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𝓣/𝓷 (𝓽𝓾 𝓷𝓸𝓶𝓫𝓻𝓮) 𑁍

De un momento a otro creí que el corazón iba a escapar de mi pecho, que iba a explotar o que dejaría de latir.

Tenía los ojos abiertos a más no poder, la garganta bloqueada, incapaz de decir algo y la respiración entrecortada velozmente.

-Oye... - Aún sentía unas manos apretando con fuerza mi cintura pero en aquellos momentos no podía más que repetir visualmente en mi mente la escena que por poco me habría arrebatado la vida. Podía sentir el aire chocando contra mi cara a causa de la velocidad a la que iba el coche, cada fibra de mi ser paralizándose y quebrándose. Cada parte de mi cuerpo temblaba de terror. -Ey, ¿Estás bien? - Aquella voz de nuevo, la voz de mi salvador tras mi espalda. Su respiración causaba un débil hormigueo en mi nuca. Me giré con lentitud, aún tratando de recuperar la cordura. Entonces pude ver el rostro de aquel chico que acababa de librarme de un horrible final. Era un chico alto, de tez blanca y unos ojos verdes clarisimos que se podían distinguir en la oscuridad. Tenía el cabello castaño y era increíblemente guapo. Sumándole aquel monumento de chico al accidente que por poco me mataba, mi corazón se desbocó. El chico esbozó una sonrisa perfecta y me miró a los ojos. - Menudo susto, ¿Eh? - Dijo con gracia. Con aquella sensación que se traspasó a mi cuerpo, me sentí liberada. Cerré los ojos y suspiré.

-...Gracias... - Murmuré después, llevándome una mano al cabello y retirándome varios mechones que caían sobre mi cara. - No sé qué me ha pasado...estaba despistada y...

-Tranquila. - El chico me colocó una mano en el hombro y abrí los ojos casi al instante. - Estás bien. Eso es lo importante, aunque creo que ahora deberías tomarte algo fuerte para aliviar esos temblores. - No me había dado cuenta, pero efectivamente, tal y como había dicho él, todo mi cuerpo se estremecía debajo de los temblores que el susto me había causado. Esbocé una sonrisa decaída y asentí con la cabeza. - Aidan Gallagher. - Se presentó entonces.

-T/n. - Respondí.

Un instante después, Aidan se encontraba tendiéndome la mano y no me lo pensé dos veces; dejé que Aidan envolviera mi pequeña mano con la suya y juntos nos alejamos de la carretera, abriéndonos paso entre la multitud de gente.

-¿Has venido sola? - Me preguntó Aidan. Nos habíamos desplazado hasta una barra al aire libre, llena de camareros jóvenes que servían sin parar todo tipo de bebidas. Aidan había pedido dos tequilas puros, y en cuanto tuve el shot frente mío, lo bebí de una sola.

-No. - Contesté después de tragar auquel liquido que quemó ligeramente mi garganta a su paso y hacer una mueca por el fuerte sabor de la bebida alcohólica. - Se supone que venía con amigos, pero los he perdido de vista.

-¿Y no deberían estar buscándote?

-Supongo, pero estoy segura de que habrán bebido más de la cuenta y andarán por ahí entreteniéndose con cualquiera. - Aidan rio, mostrando sus blanquecinos dientes y agachó la cabeza.

En cuanto la levantó, hizo un gesto sensual con su cabello, sentí un golpecito en mi corazón y empezaron a picarme las manos por el impulso que acababa de abrazar mis manos, incitándome a tocar el suave cabello del ojiverde. Me había quedado sorprendida ante aquel mohín tan sexi.

-¿Y tú no vas a entretenerte con nadie? - La sensual voz de Aidan y su tono seductor me sorprendieron aún más. Nuestras miradas se encontraron y en cuanto me fijé en él, estaba sonriendo de tal manera que tuve que mantener la compostura para no dejar escapar un gemido. Aidan dio dos pasos hacia mí y antes de que yo pudiera reaccionar, él había colocado una mano en mi cintura y me había atraído hacia él.

-No te he dado las gracias como te mereces por lo de antes... - Murmuré mirando sus labios y regresando mi mirada a la suya, que tenía un brillo especial, perdiéndome entre lo precioso de la mezcla del verde en los mismos.

-Sé cómo puedes agradecermelo, preciosa. - Se inclinó hacia mí y me susurró algo al oído. Me estremecía de pies a cabeza y una sonrisa pícara curvó mis labios inconscientemente. Luego sentí como mordía con lentitud y deseo mi lóbulo. Luego se apartó de mi oído y rozó su nariz con la mía. - ¿Qué te parece si nos vamos de aquí? - Me sugirió sin despegar su mirada de la mía. - Creo que necesitas descansar un poco después de ésto. - Reí. ¿Descansar? Si claro, eso era precisamente lo que haríamos después de "agradecerle" el salvarme la vida.

-Me encanta la idea. - Contesté sin más preámbulos. Y juntos abandonamos el lugar.

𝐖𝐡𝐞𝐧 𝐓𝐰𝐨 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬 𝐅𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐧 𝐋𝐨𝐯𝐞 [ᴀᴅᴀᴘ] (𝓐.𝓖.) [✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora