𝐖𝐡𝐞𝐧 𝐓𝐰𝐨 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬 𝐅𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐧 𝐋𝐨𝐯𝐞 [ᴀᴅᴀᴘ] (𝓐.𝓖.) [✔︎]

𝓕 𝓘 𝓝 𝓐 𝓛

𝓣/𝓷 (𝓽𝓾 𝓷𝓸𝓶𝓫𝓻𝓮) 𑁍

Aidan se movía en mi interior con agitación, besándome la boca, las mejillas y cada centímetro de mi piel que podía alcanzar. Jadeaba bajo su cuerpo, sintiendo su piel con la mía. Tenía mis manos en su espalda, apretando con fuerza y tratando de no clavarle las uñas cada vez que él embestía con una fuerza inimaginable. Aidan me llevaba a terrenos que nunca había pisado, que eran totalmente desconocidos para mí. Las sensaciones que Aidan me estaba haciendo sentir no se describían con facilidad. Había buscado la manera de expresarlo como fuera, pero no encontraba palabras suficientes y cercanas a lo que realmente sentía. Aidan lo había hecho. Se había inclinado sobre mí antes de volver a hacerme suya y pegando sus labios a mi oído me había susurrado;

-Te quiero, t/n... - Y mi mundo había dado un giro completo en tan sólo tres segundos.

Me aferré a Aidan con fuerza y después de darle un beso lento y tierno en los labios, le dije que yo también lo quería.

No sabía cómo había sucedido, pero me había enamorado de él, de mi salvador. Me había arrancado de las manos de la muerte, me había cuidado y luego me había ayudado a lanzar lejos de mi cabeza todas la malas sensaciones que me había provocado la visión de aquel coche sobre mí, intercambiándolas por unas incomparables que yo nunca podría agradecerle.

Me limité a levantar las caderas para que Aidan pudiera introducirse entre mis paredes vaginales, húmedas hasta tal punto que la facilidad con la que el pene de él se deslizaba en mi interior sobrepasaba lo humanamente posible. Él gimió, jadeó con intensidad. Agarró mis nalgas, las apretó, masajeándolas y empujándolas contra él.

-Más... - Murmuré en un gritito. Él obedeció. - ¡Ahh, Aidan!

-¿Te gusta? - Gimió él. Le respondí con un apasionado beso en los labios, donde nuestras lenguas entraron en un contacto profundo. Luego empecé a sentir unos brutales espasmos que empezaron a llevarme por el camino de la locura y el éxtasis. Abrí bien los ojos y busqué los de Aidan.

-Estoy llegando... - Jadeé con la voz ahogada.

-Yo también. - Replicó. - Y lo haremos juntos. - La idea me pareció atronadora. Corrernos juntos. Era simplemente perfecto. Aidan se dejó caer sobre mi cuerpo. Vientre con vientre, pecho con pecho, corazón con corazón.

Escondió su rostro en mi cuello y empezó a succionarme la piel mientras incrementaba la intensidad de sus embestidas. Mis gritos se incrementaron velozmente. Ladeé la cabeza para darle más accesibilidad a Aidan con sus acciones y la sensación que aquello me producía más de lo que estaba a punto de acontecerse, sólo pensarlo, me llevó al límite.

-¡¡¡Dios, Aidan!!! ¡¡Síí!!

-Oh, ¡Joder! - Gimió cuando empezó a eyacular sin parar. Casi un minuto después, soltamos todo el aire acumulado en los pulmones y nos acostamos abrazados el uno del otro, piernas enredadas y corazones pegados. Aidan me sonrió y juntó su nariz con la mía.