El Mariana que no arriesga...

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Osvaldo no dejaba de ver a su hermano. De verdad que no sabía cómo lo metía en problemas cuando todo parecía estar más tranquilo de repente con su amiga.

- Es que... habíamos apostado a ver quién duraba más horas en stream. Pero como fue algo que dijimos y en chinga cambiamos de tema, seguro lo olvidó.

- ¿Y qué ganarías o qué? preguntó Rivers.

- Te digo que cambiamos rápido de tema, mien. No llegamos a esa parte. ¡Pon atención, mierda!

- Seguro fue eso... ¡ADIÓS! dijo Beto saliendo rápido del cuarto.

Rivers volteó a ver a Osvaldo con cara confundida.

- Tu hermano está algo raro ¿no?

- Creo que se lo pegaste tú. Porque así que digamos "normalita - NORMALITA" no eres.

- Ash, pendejo... dijo Samantha pegándole en el brazo.

Ambos permanecieron en un silencio cómodo. Rivers mirando su celular y el Mariana fingiendo ver el suyo. 

- ¡Oye! No me acordaba... entonces ¿cómo le hiciste para que reaccionara aquella última vez con Mario y Peach? Te juro que me sentí bien noqueada. No sé cuánto tiempo pasó ni cómo llegué a donde estaba ese brownie. 

- A lo mejor era uno de esos brownies "espaciales" y ahí vas de curiosa provocándote ese coma, mien. Tú y tu pinche incompetitividad Rivers, te digo que eres débil, mierda y no me crees.

- ¡AH, NO! Esa cosa estaba intacta... Te ayudé a ganar la carrera, recuerdo ver a Peach furiosa y luego... nada. Desperté y tú estabas parado junto a mí. 

- Te sacudí como costal de papas hasta que miré que reaccionabas de a poco.

- No estabas tan cerca cuando abrí los ojos... ya dime.

- Pero esa es la verd...

- No te creo.

En ese momento sonó el celular del Mariana. Era Aldo. 

Osvaldo suspiró de alivio y Samantha soltó un "ash" regresando su mirada al celular.

- ¿Qué pasa pinche Aldo?

- Oye, cabrón. Le había dicho a Beto que me ayudara con un problema de mi teclado. ¿Está en tu casa? 

- Si, por aquí anda. 

- ¿Qué quieres de mí, pinche enfadoso? gritó Rivers hacia el teléfono.

- Preguntó por Beto, no por tí, pendejo. dijo Osvaldo riéndose de su amiga.

- Ni quien la pele ahorita a la enana... Entonces en una media hora voy para allá. Nos vemos.

- Ok.

Y así ambos colgaron.

Osvaldo no estaba seguro si debería explicarle a su amiga lo que había pasado. ¿Y si la hacía enojar con el pequeño asunto del beso? después de todo no había tenido opción... oh, no. Espera. Sí la tenía.

 Aún tenía muy presentes las risas de Mario y Peach diciéndole que pudo haber sido en la frente o en la mejilla. ¡Maldición! 

Seguía debatiéndose mentalmente si mencionarlo como un asunto sin importancia o intentar llevárselo a la tumba, hasta que ya muerto él, fuera Beto quien lo sacara a la luz. 

La madre de Rivers le llamó pidiéndole que la fuera a auxiliar con algo. Ambos se despidieron y acordaron verse el fin de semana.


El Mariana x Rivers - Aliados VirtualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora