Fuego | SEKS #5

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Capítulo con contenido sensible, mención de abuso, abuso infantil, escenas de violencia y maltrato. En el apartado "advertencia" tienen las líneas a donde llamar para pedir ayuda.

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No soy consciente del tiempo que pasa, pero se siente eterno.

Cuando quiero darme cuenta, estoy en mi casa, la policía, Nik y Andrei están aquí y Mat ha llegado con Pam y Mila. Sé que Bruno llamó a Zaira, pero no respondió y supongo que aún duerme.

—Alexis, lo siento... Lo siento tanto —la voz temblorosa de Pam hace que se me revuelva el estómago.

—No es tu culpa —murmuro.

Nikolai tiene una expresión severa en el rostro cuando se acerca. No se parece en nada al amo de Gemma y Andrei tampoco.

—Señora, necesito que nos explique a detalle qué fue lo que pasó —le dice a Pam.

—Fue mi padre —susurro —. Nik, fue él, yo lo sé.

Mat me mira.

—Alexis, ¿qué dices?

Sigo mirando al policía y la mano de Bruno se posa en mi hombro.

—Es él —repito —. Puedo... Te daré la dirección de su casa, tienen que ir allí.

Mathew se detiene frente a mí. Kaile está tensa y se acerca.

—¿De qué hablas?

Lo ignoro. Estoy más preocupada por Katia que por explicar la clase de monstruo que son mi padre y Marisa.

—Se llama Victor Tarev, la dirección es...

—Alexis —Nikolai me detiene y la impotencia hace que se me llenen los ojos de lágrimas. Mira a Bruno y suspira —. No podemos acusarlo de algo sin tener pruebas y no podemos ir a su casa, solo porque sí.

—¡Fue él!

Andrei habla:

—No había cámaras de seguridad en el parque, quizás fue...

Me muevo, nerviosa.

—¿¡Por qué ustedes nunca me creen?! —grito, estallando en enfado —. Fue él, Nik, ¡lo sé!

—Necesito pruebas —me responde con una calma que me hace enfadar más.

Tiene a Katia y él quiere pruebas, mi palabra no basta. Nunca basta. Nunca lo hará.

—Si ella dice que fue su padre, ¿por qué demonios no lo verifican? —exclama mi ex, cuando insisto con mi discusión y Nikolai no lo acepta.

Mathew siempre fue tranquilo, jamás lo vi alterado, pero lo está ahora y sé que siente la misma rabia que siento yo, porque él también ama a Katia.

Me alejo de la escena mientras Bruno intenta alejarlo de Nik, cuando él le explica lo que sucedió, lo que hace que Mat se altere. Su hija bebé llora por los gritos, Pam se aleja y yo voy hacia la cocina, incapaz de respirar más allá de algo superficial. Miro alrededor, algo mareada. Los escenarios en mi mente son cada vez peor y me vuelvo a sentir como la chica de diecisiete años que intentó denunciar a su violador y que fue ignorada por la policía. Me enoja. Me entristece. Hace que quiera prender fuego todo y llevarlo a las cenizas.

Odio esto. Mis nudillos se ponen blancos por la fuerza con la que tomo la mesada. Cierro los ojos. Intento tomar una bocanada de aire, pero no puedo. Pienso en Katia, en lo asustada que debe estar y el temor me invade, imaginando lo que Victor podría hacerle, lo mucho que podría dañarla.