Capítulo 4

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-Es-escucho pasos- Susurró la guardabosques rompiendo el abrazo y observando la dirección de la que provenían.

-Continuaremos nuestra charla después de asegurarnos que no sean una amenaza, espera aquí- murmuró apareciendo su lanza.

-Pero.... También puedo ayudar- Balbuceo tomando su arco aunque ya había sido dejada atrás.

El general rápidamente encontró a los dueños de aquellos pasos, unos simple ladrones de tesoros los cuales por obvias razones le superaban en número pero no era nada que no pudiera tratar, una vez intentaron atacarlo comenzó a contrarrestar sus ataques hábil y eficientemente sin embargo cuando estaba por acabar sintió una punzada que le hizo irrumpir su ataqué dejando expuesto y apuntó de recibir el golpe fue salvado por una flecha imbuida en dendro que luego se había dividido en tres más, reconocía perfectamente ese ataque y le había dado el suficiente tiempo para recomponerse y golpear a aquel ladrón.

-Por eso quería que te tomarás un tiempo, aún no estás bien, déjame revisarte ¿Se abrió alguna herida? ¿Es algo internó? ¿Dónde te duele? ¿Deberíamos regresar? ¿Tal vez un hueso roto? No sentí nada fuera de lo normal- Cuestionó la pelinegro aunque algunas de las preguntas al aire parecían más para resolver sus propias dudas.

-No creo que sea el lugar Tignari, vámonos antes de que vuelvan a despertar, la idea de acampar se acabó, será mejor que continuemos nuestro camino, así volveremos más rápido a casa- Propuso el albino caminando a tomar sus cosas.

-Oh... bien- Desconcertada guardo su arco y le siguió muy de cercas.

-Lamento la pregunta pero ¿Prefieres que me siga refiriendo a ti como un chico?- Cuestionó dudoso de si eso podría ser una ofensa o no.

-Creo que sería lo mejor, solo tú sabes la verdad... no quiero que los demás se enteren, no aun al menos- comentó reflexivo al respecto.

-Bien, te ayudare en lo que necesites así que no dudes en decírmelo, ahora las cosas tienen más sentido, no sé cómo no me di cuenta antes- Balbuceo al reflexionar un poco sobre todo en estos años.

-... ¿Realmente no estás enojado?- Cuestionó observando el inmutable rostro del contrario.

-No, no solo sorprendido,
ya dijiste que fue algo que de algún modo se escapó de tus manos, seguramente ha sido muy difícil para ti mantener las apariencias, de nuevo, lamento no darme cuenta antes, aunque supongo que eso significa que hiciste un gran trabajo... es complicado no saber si decir que ha sido un buen trabajo o un buen engaño- comentó reconociendo el camino hacia el lugar de destinó.

-Je...La verdad no ha sido tan malo realmente aunque sí había días en los que me sentía agotado de llevar está rutina y no poder decirle a nadie... espero que esto no afecte mucho a nuestra relación

-¿Relación? Digo N-no ejem... para nada descuida- aseguró cruzándose de brazos aunque sin duda quería saber más de este lado nuevo para él.

Pero ninguno parecía saber por dónde empezar así que continuaron su camino en silencio aunque pronto el cansancio le estaba ganando a la guardabosques después de todo no había dormido bien y su campamento hoy fue arruinado.

-Busquemos donde quedarnos en Caravasar Ribat, dame tu mochila yo la llevaré- Ordenó sutilmente mientras sujetaba el brazo de la exhausta guardabosques

Por suerte llegaron al concurrido lugar, rápidamente Cyno se las arreglo para conseguir alguna habitación en una posada a dónde llevaría la exahusta guarda forestal para que durmiera al menos un par de horas.

El secreto de TignariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora