58- último capítulo

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Para las lectoras que en algún momento se hayan sentido identificadas con la historia de Alexis: Que la ficción nos dé lo que muchas veces la realidad nos queda debiendo. Hasta que el dolor se vuelva cenizas y podamos resurgir con la fuerza del fuego.

Último capítulo.

Alexis

El desayuno con mi hija y con mi novio es un mimo que aliviana el peso de lo que está por pasar.

Mi teléfono no deja de recibir mensajes de saludos y felicitaciones de personas que nunca me habían escrito. Haber abierto un poco mi vida a alguien más allá de Zaira trajo esto y estoy agradecida.

Katia salió de mi cuarto para ir al baño y ahora solo somos Bruno y yo. Kaile fue tras ella, obviamente.

Me ha costado quedarme en la cama, sabiendo que ellos estaban en la cocina. No porque desconfíe de Bruno. No. Ese sentimiento quedó atrás en algún momento, pero quería... estar. Supongo que las manías y la necesidad de controlar mi espacio seguro siguen allí, a pesar de todo.

—¿Feliz? —Bruno se inclina para darme un beso en el cuello, mientras seguimos sentados en la cama, con el pastel entre nosotros.

—Mucho —admito.

Mis cumpleaños siempre han sido días donde me la pasaba escapando. De casa, de la cama y de mis pensamientos. Hoy encuentro paz en todo eso, a pesar de que falta el último paso para estar verdaderamente libre.

Bruno toma otra porción pequeña de pastel y yo sonrío, con una pequeñísima parte de mi mente fantaseando con tener esto todos los días.

—Katia estaba muy feliz —me dice—, creo que a ella también le hizo bien poder hacer esto para ti.

Estiro la mano y rodeo su brazo, acercándome a él y dejando mi mejilla contra su bíceps.

—Gracias por ayudarme a ser una mejor mamá y la mujer que quería ser —no me dice nada, pero mis palabras deben causarle algo, porque deja la comida a un lado para abrazarme.

No hay nada sexual en nuestros toques, pero siguen siendo íntimos.

—No te ayudé Lex. Solo estuve alrededor para ver cómo lo hacías.

—No, Bruno —murmuro—. Si tu teoría del ave fénix es cierta y renace de sus cenizas... tú iniciaste ese fuego.

Me mira en silencio por algunos segundos. Los labios le tiemblan ligeramente antes de que se incline a besarme.

—Tenemos que prepararnos —me recuerda.

Asiento. Tomo coraje para salir de la cama — vaya, jamás creí que diría eso en este día — y me preparo.

Lo hago de forma lenta, cuidando cada detalle como si me estuviera vistiendo con una armadura. Me aferro a cada pedacito de seguridad, me pongo un poco de maquillaje y me emprolijo el cabello.

También ayudo a Katia, mientras Bruno se viste.

Cuando los tres estamos listos, dejamos atrás la casa. Nos acompaña Kaile, por supuesto. Ella se acomoda junto a mí hija en la parte de atrás del coche de Bruno, que conduce en dirección al juzgado.

Me sudan las manos y sé que Bruno lo nota cuando toma mis dedos entre los suyos por algunos segundos antes de dejarlos ir y continuar conduciendo.

—Todo irá bien —asegura. Asiento, esperando que sus palabras sean ciertas y el juicio acabe a favor nuestro, pero tengo mis dudas respecto a todo—. Llegaremos pronto.

Fuego | SEKS #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora