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𝓣/𝓷 (𝓽𝓾 𝓷𝓸𝓶𝓫𝓻𝓮) 𑁍

La música en la calle sonaba demasiado alta, cada nota se mezclaba con la voz de todos los adolescentes de entre catorce y veinticinco años que hablaban a gritos para poder escuchar las palabras de sus amigos, ligues o quienes fueran, vinieran con ellos.

Ladeé la cabeza y busqué a Finn. Él era quien me había convencido de que esta noche me escapara de mi casa para que me diera cuenta de lo increíble que eran las carreras de coches a plena luz de la luna.

Mi amiga Sadie también había venido con nosotros pero nada más al llegar había puesto la mirada sobre un tipo rubio y se había alejado moviendo las caderas sensualmente hacia él.

Di la vuelta sobre mí misma y no vi a Finn por ninguna parte. La calle estaba a rebosar, llena de gente riendo a carcajadas, bebiendo y bailando al son de la música.

Suspiré con pesadez y decidí empezar a buscarlo antes de que cualquier chico echara la mirada en mí y empezara a subirme la falda con ansiedad como un león en celo.

No llevaba ni cinco metros caminados cuando noté una mano en mi trasero. Me giré de repente, levantando la mano para darle un bofetada al descarado que se había atrevido a tocarme pero en cuanto vi a Finn sonriendo graciosamente me deshice de la idea de azotarle un buen golpe.

-¿Qué te crees que estás haciendo? - Le pregunté molesta.

-Asustarte. - Contestó con una sonrisa. Él sabía que no me gustaba que me tocaran el culo, y mucho menos un desconocido, pero sabiendo que había sido él no iba a enfadarme. Tampoco iba a permitirle que lo hiciera siempre o cada que se le diera la gana, pero ser un amigo cambiaba las cosas.

-Ya, muy gracioso Finn. Voy a ignorar que me has tocado el trasero para no hacer un escándalo aquí en medio. - Le repliqué, aunque Finn sabía que realmente no haría nada. - ¿Dónde te has metido?

-He ido a saludar a unos amigos. - Contestó. - Pero ya estoy aquí. ¿Quieres algo de tomar?

-Sí, me estoy muriendo de sed...¿Me puedes traer una Coca-Cola helada?

-Claro, espérame aquí. Vuelvo en cinco minutos.

Y en cinco minutos me daría tiempo de dar una vuelta y admirar aquellos coches modificados que se preparaban para la salida de la primera carrera callejera. Me abrí paso entre la multitud ajena a mí y caminé como pude sin tropezarme con aquellos tacones que Sadie me había obligado a ponerme. No es que no me gustaran, pero yo prefería unos más bajos.

Empujé a una rubia que se estaba besando con un tipo de al menos unos veinte años mayor a ella, para que me dejara pasar. Esta me lanzó una mirada y luego se separó del hombre con el que estaba.

-¡Ey! - Me gritó, traté de ignorarla, sabía perfectamente que se dirigía a mí. - ¡Eh, blanquita! - Volvió a gritar, soltando una carcajada.

Maldije por lo bajo y me di la vuelta. Si aquella zorra con pechos de silicona y botox en los labios quería meterse conmigo...adelante, no tenía ningún problema. La noche acababa de empezar.

-¿Qué? - Contesté retante, dejándole claro que lo que ella objetara me tenía sin cuidado.

-¿De qué crees que vas? ¿Piensas que eres mejor que los demás y que puedes ir empujándolos así como así? - La voz de la chica sonaba más afectada de lo que creí que le había importado que tan sólo le diera un empujoncito sin cuidado.

-¿Vas a montar un circo aquí en medio sólo porque te he dado un empujoncito para que te apartaras de mi camino?

-Podrías haberlo pedido y todo habría sido más fácil.

-Estabas ocupada. - Le lancé una mirada al hombre que estaba con ella, quien parecía no tener ni la más mínima intención de meterse en medio de la discusión. - Y tampoco me apetecía dirigirle la palabra a una zorra.

-¿Qué? - La chica convirtió los ojos en ranuras y me acechó con la mirada, sacando humo hasta por los oídos. - La única zorra aquí eres... - Antes de que terminara de hablar, hice un gesto con la mano dejando claro que me daba igual, me di la vuelta y empecé a caminar por la carretera alejándome de la molesta voz chillona de aquella chica y de todo lo que sucediera a su alrededor

Y cuando me di cuenta, un coche venía a toda velocidad hacia mí. Estaba en medio de la carretera y con éstos tacones no me iba a dar tiempo de volver atrás y al conductor tampoco de frenar. El corazón me latió con fuerza sobrenatural durante dos segundos.

Iba a morir aquí, delante de todos.

Entonces sentí unas fuertes manos agarrándome de la cintura y sacándome a toda velocidad de allí en medio. Salvándome la vida.

𝐖𝐡𝐞𝐧 𝐓𝐰𝐨 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬 𝐅𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐧 𝐋𝐨𝐯𝐞 [ᴀᴅᴀᴘ] (𝓐.𝓖.) [✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora