Capítulo 11

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Cuando la Lluvia paró ya era un nuevo día, siendo Nari la que despertó primero aunque aún se sentía cansada, sonrió un poco molesta por seder tan rápido con el albino aunque al verlo descansar su irá se tranquilizó, sin duda cada que se aparezca el de tez morena en la villa será su fin.

No pudo evitar reír un poco por esa idea y mientras tanto decidió comenzar a vestirse.

-Regresa a la cama- pidió el de tez morena abriendo un poco los ojos.

-Lo haría si fuera una cama real, Vamos tienes que ir a la academia a dar tu informe ¿No? De ahí podremos llegar a casa- sugirió dándole un beso en la mejilla para después lanzarle su ropa.

-... Bien

Al llegar a la ciudad de Sumeru ambos se separaron, Cyno dirigiéndose a la academia y Tignari a simplemente ver qué encontraba para hacer algo de tiempo además de algunas compras.

Al caer la tarde la de rasgos de zorro se encontraba en una banca descansando, sentía alivió de estar en un clima que conocía y toleraba, aunque está nueva experiencia en el desierto no había sido tan mala como la primera.

-Al fin te encuentro, ven quiero que vayamos a un lugar ¿No temes a las alturas verdad?- Hablo el albino sonriendo con un poco de burla.

-¿Oh?  Claro que no ¿Porque esa sonrisa burlona? ¿Estás retandome? Veamos quien teme más a las alturas - Gruñó sonriendo ¿Acaso no se acuerda que es una guarda forestal y debe hacer todo tipo de cosas?.

-En ese caso, vamos

Cyno comenzó a caminar para pronto ser seguido por Tignari quién al ver qué camino estaba tomando comenzó a dudar, no quería estar cerca de la academia aunque las cosas ya hubieran cambiado... Aunque luego simplemente continuaron caminando.

-¿Cyno? ¿Este no es el Santuario de la arconte? - pregunto dudosa mientras observaba al rededor.

-Lo es, ven subamos por aquí- Respondió comenzando a escalar para subir al techo.

-¿¡Entonces porque hacemos esto!? ¿No es una falta de respeto? - Exclamó nerviosa y observando al de tez morena quien ya estaba arriba.

-Bueno ella dio su consentimiento y estás con el General de la matra ¿Cuál es el problema?- pregunto sentando mientras esperaba.

- Aveces olvidó que eres el general de la matra ... ¿¡Cómo que la arconte dio permiso!?

En ese momento la de rasgos de zorro ya no sabía que pensar, algo en su mente se había desconectado así que en modo automático comenzó a subir.

-Bien por aquí

Se sentaron en una de las ramas en total silencio observando lo que quedaba del atardecer, era increíble, definitivamente debían agradecer a la arconte por permitirles subir ahí.

-Es un atardecer muy hermoso, aveces estoy tan concentrada en mi trabajo que me olvidó completamente de cosas como estás - Murmuró la de rasgos de zorro sonriendo con dulzura.

Cyno también sonrió al ver a su pareja y luego soltó un suspiro llamando la atención de esta.

-No solo te traje para ver el atardecer, la verdad es que... Se que querías que te preguntará para formalizar nuestra relación a un noviazgo pero la verdad es que quería darte esto- Murmuró sacando una pequeña caja para después abrirla dejando ver un sencillo pero muy hermoso anillo.

-¿Cy-cyno?

-¿¡Te casarías conmigo!?

Los nervios y el rostro rojo en el general eran más que obvios y ni hablar de Nari quién nuevamente se desconecto del mundo por un momento, aunque al volver a la realidad no pudo evitar reír un poco.

El secreto de TignariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora