Capitulo 7

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—Encontré a E2 —comenzó a decir Ga-young por el comunicador— está muerto, tiene una herida de bala en el pecho, creo que lo asesinaron.

Los tres se detuvieron y se miraron entre si.

—¿Dónde está Tae-suk?

—No... lo he encontrado todavía, y las muestras han desaparecido.

—Entiendo. Ve al centro de mando.

—Si, capitán.

—Kim Sun ¿llegaste al centro de mando?

—Recién. 

—Ubica a Tae-suk y a la doctora Song ya mismo.

—Si, señor, los buscaré de inmediato.

Como siempre, dejó de poner atención a lo que sucedía y siguió avanzando, escuchando la conversación de los dos hombros un tanto lejos, no tardó en perderse por los ductos.

—Teniente Kim... ¡teniente Kim! —la voz preocupada del capitán la sobresalto.

—¿Qué sucede, capitán Han? —respondió tranquila.

—¿Dónde está?

—En los ductos —su voz cambio a una extrañada, ¿Qué se supone que le diría? ¿Qué estaba en su casa?

—¿Por qué me... nos dejó?

—Estábamos perdiendo el tiempo. Voy a intentar encontrar a la doctora Song.

Anduvo por varios minutos hasta encontrar una escalera, comenzó a subir por dicha escalera pero sus manos se resbalaron de repente y cayó.

—Mierda... —murmuró sobre la reja en la que había caído. Sin ánimos de levantarse y con ganas de quedarse ahí y dormir.

—Teniente Kim, ¿se encuentra usted bien? —la voz de Yun-jae resonó por sus oídos.

—Si... nada más me caí —susurró levantándose con una extraña fuerza que llegó a su cuerpo.

—Tenga cuidado.

Siguió merodeando por ese lugar desconocido, todo era iluminado por luces rojas, caminaba con cautela por dicho lugar hasta llegar a una parte que le causó curiosidad y rápidamente se adentró en aquel cuarto.

Cubrió su boca ante la imagen que tenia delante de sus ojos, los cuerpos de niñas estaban de cabeza dentro de una bolsa gigante. No podía creerlo. Aparte de sentir más curiosidad sintió un revolcón en su estomago. Era simplemente impactante aunque ya tenía conocimiento de aquello.

Una mano tocó su hombro y por inercia le dio un puñetazo en la cara a esa cosa apenas se volteo, sorprendiéndose al ver que se trataba del capitán Han.

—Oh... —se agachó para auxiliarlo— disculpe, no sabía que era usted —tomó delicadamente el rostro del hombre, fijándose en si le había hecho mucho daño.

—Si hubiera sabido que era yo ¿no me hubiera golpeado? —sonrió, embobado, sintiendo el frio de sus manos transmitirse a su cuerpo, maravillado al ver lo cerca que estaba de su rostro.

—Quien sabe —se levantó y lo levantó a él de un tirón— esto es repulsivo —caminó entre los cuerpos en busca de una salida que no tardó en encontrar— ah, fue más rápido de lo que esperé —susurró.

Salieron y siguieron andando por ahí, pero no llegaron a ningún lugar importante, solo al laboratorio.

—¿Y si subimos por ahí? —señalo el ducto del techo. 

Yun-jae la miró por un momento, no tardó mucho en asentir. Se pusieron debajo del ducto y ella iba a subir a sus hombros, pero la doctora Hong llegó. So-won no le prestó atención a lo que decía ni a lo preocupada que estaba, se concentró en subir a los hombros del capitán y luego ayudarlos a subir.

Después Yun-jae se encargó de quitar la rejita de los mandos y fue el primero en bajar, luego le siguió Song quien se quedó para ayudar a Ga-young a bajar.

¿A quien mato? ¿a Ga-young o a Yun-jae?

Ga-young parecía ser la mejor opción, pero si la mataba a ella posiblemente se formaría una enemistad automática con Yun-jae. Si mataba al capitán Ga-young no haría nada por el miedo y después la mataría a ella.

Pero se sentía incapaz de matar al capitán.

Sonará chistoso, incluso la misma teniente se burlaba de los sentimientos que había desarrollado por Yun-jae. Era totalmente absurdo. Los sentimientos eran la cosa más inútil e inservible a su parecer, ¿Cómo es que se había permitido desarrollar tal barbaridad?

Era estúpido. 

Ella era la estúpida.

Observó de reojo al capitán que controlaba los mandos y luego a Ga-young llorando por la muerte de Sun. So-won estaba estática, no sabía que hacer.

—Hay que irnos —dijo él llamando su atención. So-won ayudó a la doctora a levantarse y nuevamente se movilizaron por los pasillos— doc Hong, espérenos en el laboratorio.

La mayor se fue sin chistar mientras ellos seguían caminando.

La respiración de la teniente se volvió agitada, preocupando al hombre:—¿Está bien? —se detuvo al igual que ella, sin obtener ninguna respuesta— ¿Qué sucede? —la obligó a que lo mirara.

—Yo... —tartamudeo. Quería gritar a los cuatro vientos que tenia que matarlo y... que lo amaba— yo...

—¿Usted...?

—Yo... creo que deberíamos separarnos... el que encuentre primero a Tae-suk se encargara de él —un nudo en su garganta apareció.

—Es buena idea —él puso la mano sobre su cabeza— ten cuidado, So-won —sonrió.

Ella apretó su puño con fuerza al oírlo decir su nombre, si no se equivocaba era la primera vez que la llamaba por su nombre y eso había sido... fantástico.

—Claro. Tú también ten cuidado, Yun-jae.

Y ni hablar de como se puso él cuando le dijo el nombre sin honoríficos.

Se separaron y corrieron en distintas direcciones. Si So-won se encontraba con Ryu se quedaría con él y escaparían juntos de la Base Balhae, si no, no sabría que hacer.

𝗖𝗔𝗗𝗘𝗥𝗔 ||The Silent Sea||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora