando su madre corrió hacia ella, seguida de su padre. Al acabar de vomitar, Sandra la alzó sujetándola por los hombros, y la abrazó como solo una madre podía hacerlo. Su padre las rodeó a ambas con los brazos, sobre protector.
Aquella vez, como solo un par anteriores en su vida, fue cuando realmente lloró. Hipaba mientras sus lágrimas recorrían sus mejillas, y de algún modo liberaba las tensiones que había estado acumulando por tanto tiempo. No supieron cuánto tiempo estuvieron en aquella posición, a lo largo que su madre dejaba caer gotas silenciosas sobre las hebras rojas.
Un trueno se oyó, avisando que se acercaba una verdadera tormenta, si es que no se encontraban una.
Mientras tanto, el Demonio Mayor observaba con curiosidad, analizaba todos los movimientos y reacciones que aquel grupo de humanos estaban teniendo. Tratando, de un modo u otro, de entenderlos para así poder usarlos para su propio beneficio más tarde.
ASDFGHJKL
SALSEO DEL WENO, PLAYASSé que son capítulos muy cortos, pero es lo que mejor me conviene y no sé, es ligero y tal xd
Espero que lo hayáis disfrutado ✌ ≧﹏≦
A ver si en esta semana llego a los 100 votos ⊙﹏⊙
¡Nos vemos!
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La Canción ||Zalgo|| [#Creepyawards2016]
FanfictionY entonces, la séptima boca cantó.