Otro día más comenzaba en la Villa Gandharva y Tignari era consciente de ello, las aves solían despertarle bastante temprano gracias a su agudo oído sin embargo hoy no se sentía con muchos ánimos de levantarse temprano, probablemente pasaron unos segundos cuando rápidamente negó y se levantó arrastrando los pies a buscar su usual ropa cotidiana, entre ellas una Venda que se había vuelto su fiel compañera y así inicio su ritual de prepararse para lo que sea que le esperaba.
Una vez vestido cepillo su esponjosa cola mientras aplicaba un poco de aceite, ya saben en caso de que lloviera mientras tanto se preguntaba con qué problemas se encontraría hoy ¿Quizás debería hacer inventario de materiales para medicamentos? Después de todo el invierno se acercaba y aunque el clima de Sumeru no solía cambiar tanto no quitaba que la gente a veces resintiera el cambio de las estaciones.
No fue hasta que escuchó un fuerte golpe cerca de su habitación que dejó sus pensamientos triviales y salió a averiguar que sucedía, eso definitivamente no era normal.
-Lo siento... intenté ser silencioso
En medio de la aún oscura mañana y frente a sus ojos pudo divisar un bulto que poco a poco pudo distinguir mucho mejor, se trataba de su mejor amigo, Cyno, quien extrañamente usaba su lanza como bastón, la luz más cercana permitió reconocer que en su expresión había rasgos de dolor, además de que se encontraba ligeramente encorvado solo que no podía observar detalles pues llevaba una capa que lo cubría casi por completo.
-¿Qué diablos sucedió? Espera, no respondas se que no puedes contarme todo lo que haces y tampoco es el momento- Respondió acercándose a ayudarle mientras lo guiaba al interior de la habitación.
Cyno mantuvo el silencio y simplemente se dejó caer en la cama de su contrario, en ese punto no tenía las fuerzas para dar explicaciones o discutir, al menos ya se encontraba seguro por lo cual se entrego al cansancio y permitió que el guarda forestal hiciera lo suyo.
Por supuesto Tignari no perdió el tiempo y se puso a revisar las heridas del albino, sin duda había sido un problema grande si venía en ese estado tan deplorable, no hizo preguntas ni dio sus sermones eso podía esperar, ahora debía dejar que su amigo descansará para recuperarse, mientras tanto haría su labor.
Y una vez terminó se retiró a hacer parte de sus deberes aunque en esta ocasión no saldría a patrullar, debía vigilar al "Gran juez" y asegurarse de que descansará al menos un día, por lo tanto estuvo dando algunas rondas por la aldea para echarle el ojo. Ya estaba atardeciendo cuando llevó un par de platos a su habitación, siendo uno el que tenía una cantidad considerable de comida para el paciente en cuestión.
-Comenzaba a creer que no despertarías hoy, al menos no tendré que dormir en el suelo seria muy molesto- Aseguró Tignari colocando su plato en el escritorio mientras se sentaba al lado de Cyno quién también se encontraba sentado en la cama tan serio como de costumbre parecía reflexionar sobre su situación.
-Lamento las molestias- Murmuró cerrando los ojos probablemente esperando un sermón.
Un suspiro cansado interrumpió el silencio, el de cabellos oscuros negó sonriendo suavemente, sin duda prefería atender en persona a Cyno, le traía cierta paz saber que se encontraría bien a diferencia de que lo trate alguien más que incluso podría intentar aprovecharse del estado del ojirojo.
-¿Puedes comer solo? ¿Te sientes mejor? ¿Te duele algo? Puedo darte más medicamento de ser necesario- Aseguró observado cuidadosamente mientras entregaba la cuchara.
-Puedo hacerlo sólo, no son heridas tan graves, gracias- Respondió tranquilamente mientras tomaba el cubierto y comenzaba a comer sin rechistar, no quería hacer enojar a Tignari, le conocía perfectamente y sabía que aparte de molesto por exponerse al peligro estaba sumamente preocupado.
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El secreto de Tignari
FanfictionTignari lleva tiempo guardando un pequeño secreto el cual trata ignorar no es como que sea grave pero ¿Como reaccionaran los demás? ¿Que pensara o hará Cyno al enterarse?