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𝓣/𝓷 (𝓽𝓾 𝓷𝓸𝓶𝓫𝓻𝓮) 𑁍

-Vaya... - Murmuré en cuanto entré a la casa de Aidan. El entró detrás de mí con un sonrisa. La casa no era grande, puesto que vivía él solo, pero era lo suficientemente agradable como para quedarse allí encerrado el resto de su vida.

Estaba todo en orden, las paredes eran blancas y los muebles eran de madera oscura haciéndole juego. La cocina se enganchaba a la sala con una barra de mármol sobre la que habían un par de cervezas sin abrir.

Había cuadros con dibujos minimalistas por todas partes y un montón de figuritas modernas. Al lado de la pantalla de plasma había un gran aparato de música y los altavoces colgaban del techo, uno en cada esquina. Pensé que Aidan tenía demasiado buen gusto para ser un chico, pero antes de que pudiera replicar algo, Aidan me había agarrado de la cintura y me había guiado hasta la barra de bar, dejándome encerrada entre sus brazos y derritiéndome con esa hermosa sonrisa.

Mi corazón se aceleró, lo miré a los ojos y pensé en ponerme de puntitas y morder aquellos labios que tanto rato llevaban reclamándome pero cuando lo hice, Aidan me puso una cerveza enfrente.

-Toma. Te caerá bien con el susto que has tenido.

-No quiero beber. - Confesé. El cuerpo de Aidan estaba tan cerca de mí que con un simple movimiento, con que me arqueara hacia él, podría rozar mi feminidad contra su miembro y hacer que algo cobrara volumen dentro de sus pantalones y que mis bragas se mojaran instantáneamente. Decidí mantener la distancia, aunque no por mucho tiempo más.

-¿Y qué quieres hacer? - Me preguntó él, burlón y con una ceja enarcada.

-No lo sé... - Susurré empezando a elevarme. - ¿Me has traído a tu casa para darme una cerveza? - Él rio.

-La verdad es que no. - Contestó. Luego inclinó su cabeza hacia mí, pensé que iba a besarme pero él se desvió hacia un lado y colocó sus labios sobre mi oído. - Te he traído porque me encantaría hacerte algo que va a dejarte sin aliento. - Con aquellas palabras, ya me había dejado sin aliento, sin respiración, sin conciencia y sin dignidad. Me lo había quitado todo. Todo mi ser se estremeció de pies a cabeza.

Busqué la mirada de Aidan y cuando lo hice, las manos del castaño habían ido a posarse sobre mi cintura, empezando a elevarlas, llevándose consigo el top lila que llevaba puesto. Mis ojos no se separaron de los de Aidan, pues temía perderme si me alejaba de aquel océano de sensaciones y emociones que su mirada me regalaba. Estaba completamente hipnotizada por aquel chico al que apenas hacía una hora que lo conocía.

Iba a dejar que me hiciera todo lo que le apeteciera, no sin a cambio yo poder hacer lo que me diera la gana con aquel cuerpo tan monumental que tenía delante.

Alcé los brazos y en un abrir y cerrar de ojos mi top había salido de mi cuerpo, quedando en algún lugar de la sala. Su mirada fue directo a mis pechos, cubiertos solo por un ligero brasier de Victoria's Secret, que le provocó una reacción en la punta del miembro.

Acarició uno de mis senos con dos dedos y pensé que aquel bonito brasier saldría volando en cualquier momento como había pasado con mi top. Aidan inclinó la cabeza y besó la piel que sobresalía de una de las copas del bra, luego dejó un pequeño camino de besos a lo largo del valle de mis senos y acarició mi cintura. Continuó bajando y cuando sonó un casi inaudible "click", me di cuenta que Aidan me había desabrochado el pantalón.

Antes de hacer cualquier otro movimiento, Aidan volvió a erguirse ligeramente y profundizó una mirada penetrante sobre mis ojos. Sin dejarme respirar se acercó a mí y me besó.

Nuestros labios encajaron de una manera tan perfecta que pensé que no podía ser posible a no ser que fuera un sueño.

Para Aidan, los labios de t/n eran tan dulces que empezaba a derretirse poco a poco en ellos.

Tenía la intención de meterle la lengua hasta el fondo, para su sorpresa fue t/n quien lo hizo; con fuerza metió su lengua en la boca de Aidan y empezó a recorrerle la boca, tan deliciosa.

La temperatura corporal de ambos se elevó de inmediato. Aidan iba a poder contenerse por muy poco tiempo.

Alzó a t/n, colocando las manos en sus muslos y la incitó a rodear sus caderas con sus preciosas piernas, que aunque estaban cubiertas por aquel pantalón negro de cuero, se moría por saborear. Iba a probar cada centímetro de su piel, cada parte, cada rincón.

𝐖𝐡𝐞𝐧 𝐓𝐰𝐨 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬 𝐅𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐧 𝐋𝐨𝐯𝐞 [ᴀᴅᴀᴘ] (𝓐.𝓖.) [✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora